Los cinco puntos débiles que preocupan de cara al corte de vías entre Tarragona y Sant Vicenç de Calders
Este lunes a las 23.30 horas de la noche se interrumpirá durante cinco meses el servicio ferroviario del corredor sur
El Pla d’Alternatives de Transport de cara al corte de vías que empieza el martes ha incorporado cambios sustanciales respecto al primer borrador que se presentó el día 6 de septiembre. La interlocución entre Renfe, la Generalitat y los usuarios –a través de la plataforma Dignitat a les Vies– se ha traducido en la introducción de mejoras que deben contribuir a ‘paliar’ las afectaciones para las más de 15.000 personas que diariamente verán alterada su rutina. Pese a ello, el cronómetro ha jugado en contra, por lo que, a falta de menos de 24 horas para la prueba de fuego, estos son los aspectos que más preocupan
1. Información
¿Saben los usuarios qué tendrán que hacer a partir del martes? ¿Los vecinos de Altafulla son conscientes de que durante más de cinco meses no pasará ningún tren por el municipio, por lo que no les queda otra alternativa que el autobús?
Renfe ha movilizado a un equipo humano de más de 150 personas, que se ubicarán en las principales estaciones afectadas. Asimismo, también se han impreso 200.000 folletes, hay anuncios a través de megafonía y en las pantallas, y a finales de la semana pasada empezaban a instalarse totems informativos.
El operador también ha creado la cuenta (@RodObresBera) a través de la cual se informará del estado del servicio en ‘X’ mientras no se restablezca la normalidad. El objetivo es que los usuarios puedan conocer «a tiempo real» todas las afectaciones. El plan representa una mejora notable respecto a otros cortes. Pese a ello, la señalización de los puntos de transbordo no empezó hasta este fin de semana y seguirá colocándose durante el día de hoy, por lo que no hay margen para que los usuarios hayan podido ‘familiarizarse’ antes del día ‘D’.
¿Las personas mayores que cogen el tren para ir al médico a Barcelona sabrán a dónde tendrán que dirigirse? La información nunca es suficiente y tiene que llegar por tierra, mar y aire. Más allá de los primeros días en los que los usuarios tendrán que adaptarse a la nueva normalidad, la gran prueba de fuego será el día que se produzca una incidencia.
2. Sant Vicenç de Calders
Todas las miradas están puestas en lo que será el gran ‘hub’ de movilidad entre Barcelona y las comarcas del sur de Catalunya. Miles de personas pasarán a diario por una estación que deberá funcionar como un reloj de precisión durante estos cinco meses. Y precisamente la R2 Sur no ha dado muestras de confianza durante estos últimos meses.
Preocupa el desembarco sobre esta estación, pero aún más la operativa que tendrá que hacerse para las salidas, es decir, cuando llegue un tren y tengan que distribuirse los usuarios entre los cinco puntos hacia donde partirán los autobuses. Y este incremento del tráfico rodado –al que hay que sumarle los que directamente irán en coche– puede traducirse en una importante presión sobre la zona.
Finalmente, no hay que olvidar que la estación de Sant Vicenç de Calders también estará en obras mientras dure el corte y que, a causa de estas, se prevé el corte total de la estación durante tres fines de semana. Todavía falta. Sobre el papel está fijado para el último de enero y los dos primeros de febrero, por lo que tocará alterar de nuevo todos los planes.
3. Picamoixons
Los usuarios de la R-15 (es decir, la que enlaza Barcelona con Riba-roja d’Ebre a través de Reus) son los únicos que no tendrán que hacer transbordo ni coger el autobús, ya que estos convoyes circularán por la vía interior de Valls. Sin embargo, este es un tramo de vía única en la que los trenes de viajeros deberán compartir la infraestructura con las mercancías.
¿Qué pasará si un día se produce una avería en uno de estos convoyes? Esta es una de las grandes preocupaciones, teniendo en cuenta que el Pla d’Alternativas de Transport no incluye un servicio de autobús por carretera para los usuarios de esta línea. Asimismo, tampoco se ha conseguido que desde la Generalitat se establezca el título de transporte T-10/120, ya que se confía en el tren.
Desde las plataformas de viajeros se insiste mucho en que este tramo disponga de maquinas tractoras de arrastre, por si se produce alguna incidencia. No obstante, Renfe dispone de un plan de contingencia, por tal de asegurar el transporte de viajeros, minimizando los efectos de la incidencia.
Este pasa principalmente por el establecimiento de un servicio alternativo de transporte por carretera, por lo que se prevé que haya autocares de reserva de cara a posibles incidencias.
4. El Avant y la falta de parking en La Secuita
A las 23 horas del sábado se ponían en venta los abonos del Avant de Tortosa, después de que los usuarios ya hacía días que estaban a la espera de poder reservar plaza. La falta de acuerdo por el sistema de tarifas hizo que se retrasara más de los previsto la operación. Y cuando finalmente se desbloqueó, saltó la indignación entre los usuarios, después que estos comprobaron que los precios se habían incrementado de los 41 a los 58 euros.
En un comunicado Renfe afirmaba que «la complejidad administrativa-tarifaria de un servicio público que combina la circulación por la vía convencional y por la vía de alta velocidad ha obligado a comercializar el Avant Exprés con estas tarifas». Aunque también se añadía que «se sigue trabajando para analizar las soluciones que permitan mejorar la implementación de nuevas tarifas y así beneficiar la bonificación en los nuevos precios».
El Avant podría ser una burbuja de oxígeno para los usuarios de Regionals. Pese a ello, ya había dificultades para reservar plaza antes de anunciarse el corte y ahora todavía puede complicarse más. Tampoco se ha dado una respuesta para solucionar el problema del aparcamiento junto a la estación de Camp de Tarragona, a pesar de que el alcalde de La Secuita ofreció los terrenos propiedad del Ayuntamiento junto a esta terminal.
5. La disponibilidad de autobuses y la ratonera de la AP-7
Gestionar el flujo de autobuses que ofrecerán el servicio alternativo de transporte por carretera será uno de los aspectos más complicados. Sobre todo durante los primeros días, cuando se desconoce qué harán los usuarios del tren y, por tanto, los puntos en los que tendrá que reforzarse el servicio o todo lo contrario.
Uno de los temas que genera incertidumbre es qué pasará con Altafulla y Torredembarra si los vehículos ya se llenan en Tarragona. Esta es una preocupación sobre todo de cara a los primeros días, cuando se espera que muchos tarraconenses que a lo mejor no puedan estar informados mantengan la costumbre de bajar a la estación de trenes –cuando deberían dirigirse a la Avinguda de Roma– y acaben llenando unos buses con paradas intermedias en su trayecto hasta Sant Vicenç de Calders.
Tanto desde Renfe como desde la Generalitat se confía que transcurridos los primeros días, la gente ya se habrá hecho suyas las alternativas y podrá valorarse si hay que introducir nuevos ajustes.
Finalmente, a nadie se le escapa que el dispositivo con 87 autobuses –a los que hay que sumar el refuerzo de los servicios exprés– puede tensionar todavía más la AP-7, una vía que desde la gratuidad ya va muy llena, con problemas de seguridad. Así es que paciencia y mucha prudencia al volante, porque esta situación se prolongará como mínimo durante cinco meses.