Cepta: de centro de formación a lobby empresarial

La elevada deuda lleva a la Cepta a refundarse, eliminar su estructura y seguir una «economía de guerra» para salvarse

Tras 47 años de historia, la Confederació empresarial de la Província de Tarragona (Cepta) afronta su primera gran transformación. La elevada deuda de casi 600.000 euros que arrastra le ha llevado a una situación límite, al borde de la desaparición, hasta el punto de que en pocas semanas la patronal afrontará una refundación en profundidad para dejar de centrarse en la organización de cursos de formación y pasar a ser un lobby de presión empresarial.

Este será, de hecho, el gran punto de inflexión. La entidad nacida en 1977 dejará de tener estructura propia (ha reducido un 80 % su plantilla) y no organizará con recursos propios cursos del Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC), sino que se centrará en ejercer como delegación tarraconense de Foment del Treball y de la CEOE.

¿Qué quiere decir esto? Ser un lobby sectorial, no asumir actividades «que ya realizan otras organizaciones» y centrarse en «atender a los socios y empresarios» de la provincia en lo relativo a la «legislación, la actividad económica y los convenios», indican las fuentes consultadas de la patronal, las cuales apuestan por convertirse en un «auténtico grupo de presión» que defienda los intereses del sector privado de la demarcación ante las administraciones públicas y los sindicatos.

Cien empresas directas

A día de hoy, la patronal cuenta entre sus asociados con unas cien empresas directas, así como con las federaciones de transporte y construcción, siendo uno de los vectores estratégicos del sector económico de la demarcación.

Esto, precisamente, lo que a partir de ahora se quiere reforzar con más presencia en el día a día de la mano de las confederaciones catalanas y española. «Cabe recordar que ya tenemos silla en ambas organizaciones», se resalta desde la patronal tarraconense.

¿Cuándo empezará la nueva etapa? Septiembre es la fecha escogida para dar los nuevos pasos, una vez que la dirección del ente pueda concretar las vías para frenar el golpe, estabilizar la nave con un horizonte claro y dar soluciones viables para enmendar la pésima situación económica por la que pasa la patronal desde hace tiempo.

Con negociaciones abiertas con la Agència Tributària de Catalunya (ATC) desde hace semanas para intentar encontrar un plan de pago, que podría ser a más de cinco años vista, la previsión es la de convocar tanto al comité ejecutivo como a la asamblea de socios entre finales de agosto y principios de septiembre. El objetivo será avalar el inicio de la nueva etapa, confirmar el reinicio de la Cepta y adaptarse al nuevo escenario del próximo lustro: la economía de guerra.