Caos ferroviario: «La mayoría han preferido el ‘Renfecar’ que los autobuses»
Muchos usuarios han optado por ir en coche y, si la cosa funciona, a partir de mañana cogerán el autobús hasta Sant Vicenç de Calders
La avenida de Roma ha sido esta mañana centro neurálgico para aquellos tarraconenses que tenían que viajar a Barcelona. Sobretodo, para aquellos que trabajan en la ciudad condal y que habitualmente cogen el tren. Ahora, con el corte de vías, buscan la alternativa para llegar a su destino. El recorrido de los autobuses de la avenida de Roma era directo a Sant Vicenç de Calders. Una vez allí, los pasajeros tenían que buscarse la vida para coger un tren que les llevase hasta Barcelona.
La realidad es que la cosa ha ido mejor de lo que en un principio esperaban los usuarios. Los autobuses, mayoritariamente, han llegado puntuales. De seis a siete de la mañana, se han llenado. A partir de las siete y media, la mayoría de autobuses se iban vacíos hasta Sant Vicenç.
Algunos usuarios aseguran que muchos pasajeros habituales no han querido jugársela y han optado por buscar otras alternativas al autobús. «De los veinte que cada día cogemos el tren a esta hora, hoy, en esta fila, solo estamos dos», decía Anna Gómez, portavoz de la plataforma Dignitat a les Vies. Muchos usuarios se han organizado a través de coches compartidos –práctica conocida desde ayer como Renfecar– o han preferido coger el bus directo o el AVE desde la estación del Camp. «La mayoría han preferido el Renfecar que el autobús», decía Laura, otra usuaria, quien añadía que «si ven que estos buses funcionan y son puntuales, supongo que acabaran cogiéndolos. Ir en coche es mucho dinero».
Luis Prieto ha sido de los valientes que ha decidido ir a Sant Vicenç con el autobús. El problema es que se pensaba que el bus salía desde el intercambiador de Battestini, espacio que todavía no está operativo. No fue el único despistado. Los informadores, al ver que había gente que no se había enterado de que los buses salían desde la avenida de Roma, se han desplazado hasta la zona de Battestini para guiar a los usuarios. «He perdido el primer autobús y, por lo tanto, el primer tren de Sant Vicenç», decía Prieto, un poco enfadado.
Quien tampoco lo tenía muy claro eran los conductores de autobuses, quienes, en algún caso, se perdieron en el trayecto hasta Sant Vicenç. Algunos eran nuevos y habían sido contratados por el período de tiempo que dure el corte de vías. Se perdían. Se pasaban la salida a Sant Vicenç de Calders. El tema se solucionó haciendo caso a los GPS y pidiendo consejo a los informadores.
Rocío, vecina de L’Albada, era una de las primeras en llegar a la avenida de Roma. «Trabajo en Barcelona tres días a la semana y habitualmente cojo el tren convencional de las seis y media de la mañana. Hoy me he despertado más pronto y a las 5.50 ya estaba aquí», explica Rocío, quien aparcó el coche en la Tabacalera. Cuando cogía el tren en la estación dejaba el coche en el Port Esportiu. «Voy sin expectativas. He avisado al trabajo de que no sé a la hora que llegaré», comenta.
Como ella se encuentra Raül, quien asegura que «hoy seré un poco científico, ensayo y error». Raül dice que irá probando todas las alternativas hasta ver cuál es la más rápida y la mejor. Lo que tiene claro este tarraconense es que «si no hubiera sido por la plataforma Dignitat a les Vies, nadie nos daría alternativas. Como mínimo, hemos conseguido movilizarlos», añade.
«No voy a ir más en autobús»
Para Alexandra, la experiencia en autobús no fue buena. Esta joven llegaba a Tarragona en uno de los primeros autobuses procedentes de Sant Vicenç de Calders. Trabaja en Tarragona y por norma general coge el tren. «Lo de hoy ha sido una locura. Ni los propios informadores de Sant Vicenç sabían que autobús teníamos que coger», dice Alexandra, quien tiene claro que «ahora, cuando llegue al trabajo, le pediré a mi jefe que me busque un parking. No me ha gustado ir en bus, lo he pasado mal, muchos coches se cruzaban», explica. «A partir de ahora vendré en coche», asegura.
Pau, un músico que iba a Barcelona a ensayar, también ha sido muy crítico con la organización. «Un viaje que hago en una hora y media, hoy lo he tenido que planificar en tres horas. Llevo días intentando saber los horarios de los autobuses, y si no llega a ser por el Diari, no me entero», dice Pau, quien añade que «lo único que pedía era saber a qué hora llegaría a mi destino. ¿Es tan difícil saberlo?». Pau también criticaba la falta de señalización en la ciudad de Tarragona. «Tendría que haber carteles gigantes con el símbolo de Rodalies en cada esquina para saber donde debemos coger el bus».
Mientras tanto, en la andana...
Hay quienes han optado por ir a lo seguro, y han cogido el autobús convencional que va directo a Barcelona. Este se coge en la misma estación de autobuses y se pueden montar aquellos que hayan comprado el bono T10/120. Cuatro euros por viaje, o lo que es lo mismo, 40 euros diez viajes, que es lo que vale el bono.
Anna Sutil, que trabaja en una marca de cosmética en Barcelona, es una de estas pasajeras. «No quería arriesgarme. He preferido asegurarme y llegar a la hora al trabajo, aunque tenga que pagar un poco más», dice Sutil.
Otros han optado por coger el bus hasta la estación del Camp, y de allí ir en Ave hasta Barcelona. Cada uno busca la mejor alternativa, o la más adecuada a sus necesidades.