El comité de la basura de Tarragona fuerza la dimisión de su presidente
Luis Blanco sustituye a Martín de Sande. Tras el concurso público ganado por GBI Paprec, que en pocos meses relevará a FCC, los delegados sindicales impulsan el cese a las puertas de iniciar una nueva etapa
Algo se mueve en la basura a las puertas del histórico paso que, en pocos meses, supondrá el cambio de la empresa que gestiona el servicio en la ciudad de Tarragona. El anuncio de la pasada semana de que la firma francesa GBI Paprec relevará dentro de pocos meses a FCC fue la primera ficha que caía de un dominó que se había mantenido inalterable durante décadas, con la misma empresa desde hacía más de 60 años y con un presidente del comité de empresa intocable también desde el siglo XX.
El Diari avanzó el pasado 29 de enero que la compañía gala era la que había logrado una mayor puntuación en la licitación del mayor contrato del Ayuntamiento, con un valor de unos 23 millones de euros al año durante la próxima década: más de 230 en total. Según ha podido contrastar este periódico, al día siguiente de la noticia, el comité de empresa –liderado por nueve representantes de UGT con cuatro delegados de la USOC– se reunió para forzar la dimisión del hasta entonces máximo representante de los trabajadores, Ángel Martín de Sande. Ese encuentro, en el que los delegados mostraron su «falta de confianza», terminó con la marcha del presidente que, esto sí, dejaba por escrito que «continuaré como miembro del comité de empresa».
Audios, gritos, amenazas...
La culminación del proceso que da como vencedora a GBI Paprec –que aún no es firme a la espera de recursos–, junto al cese forzado de De Sande, culminaba un tortuoso camino que ha tensado como nunca al comité y la relación con la compañía.
Y es que desde febrero de 2023 varias han sido las polémicas lideradas por el expresidente de comité que no habían gustado ni a sus compañeros de sindicato ni a la propia FCC. El primer capítulo se produjo cuando trascendieron los audios en los que el presidente del comité daba públicamente su apoyo al candidato del PSC, Rubén Viñuales, de cara a las elecciones municipales que se celebraron el pasado 28 de mayo. «Si él es alcalde, los primeros que ganaremos seremos nosotros, porque es uno más, es gent del barri. Gobernará pensando en nosotros, dejando de lado la incompetencia de Ricomà y Fortuny», afirmaba en un acto con trabajadores y familiares.
Pocos días después, el comité de empresa anunció una huelga preventiva por Setmana Santa, a escasamente un mes de la cita con las urnas, al denunciar que sus empleados perderían «un 30%» de poder adquisitivo con la nueva contrata. Finalmente, esa amenaza nunca se cumplió, si bien la tensión fue subiendo de tono hasta que todo estalló el 28 de abril. Ese día, en el pleno municipal, De Sande amenazó al entonces alcalde, Pau Ricomà (ERC), gritándole que «esto no quedará así. Ya nos veremos, tranquilo que ya nos veremos. Es vergonzoso».
Jubilación sorpresa
Pese a indicar por escrito el 30 de enero que seguiría en el comité, dos días después De Sande envió por sorpresa una carta en la que anunciaba que «después de 42 años en FCC me he jubilado de mi vida laboral», asegurando que «abro una nueva etapa manteniéndome al frente del sector del saneamiento para enfrentar una última batalla sindical a la que entregaré todas mis energías», para «acabar con las licitaciones basura, trampa y asfixiantes para la mejora de las condiciones laborales de quienes trabajan en el sector».
Este martes, días después de la marcha de De Sande, el comité y la asamblea de los operarios de la basura avalaron la renovación, con Luis Blanco como presidente y José Duarte como secretario. Sobre De Sande, Blanco revela que, en la reunión del pasado día 30, «le expresamos nuestra galopante falta de confianza tras su comportamiento errático», por lo que «le pedimos que diera un paso al lado» para encarar la nueva etapa «con un perfil dialogante pero duro» ante la más que previsible transición a la nueva empresa.
«Creemos que lo mejor era que el anterior presidente ya no negociara el futuro convenio. El nuevo comité es un órgano colegiado, sin personalismos», destaca por su parte Duarte, quien de esta forma pone las bases de la que será la nueva e histórica etapa que, en pocos meses, experimentarán los más de 300 trabajadores que cada día limpian las calles de la ciudad.