Àngel Xifré: «Debemos aprender a convivir con la química y sus riesgos»
Xifré da la primera entrevista. El delegado explica que se han visto incrementados los costes del nuevo Hospital Joan XXIII y que el CPO abrirá sus puertas durante el primer semestre del año que viene
Hace poco más de un mes que Àngel Xifré (ERC) fue nombrado nuevo delegado del Govern en Tarragona, sustituyendo a Teresa Pallarès, quien fue cesada de su cargo a raíz de la marcha de Junts del Govern. Un mes le ha valido a Xifré para tomar el pulso a un territorio que tiene grandes proyectos entre manos: el albergue juvenil en la Ciutat de Repòs, el nuevo Hospital Joan XXIII, el Fòrum Judicial y el tranvía que deberá coser el Camp de Tarragona.
Para quien no lo conozca, Xifré nació en Reus hace 61 años y, desde 2004, es alcalde de Almoster. Asegura que puede compaginar a la perfección la alcaldía con su nuevo cargo.
De lo primero que hablamos con el Delegado es de la negativa por parte de los vecinos y del Ayuntamiento de Els Pallaresos, de acoger el CRAE que hasta ahora estaba en El Serrallo.
Primero fueron los vecinos de Llevant quienes no querían el albergue juvenil en la Ciutat de Repòs. Ahora, los de Els Pallaresos, que se niegan a acoger un CRAE. ¿Qué le pasa a esta sociedad?
Todos queremos ayudar, pero desde lejos. No queremos conflictos al lado de casa. Pero debemos asumir nuestra parte de responsabilidad. A los vecinos de Els Pallaresos les diría que deben tener en cuenta que estamos hablando de un grupo de 20 niños, la mayor parte de ellos entre los 7 y los 10 años. No sé de dónde han sacado que son jóvenes problemáticos. No sé quien hay detrás del ruido pero, por norma general, este tipo de oposición tiene finalidades políticas.
El pleno de Els Pallaresos ha decidido suspender las licencias destinadas a residencias colectivas. ¿Cómo afecta esto en el proceso de traslado del CRAE?
Sin duda modifica el contexto actual. El Ayuntamiento del municipio ha dado un paso. Nosotros solo podemos decir que no reuniremos con ellos para abordar la cuestión.
¿Cuál es el motivo del cambio de ubicación?
El inmueble de El Serrallo ya no reunía las condiciones necesarias. La DGAIA tuvo la opción de hacerse con una casa en Els Pallaresos. Parece ser que el municipio cumple con todos los requisitos para que estos niños y jóvenes se integren perfectamente a la sociedad.
¿Es necesaria la colaboración del Ayuntamiento en estos casos?
Sí. Las administraciones deben hacer pedagogía en este tema. A menudo son problemáticas innecesarias que, con información y transparencia, pueden resolverse.
¿El albergue juvenil en la Ciutat de Repòs es un proyecto maduro?
Del todo. El Departament de Drets Socials ya ha licitado la redacción del proyecto ejecutivo y en breves podremos conocer la empresa encargada de hacerlo.
La plataforma Pro-Llevant sigue celebrando consultas para demostrar que los vecinos de Llevant no quieren el albergue. ¿Sirven de alguna cosa estas acciones?
Cada uno puede expresar como quiera sus inquietudes. Pero evidentemente que no servirá de nada. Son decisiones que debe tomar la Generalitat, junto con el Ayuntamiento de la ciudad. Además, los que son contrarios al proyecto deberían entender que estamos hablando de un albergue de juventud. No sé de dónde sacan que será conflictivo. Solo por el simple hecho de reactivar un espacio que estaba en constante degradación ya deberían alegrarse.
Cambiando de tema. ¿Ahora que ya han pasado unos días, cómo valoran el simulacro de riesgo químico del pasado 2 de noviembre?
Nos dio mucha información. Otra cosa importante es que la prueba dejó constancia de que la zona donde vivimos tiene un riesgo que debemos asumir. Lo malo fue que, tan solo una semana después, se activaba el Plaseqta en el polígono de Constantí.
Es la primera vez que las administraciones y autoridades reconocen el riesgo que supone vivir aquí...
Es una realidad y debe decirse. Si queremos integrar la industria en nuestra sociedad, debemos reconocer sus pros y contras. Esta claro que, si no fuera por estas empresas, mucha de la población tarraconense estaría en el paro. Pero evidentemente suponen un riesgo.
Volviendo al simulacro. ¿Qué aprendimos de él?
Detectamos que los trabajadores de las empresas del polígono, las ubicadas al entorno de la nave donde supuestamente había habido el incidente, no sabían cómo actuar al oír las sirenas. Según los sindicatos, los empleados echaron de menos el papel de la empresa. Por eso hemos organizado una reunión entre los empresarios y Protecció Civil, para explicar cómo actuar delante del trabajador si vuelve a activarse el Plaseqta.
Desde los malos olores procedentes de la empresa Asesa, Protecció Civil informa al detalle de cualquier incidente de la química. ¿Es una buena manera de recuperar la confianza de la población?
Sí. Yo creo que la transparencia y la comunicación son la mejor manera de llegar a la ciudadanía. No se puede mentir a la gente. Por ejemplo, si hay una parada de algún equipo, que provoca una gran llama en la antorcha, la población tiene que conocer y saber el porqué. Debemos aprender a convivir con la industria y sus riesgos.
