Un único pasajero en el estreno de los buses exprés Reus-Barcelona

La operativa especial por el corte de vías a raíz de las obras de Roda debuta vacía, sin actualizar horarios y sin informadores. «La gente no quiere jugársela en el trayecto al trabajo», apunta Pedro Caro, el usuario que ha inaugurado el servicio en solitario

El primer bus de la nueva operativa exprés Reus-Barcelona habilitada para responder al corte de vías por las obras de Roda de Berà ha partido esta mañana desde la estación de la capital del Baix Camp. Lo ha hecho puntualísimo, a las 6.15 horas. Y con un solo pasajero a bordo y las 60 plazas restantes vacías.

El usuario era Pedro Caro, que también es miembro de la plataforma Dignitat a les Vies y viajaba por trabajo: «Voy a Barcelona. La fiabilidad del servicio de Renfe no es la deseable y, ya que existe esta alternativa, voy a probarla».

El andén donde se para el bus Reus-Barcelona, vacío esta mañana. Foto: Alfredo González

«Dependerá de si hay atasco. Pero los compañeros de Tarragona, que tienen allí el Plana, me han dicho que todo funciona», añadía Caro. Y destacaba que, en su caso, le va «bien» desembocar en Maria Cristina porque le cae cerca de su empleo.

Además, «el bus llegará a las 8 horas, no hace paradas...». Sorprendido por ser el primer y único pasajero, el hombre constataba que «se ha hecho muy poca difusión del servicio» y «quizá la gente va a esperar a ver qué tal porque no quiere jugársela en el trayecto al trabajo».

En la estación de bus, efectivamente, a la salida de la primera expedición, la información de horarios pegada en el poste del andén era antigua y no aparecía por ningún lado el refuerzo. Se acompañaba de un código QR que debería enlazar con la web de Monbus, que esta redactora trató de capturar durante un buen rato sin éxito.

Las taquillas, cerradas desde la noche del viernes pasado e inoperativas hasta las 7.30 horas de este lunes. Imposible preguntar a nadie sobre la marcha.

El conductor del primer bus tampoco esperaba marcharse de Reus con un solo viajero a bordo. Ha estado avisando del destino Barcelona sin que nadie se acercase. «Es raro porque, durante la semana pasada, mucha gente se interesó y preguntó por los nuevos buses. Contaba con que hubiera bastantes personas esperando», señalaba.

Los horarios en la estación estaban sin actualizar esta mañana. Foto: Alfredo González

En la cabina, el chófer llevaba ya el terminal para cobrar con tarjeta bancaria. Y afrontaba el uso del título unipersonal T-PAT bonificado de 10 viajes a 40 euros, de forma que cada trayecto de bus tendrá un coste de 4 euros. La idea inicial, apuntar a boli la fecha en un tique de papel hasta que acaben de implantarse las dinámicas previstas.

El segundo bus Reus-Barcelona de esta mañana, el de las 7 horas, que no forma parte del refuerzo y hace paradas, también se ha marchado con un solo pasajero, Lahcen Amiri. «Lo cojo todos los lunes para ir al trabajo en Vilafranca. Como máximo solemos ir tres», explicaba.

«O vamos por la C-32 o no será atractivo»

Ya desde Barcelona, donde se bajó exactamente a las 8.06 horas, Caro planteaba las diferencias con Tarragona: «En Tarragona, el bus que salía a las 6 horas ha llegado a Plaça d’Espanya a las 7.15 horas por la C-32. Yo, desde Reus, he salido a las 6.15 horas y he llegado a Maria Cristina a las 8.06 horas por la AP-7. La diferencia es muy bestia, es muy diferente ir por la C-32 y por la AP-7, donde hay mucho tráfico y mucho camión».

«Hemos ido lentos y hemos pasado tres cuartos de hora para hacer el tramo de Molins. Creo que ahí hay margen. O vamos por la C-32 o la gente no lo verá atractivo», concluía.

Las cinco expediciones exprés que el Departament de Territori ha desplegado salen de Reus, de lunes a viernes laborables, a las 6.15, las 10, las 13, las 17 y las 20.30 horas.

Se añaden a las dos que ya había, que hacen parada en el Aeropuerto, Valls, Vilafranca, Barcelona-Palau Reial-Zona Universitaria, Maria Cristina y Sants, y que salen de Reus a las 7 y las 13.50 horas. Con eso, la ciudad pasa de dos a siete expediciones por sentido con Barcelona.

La operativa se aplica por el corte ferroviario. Y la despliega la Generalitat después de que el Ayuntamiento la reclamase, ligada a los intensos retrasos que sufrían los trenes por el desvío por Picamoixons.

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