Constantí, entre las zonas con más absentismo en las elecciones municipales
La renta de las áreas con menos participación hace tres años es la mitad que la media y, el paro, cuatro veces más alto
Las asociaciones de vecinos de los barrios con más abstención en las últimas elecciones al Parlament argumentan que los electores tienen una “desafección absoluta con la política” a las puertas del 12-M. Así lo expresa la entidad que representa los vecinos del barrio badalonés de Sant Roc. Una de sus secciones censales registró una participación del 9,4% en los comicios del 2021, la más baja de Catalunya, más de 40 puntos por debajo de la media. Las áreas con menos participación hace tres años tienen una renta que ronda la mitad que la del conjunto de Catalunya y el paro cuadruplica la cifra catalana. Según un análisis de ACN con datos del 14-F, elecciones marcadas por la Covid, el perfil socioeconómico de los barrios más abstencionistas es de los más bajos del país.
Entre las 20 de las más de 5.000 secciones censales en Catalunya con menos entusiasmo por la última contienda electoral en la cámara catalana se encontraron zonas metropolitanas, como por ejemplo cinco áreas de Sant Adrià de Besòs, tres de Badalona y una del Prat de Llobregat, de Terrassa, Sabadell y Santa Coloma de Gramenet. Además, Figueres, Reus, Girona, Lleida y Constantí también registraron zonas con una abstención de más del 75%.
Las cifras de participación a nivel de sección censal para el 2021 en todo el país reflejan varios patrones. Uno de ellos es la correlación entre la participación y el nivel socioeconómico, puesto que las zonas con un índice más alto se situaron cerca del 80% de votantes en las urnas, mientras que las áreas con menos bienestar no pasaron del 40%. El índice socioeconómico territorial empleado para el análisis, con los datos del 2020, es una herramienta de Idescat que se basa en la situación laboral, el nivel educativo, la inmigración y la renta de todas las personas que residen a cada unidad territorial.
Así, las secciones censales con ingresos por unidad de consumo de entre 10.000 y 20.000 euros al año se sitúan en general por debajo del 40% de participación, mientras que las que superan un 60% de sufragios emitidos tienen ingresos de entre 20.000 y 40.000 euros por unidad de consumo, con datos del INE. La renta por unidad de consumo se obtiene dividiendo los ingresos netos por hogar entre el número de personas que viven.
Del mismo modo, una gran buena parte de las secciones censales con un paro superior al 20% registraron una participación inferior a la media catalana, que se situó en el 51,3%. Por el contrario, los territorios que pasaron del 60% de votos tenían, en general, un paro de un 10% o inferior.
La tendencia es similar por nivel educativo, e incluso más pronunciada: cuanto más personas con titulación superior, más participación e la cita electoral del 14 de febrero del 2021. Las secciones censales con más de un 40% de las personas con carrera universitaria o equivalente registran, en general, porcentajes superiores a la media catalana. En cambio, las zonas con una tasa de votantes por debajo de la media se sitúan en unos niveles de educación superior de entre el 10 y el 30%.
En cuanto al número de personas con nacionalidad extranjera, también hay un patrón, si bien no tan marcado. En las secciones donde hay más porcentaje de inmigrantes, la participación suele ser más baja – esto, pero, no es atribuible a una hipotética mayor abstención de los extranjeros, puesto que en cualquier caso no tienen derecho a voto.
Otro de los ejemplos que se encuentran a la cola de participación el 2021 es el barrio de Centcelles, en Constantí (Tarragonès). La sección censal situada en la zona situada al norte de la calle Jaume I, con una participación del 23,3% y con una renta de 10.843 euros, la mitad del conjunto catalán, tiene un porcentaje de extranjeros (27,4%) y de parados (44,2%) significativamente más alto que la media. La población con educación superior se queda en el 6,4%.
