Alejandro Fernández (PP): «He vivido la travesía por el desierto, pero ahora quiero acabar con el Procés»
Entrevista al presidenciable del PP en las elecciones del 12M. «La sintonía con Feijóo es total respecto a Catalunya»
Alejandro Fernández (Tarragona, 1976) se presenta por segunda vez como presidenciable del PP a la Generalitat de Catalunya. Tras un mal resultado en 2021, quedándose con solo tres diputados, el exconcejal del Ayuntamiento de Tarragona repetirá como líder popular en las elecciones autonómicas del próximo 12 de mayo.
Usted ha reconocido que su designación ha sido como un «parto delicado». ¿Por qué?
Con un niño peleón, sí. Cuando lo dije pretendí quitar hierro a través del humor a una situación a la que se le había más importancia mediática de la que realmente tenía. Cuando finalizó la negociación con ciudadanos se procedió inmediatamente a mi nombramiento.
Sonaron nombres para relevarle como Dolors Montserrat, Nacho Martín Blanco o Inés Arrimadas. ¿Cómo se sintió?
No hago caso de los rumores. Me gusta recordar la anécdota de Sir Alex Ferguson, que fue entrenador del Manchester United durante 27 años y siempre decía que si hubiera hecho caso de los rumores no habría durado ni seis meses. ¡Con esto ahora no quiero amenazar con estar 27 años en el cargo!
En un entrevista con el ‘Diari’, el presidente del PP –Alberto Núñez Feijóo– aseguró que usted habría sido el candidato «si Ciutadans se hubiera integrado» en el PP. ¿Usted lo sabía?
Yo estaba tranquilo y confiado.
¿Las conversaciones con Cs tenían su aval?
Era una negociación que comportaba la integración de miembros de Ciudadanos en las listas del PP, no solo en las elecciones catalanas sino también en las europeas, y fue Ciudadanos quien decidió romper porque esa fórmula no le parecía interesante.
¿Aprobaba esta fórmula?
Creo que era positivo que bajo las siglas del PP se integraran el mayor número de sensibilidades.
En Tarragona, de hecho, la integración ya es una realidad: los dos primeros de la lista, Pere Lluís Huguet y Lorena Roldán, vienen de Ciutadans.
Sí. Ya hace tiempo que los miembros más destacados de Cs están en candidaturas del PP.
¿Su oposición a las conversaciones con Junts per Catalunya retrasó su nombramiento como presidenciable?
Estoy muy orgulloso de formar parte de un partido en el que puedes discrepar públicamente y ser candidato. En el Partido Socialista, a todo un héroe de la libertad como Redondo Terreros lo expulsaron por criticar la amnistía.
¿Estaba al corriente de estos contactos?
En agosto expliqué mi posición, ahora la sintonía con lo que debe hacerse en Catalunya es total.
Puigdemont dice que dejará la política si no es President.
Su campaña es un auténtico reality show sobre su vida. Sus dos únicas propuestas notables han sido su traslado de domicilio, como si le importara a alguien, y las elucubraciones sobre su vida personal y anhelos de futuro.
Usted formó parte de un gobierno municipal en TGN con CiU entre 2003 y 2007. ¿Ve posible acuerdos de futuro con el nacionalismo moderado?
Estoy orgulloso de haber estado en gobiernos con Joan Miquel Nadal y Josep Poblet, dos políticos a los que respeto. Fueron etapas buenas para Tarragona. Por desgracia, Junts no tiene nada que ver con la antigua CiU, no estamos ante Miquel Roca o Joaquim Molins, sino de Torra, Puigdemont o Borràs, que acusan de fascistas a todos los no piensan como ellos.
¿Qué se juega Catalunya el 12 de mayo?
La necesidad de terminar con el Procés, que no ha traído la independencia sino la decadencia. Es la oportunidad para acabar con los 12 peores años de nuestra historia.
¿Avalaría investir a Salvador Illa para evitar un nuevo gobierno independentista?
El separatismo debe irse a la oposición para abrir una nueva etapa en Catalunya. Cualquiera que quiera hablar con nosotros deberá romper todos los acuerdos con el separatismo.
¿A qué más debería comprometerse Salvador Illa?
Es un escenario bastante ficticio, vive entregado al separatismo. Le exigimos hechos, no palabras, para empezar a hablar. Es educado, pero no te puedes fiar de él.
Usted pactó en Tarragona con el PSC entre 2016 y 2019.