¿E informar de todo no genera un estado de alarma constante?
No. Debemos saber que si hay un incidente que tiene afectación sobre la población, se activará el Plaseqta y el confinamiento. Una cosa es tener derecho a saber qué pasa, y la otra que nos afecte.
¿Cuándo la Generalitat podrá activar las alertas móvil en caso de accidente químico?
Buena pregunta. No lo sabemos. El sistema está en fase de pruebas por el Ministerio y, el Departament d’Interior está detrás, insistiendo. Esperemos que el traspaso sea rápido, pero de momento no hay fecha.
Hablemos de sanidad. ¿Cuándo estrenaremos hospital en Tarragona?
Construir un hospital al lado de otro que está en funcionamiento es complejo y lento. Pedimos paciencia a la ciudadanía para los próximos 4 o 5 años. La previsión es que se ponga en funcionamiento en 2026. Se trata de una inversión muy importante, que supera los 200 millones de euros.
¿200 millones de euros? ¿No eran 170?
Ha habido un incremento de costes, a raíz de la crisis de Ucrania. De todas maneras, todavía puede cambiar la cosa. Hablamos de previsiones.
¿Cómo afectará la llegada de dos hospitales privados en Tarragona a la sanidad pública?
La sanidad privada no deja de ser un modelo de negocio y cada uno es libre de tirar adelante. Como administración, lo que debemos hacer es defender nuestro modelo sanitario, el público.
El sector dice que existe el peligro de que los profesionales se marchen a la privada.
Eso está por ver. El conseller ya reconoció que deben revisarse las condiciones de los trabajadores de la sanidad pública.
Tarragona, a diferencia de ciudades como Reus o Salou, no cuenta con un CUAP, un centro de urgencias de atención primaria.
Si es necesario o no tener un CUAP en Tarragona, es una decisión técnica, no política. Todo el mundo queremos los servicios al lado de casa y unas Urgencias a cinco minutos. Pero debemos mirar la región sanitaria como un todo, dejando de lado las batalles de campanars, sinó acabaremos malbaratando los recursos.
El Fòrum Judicial quizás es el proyecto más atrasado. ¿Se ha licitado algún paso ya?
Que yo sepa no. Lo único que puedo decir es que el Centre Penitenciari Obert (CPO), que se está construyendo al lado de donde se ubicará el Fòrum Judicial, entrará en funcionamiento durante el primer semestre del año que viene. Una vez esta parte lista, será momento de ver cómo se estructurará el resto.
¿Hay hoja de ruta para este proyecto?
Ha cambiado la conselleria hace pocas semanas y todavía no nos hemos reunido con ellos. La voluntad es que todo siga igual y en breves abordaremos el tema.
Perdone que insista. ¿Hay presupuesto previsto?
Recuerdo que hablamos de 70 millones de euros reservados, que irán descubriéndose en tres años. No tengo más detalles.
Como mínimo ya tenemos clara su ubicación definitiva.
Sí, en el solar de al lado del edificio de la Guardia Civil.
¿Usted continuará con el proyecto iniciado por su predecesora sobre unificar las dependencias de la Generalitat en la ciudad?
Sí. Es un tema que ya me han traspasado. Es muy importante que los proyectos tengan continuidad, independientemente de la persona o partido que haya delante. Es totalmente necesario unificar los servicios y que trabajemos en una ventanilla única.
¿El inmueble de la antigua prisión, en la avenida República Argentina, es la mejor opción?
Sí. Es un edificio de la Generalitat y está en una zona céntrica. Los técnicos ya están trabajando en un plan funcional para determinar los espacios y despachos que serán necesarios.
¿La idea es derruir el inmueble actual y volverlo a hacer de nuevo?
Es una decisión técnica que todavía no se sabe. Justo por esto se está elaborando el plan funcional. Hay que tener en cuenta que la fachada está catalogada.
Lo qué va a toda velocidad es el proyecto del tranvía.
La verdad es que sí. Se ha adjudicado el proyecto constructivo del tramo entre Cambrils y Vila-seca. También avanzan las cocheras y los talleres. Tal como dijo el conseller, el proyecto no parará y ya se está pensando en la segunda fase, la que une Reus y Tarragona.
¿Funcionará como un metro?
Todavía no se ha hablado de frecuencias. Pero la idea es esta. Debe ser el primer paso hacía el área metropolitana.
¿El Govern da apoyo al proyecto del Hard Rock?
Sí, pero queremos que las cosas se hagan bien para que después no tengamos que lamentar haber tomado malas decisiones. Hard Rock debe cumplir con las medidas medioambientales, pero eso no supone la paralización del proyecto. Hard Rock es importante como en su momento lo fue PortAventura.
¿Ha hecho ya la carta a los Reyes para los presupuestos de Aragonès?
Hemos priorizado el Hospital Joan XXIII, el tranvía, la Ciutat Judicial y el albergue juvenil. También hemos pedido que se vea reflejado en las cuentas el desdoblamiento del CAP Sant Pere de Reus. Estas son las prioridades para el territorio.
Y por último. ¿A qué aspira Àngel Xifré mientras ocupe el cargo de delegado del Govern?
Quiero que los proyectos que se han puesto en marcha no se paralicen. Que vayan viéndose avances. Debemos ser responsables de que se cumplan los plazos marcados.