El presidente de la asociación de vecinos del barrio, Miguel Gabarre, reconoce en una entrevista que los ciudadanos de esta área participan más a las elecciones municipales que en las catalanas, españolas o europeas, puesto que estas últimas no benefician “directamente” a los intereses de los ciudadanos.
En este sentido, subraya que los más de 3.000 vecinos de este barrio se sienten “abandonados”. Para Gabarre, prueba de esto son las grietas que presentan buena parte de los pisos de la zona y que hace años que denuncian. “Me llaman muchos vecinos por este problema”, lamenta Gabarre, quien reitera que el estado de los inmuebles “da miedo”.
Por este motivo, el presidente de la asociación de vecinos invita a los diferentes partidos políticos a pasearse por el barrio y escuchar las demandas de la ciudadanía. “Queremos una persona próxima, que conozca las problemáticas que tenemos en Centcelles y que quiera hacer cosas por el pueblo”, defiende Gabarre, quien considera que de este modo aumentaría la participación.
Una de las secciones censales del barrio de Sant Roc de Badalona es la de menos participación del país, con un 9,4% el 2021. Situada entre la avenida del Marquès de Mont-roig y la calle Alfons XII, en el tramo entre la calle de la Primavera y la avenida del Maresme, tiene una renta de 9.567 euros (la media es de 20.927 euros), un 32,5% de extranjeros, un 4,3% de personas con educación superior y un 41,2% de paro. Un perfil que encaja con el de la mayoría de los otros barrios especialmente abstencionistas.
El secretario de la asociación de vecinos de Sant Roc y vicepresidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Badalona, Enrique Lara, dice que entre la población “hay una desafección absoluta con la política”, y que la gente está “más pendiente de la subsistencia” y de cómo comer cada día, que de los comicios. “Gobierne quién gobierne, aquí parece que estamos siempre en el mismo lugar”, explica, matizando que “no es así” puesto que la Generalitat ha invertido durante los últimos 20 años unos 100 millones de euros para rehabilitar y construir edificios.
Según él, la clave para una mayor integración en la sociedad en aspectos como las elecciones o la vida laboral tiene que partir de la educación. Lara dice que, en Sant Roc, el sistema educativo “no funciona porque tenemos entre el 35% y el 40% de absentismo en la escuela, es endémico”. El activista vecinal, que asegura que hay una buena parte de adultos analfabetos a la zona, dice que la asistencia de los niños en los centros educativos podría ser un requisito para pedir prestaciones sociales. Esto, cree, ayudaría a reducir el absentismo, porque en el barrio muchos vecinos priorizan pedir ayudas como la renta garantizada de ciudadanía antes que trabajar. Lara explica que muchas entidades han diagnosticado los problemas del barrio, pero que “el problema es que no se sabe qué hacer”.
En la sección 5 del distrito censal 1 de Figueres, la participación se situó en el 12,3%. La zona engloba los barrios de Sant Joan y el Culubret donde la renta apenas supera los 8.000 euros (8.284), un 58,6% de desocupación y un 17,4% de población extranjera. En este área, solo un 3,1% de la población tiene estudios superiores.
El portavoz de la nueva asociación que se ha constituido en el barrio para reactivarlo y “mejorarlo”, Joaquim Pubill, explica que la mayoría de sus habitantes son de la comunidad gitana pero que también hay un alto número de personas de otros orígenes. Pubill atribuye la elevada abstención a las restricciones por la pandemia que había el 2021. “Pienso que la gente tenía miedo de salir de casa y no salió a votar”, explica.
Además, dice, está “el problema” que viene con “las municipales”. “Nos lo prometen todo y después no vemos nada”, asegura. En este sentido, reivindica la integración del pueblo gitano y dice que lo que falta es que se les “incluya”. Otro de los factores que, a su entender, pueden haber incidido en la baja participación es la falta de trabajo. “Si no tienes trabajo y no ves nada, al final por qué quieres votar?”, se pregunta.