Es que todo el mundo se ha vuelto loco. La política es la necesidad de llegar a acuerdos dentro la ley, pero los socialistas y el nacionalismo levantan muros contra todos los que no piensan como ellos.
Parten de tres diputados. ¿Cuál sería un buen resultado? Los sondeos les van bien.
Se demuestra que aquellos pájaros de mal agüero que decían que el PP debía bajar su persiana en Catalunya se equivocaban. El PP vuelve con fuerza. Estoy orgulloso porque me ha tocado vivir la travesía del desierto. Aspiramos a tener una fuerza capaz de provocar un cambio en Catalunya. El PSC quiere el cambio con los partidos del Procés
¿Estas elecciones son un ultimátum para usted?
No me puedo quejar del trato que me ha dado la política, soy una persona muy afortunada. Ahora quiero acabar con el Procés.
¿No ha acabado?
No, Puigdemont quiere volver a 2017 con la DUI y Aragonès a 2012, con el referéndum. Es una locura, no son independentistas, son procesistas. Son timadores profesionales.
Las elecciones vienen por el Hard Rock. ¿Avala el proyecto?
A finales de los 80 y principios de los 90 ya había gente en contra de PortAventura. Ahora los irresponsables están en los gobiernos, con los actuales gobernantes ahora no existiría PortAventura, iríamos todos como en el Paleolítico: con lanza y taparrabos. Su cultura es la del ‘no’ a todo, incluidas las renovables.
¿Cree que se hará?
Si el PP tiene la llave, la Costa Daurada seguirá como un gran enclave turístico de Europa.
¿Qué prioridades se marcan en Tarragona?
Que el modelo industria–turismo siga siendo de éxito. Tarragona debe volver a ser un motor económico de Catalunya.
¿Existe aún Barcelunya?
¡Sí! Sigo quejándome. Los tarraconenses debemos ser más activos para ostentar cargos de responsabilidad en Barcelona.
¿Qué le parece el proyecto de Àrea Metropolitana?
Es un debate cosmético, nadie me ha explicado una sola acción potente, más allá de una selfie de alcaldes.
El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales (PSC), dice que no tendrá capital.
Es muy importante que cada ciudad tenga el papel que le corresponde. Las capitales provinciales lo son, no hay discusión alguna. Es necesario más cooperación.
¿Le sorprende que Tarragona renuncie a la capitalidad?
Me parece ridículo, las capitales en toda España y Catalunya lo son. ¿Alguien discute la capitalidad de Lleida, Girona o Barcelona, o que Reus sea la del Baix Camp?
Catalunya asumirá Cercanías. ¿Mejorará el servicio?
Se lo podré decir dentro de un año. Si funciona mejor lo diré, pero la situación ferroviaria de Tarragona la alerté hace una década con el tercer carril y los errores estratégicos. Tenemos los pasajeros a las afueras y las mercancías por la costa.
¿Cuál sería el primer decreto que firmaría como President?
Lo primero sería incrementar el número de agentes de los Mossos y expulsar a los okupas.
¿Catalunya debe tener un concierto económico?
Nunca lo ha querido, siempre ha optado por el sistema pujolista del peix al cove. Debe mejorarse la financiación.
¿Bajando impuestos?
Aznar así lo demostró.
En Gran Bretaña no funcionó.
Hay casos de todo, pero con Margaret Thatcher y Ronald Reagan incrementaron ingresos porque las empresas pagaban menos y aumentaron su actividad.
¿Qué tributos eliminaría?
El de sucesiones, reduciría el tramo autonómico del IRPF y, de forma progresiva en cinco años, el de patrimonio. Y el del CO2.
¿Apoya que el catalán sea oficial en el Parlamento Europeo?
Me importa poco, me preocupa que el uso social del catalán haya bajado 20 puntos. Mi contacto con el catalán de joven fue con programas como Son Goku, Sputnik o Cinema 3, hoy solo hay politiqueo.
¿Eliminaría la inmersión lingüística?
Si el objetivo es que se hable más catalán, fracasa. Las lenguas deben ser amables, no imposiciones.
¿Estaba al corriente del fichaje de Maria Mercè Martorell como alcaldable por Tarragona?
Mi obligación es defender y reivindicar el trabajo de todos los concejales de Catalunya del PP, los de Tarragona incluidos. Nunca tuvimos discrepancias.
¿Quiere seguir como presidente autonómico?
Los desafíos que tiene Catalunya son de tal nivel que ahora mismo las cuestiones internas del partido me traen sin cuidado.