Alerta en la infancia: 56.000 niños en Tarragona están en riesgo de pobreza
Un estudio alerta de que el 34% de los menores son vulnerables. Tarragona es la provincia catalana con una tasa más alta. Influye el alza generalizada del coste de la vida
Uno de cada tres menores de 18 años se encuentra en riesgo de pobreza en Tarragona. Así se desprende de los datos que la consultora española AIS Group, especialista en big data y analytics, ha publicado sobre el alcance de la pobreza infantil, procedentes de sus indicadores sociodemográficos y económicos Habits.
Según ese balance, el 30,2% de la población infantil y juvenil española reside en hogares cuya renta está por debajo del umbral que determina el riesgo de pobreza, que en 2022 se situó en 10.088 euros para los hogares unipersonales, y en 21.185 euros para aquellas familias formadas por dos adultos y dos menores.
La tasa de pobreza infantil en Tarragona se sitúa ostensiblemente por encima de la media estatal, según dicho informe, alcanzando al 34,4% de los niños y adolescentes de la provincia. Teniendo en cuenta que en la provincia hay 163.023 menores de edad (según el balance del INE a enero de 2023), se encuentran en riesgo de pobreza al menos 56.000 tarraconenses.
La gran barrera norte-sur
Tarragona es la provincia de Catalunya con una tasa más alta. Supera a Lleida, con un 31,6% de menores en riesgo de caer en la pobreza; a Girona, con un 29,3%; y a Barcelona, con un 21,5%.
El mal dato a nivel tarraconense contrasta con la media catalana. En la propia Catalunya se dibuja una dinámica general. «A nivel territorial, el mapa muestra una gran barrera norte-sur», comenta Germán Sánchez, responsable de Big Data y Analytics de AIS. «Así, las comunidades con mayor población infantil en riesgo se encuentran en la parte meridional del país y las encabeza Extremadura, donde el conjunto de menores de 18 años en riesgo de pobreza queda apenas dos décimas por debajo del 40%», señala.
Tras Extremadura, las comunidades con mayor porcentaje de menores en riesgo de pobreza son Andalucía (38,5%), Región de Murcia (36,8%), Castilla-La Mancha (34,9%) y Canarias (34,2%). Le sigue La Rioja, con un 34% de población infantojuvenil el riesgo de pobreza. Es la única comunidad de la mitad septentrional del territorio que presenta un porcentaje superior a la media estatal.
«En la zona norte, los porcentajes presentan una situación algo más favorable, pero también mejorable», indica Sánchez. La comunidad con menor volumen de niños en riesgo de pobreza es el País Vasco. La media se sitúa en el 20,9%. A cierta distancia aparece Catalunya, la segunda con menor proporción de población infantil vulnerable (24,3%). También por debajo del 25% están Baleares (24,6%) y Cantabria (24,8%).
Estos indicadores se construyen en base a información de múltiples fuentes tanto públicas como privadas, entre las que se cuentan el INE, el catastro, el SEPE o el Atlas de la Renta y que se traducen en una segmentación de las familias españolas en tipologías a partir de sus rasgos sociodemográficos y económicos, sus perfiles de gasto o sus ingresos.
Cualquier índice que se analice muestra la dimensión de la pobreza infantil. Este mismo año Save the Children alertaba de que 378.500 niños se encuentran en situación de pobreza en Catalunya. La organización considera especialmente «preocupante» el aumento de la privación material severa, que afecta a un 11,6% de los niños. Una situación que supone «el nivel más extremo de escasez y la imposibilidad de atender necesidades básicas para el bienestar y la dignidad de la infancia, como tener una comida saludable y equilibrada al día, poder pagar el alquiler o los suministros básicos» en el caso de sus familias.
Privación material severa
A pesar de que, según los datos oficiales, en 2022 disminuyó un 1,1% (21.500 niños) la tasa de pobreza infantil (27,5 %) respecto a 2021, el número de menores de 16 años en situación de privación material severa también crece, en un 13,8 %, al pasar de 123.000 en 2021 a 140.000 en 2022.
Save the Children también contextualiza este fenómeno con la situación de vulnerabilidad que viven las familias de estos pequeños en Catalunya. Así, destaca que «las mujeres padecen una mayor precariedad y pobreza laboral, hecho que influye en sus tasas de pobreza, desproporcionadamente elevadas». La inflación tiene un impacto muy alto. Esta situación está «estrechamente relacionada con el alza de los precios, especialmente de la energía, los productos de primera necesidad o los alquileres», señala. Los niños y adolescentes «continúan siendo el grupo social con la tasa de pobreza más elevada, ya que supera la de la población adulta (18,4%)», destaca esta entidad en un comunicado. La ONG apunta que el coste de criar un hijo es de 819 euros al mes en Catalunya, un gasto que «es imposible cubrir para los hogares más empobrecidos, incluso dedicando todos sus ingresos».
«Un problema crónico»
Quien también ha puesto el grito en el cielo ha sido Unicef Catalunya. Advierten de que la pobreza infantil es un «problema crónico» en Catalunya y que se condiciona el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030.
El responsable de Políticas de Infancia Unicef Comitè Catalunya, Roger Garcia, insiste en «poner el foco en la infancia y adolescencia, más allá de ser una obligación derivada del cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño, es fundamental para el éxito de la Agenda 2030».
Garcia asegura que ser un menor en situación de pobreza en Catalunya «no quiere decir necesariamente pasar hambre, pero sí tener más probabilidades de estar mal alimentado», y poder acceder a la educación pero en cambio arrastrar dificultades para hacer frente a gastos o tener más opciones de abandonar los estudios.
El director de la Taula del Tercer Sector Social, Roger Civit, explicaba en la presentación del barómetro del sector que las personas atendidas en la demarcación presentan, en general, una situación más compleja que en el conjunto de Catalunya. Entre los atendidos hay más porcentaje de títulos de familias monoparentales y de familias numerosas, más proporción de personas con discapacidad y de población ‘no activable’. Hay, además, un alto volumen de pensiones no contributivas y de expedientes de menores en riesgo.
El controvertido último informe PISA siguió ayer coleando en Catalunya. La consellera d’Educació, Anna Simó, afirmó: «No hay excusas. Tenemos un problema identificado. Esto va de pobreza infantil y segregación escolar, y este Govern está trabajando como nadie para abordarlo». En un inicio la Generalitat achacó el mal resultado a la sobrerrepresentación del alumnado inmigrante.