«A mucha gente del Llobregat hacia arriba le da miedo que TGN y Reus vayan unidas»
Viñuales y Guaita apuestan por ir de la mano para que las reivindicaciones del territorio «sean escuchadas» desde Barcelona y descartan que la futura Àrea Metropolitana tenga capital
El Àrea Metropolitana de Tarragona del futuro, sin repetir los errores del pasado, debe ser la vía para que el territorio sea escuchado en Barcelona. Este podría ser el resumen de la entrevista conjunta que ayer realizaron conjuntamente el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales (PSC), y la alcaldesa de Reus, la también socialista Sandra Guaita, a Ràdio Ciutat Tarragona.
«A mucha gente del Llobregat hacia arriba le da miedo que vayamos juntos, con el resto de ciudades del territorio, para mejorar la vida de nuestros ciudadanos. Por separado nos costará mucho más», indicó ayer Viñuales, quien junto a la Primera Edil reusense quiere dejar atrás «las batallas históricas» para «unirnos como territorio para que nos escuchen de verdad y aprovechar, de una vez, todas las potencialidades que tenemos», según enfatizó Guaita.
¿Debe ser un nuevo ente?
Pese a tener claro el fondo de la cuestión –que Tarragona, Reus y el conjunto de la demarcación vayan a una–, ni Viñuales ni Guaita se mojan sobre la forma que deberá tener la esperada Àrea Metropolitana: si debe ser una nueva capa administrativa o no. En caso de serlo, será necesaria aprobar una ley en el Parlament de Catalunya que, como ya han anunciado en entrevistas con este periódico Salvador Illa, Jéssica Albiach o Laura Vilagrà, contaría con el apoyo de PSC, Comuns-Sumar y Esquerra Republicana.
«Deberá ser una decisión consensuada por el grupo impulsor, en base a los estudios que justo ahora se están trabajando. Tenemos el modelo de Barcelona como administración, pero hay otros ejemplos en Europa que no lo son. Lo que me preocupa es que sea útil para dar soluciones a la ciudadanía, no solo para crear nuevas estructuras», indica Guaita.
Por su parte, Viñuales considera que «debemos aprender de los errores del pasado y no empezar el modelo por su gobernanza. Los políticos debemos escuchar a los expertos, ya que pese a estar hablando de una mancomunidad gigante, en China solo seríamos un barrio», resaltó el alcalde de Tarragona.
Asimismo, Tarragona y Reus se comprometen también a que el eterno debate sobre la capitalidad no será un casus belli. «No me preocupa, será un liderazgo generoso, sin diluir a las ciudades. Si queremos que el Àrea Metropolitana sea grande necesitamos que lo sean Tarragona, Reus, Vila-seca o La Canonja. Debe ser una gran oportunidad para todos», apunta la alcaldesa reusense. Sobre ello, Viñuales recuerda que «Tarragona es capital desde Escipión», si bien apunta que el futuro organismo «no tendrá capital», ya que «huimos de este concepto privativo y egoísta».
La gran fecha: 2028
Viñuales y Guaita esperan que el primer paso para definir la nueva mancomunidad se pueda dar «tras las elecciones» al Parlament de Catalunya del próximo 12 de mayo, cuando se espera que las cuatro comisiones técnicas que hay en marcha concreten sus primeros resultados.
En los planes del grupo impulsor –formado por Tarragona, Reus, Vila-seca, Constantí, La Canonja, Salou, Valls, Cambrils, Diputació, Delegació del Govern y los Consells Comarcals del Tarragonès y del Baix Camp– hay una fecha marcada en rojo: 2028. Es ese año cuando finalizan las concesiones de las líneas de bus supramunicipales otorgadas por la Generalitat.
«Debemos replantear el transporte territorial. Las dos empresas públicas más grandes son Tarragona y Reus, deben fusionarse», considera el alcalde de Tarragona, en un planteamiento que es compartido desde la capital del Baix Camp, donde hay inquietud por el calendario. «Nos preocupa, tenemos prisa. Si queremos un sistema diferente para entonces debemos empezar ya, porque deben convocarse los concursos. Necesitamos más celeridad», recalca Sandra Guaita.
En materia de movilidad, el otro gran proyecto para vertebrar el territorio es la apuesta por el tranvía. El trayecto que unirá Tarragona y Reus está previsto para la segunda fase del proyecto, pero según avanzó el Diari este miércoles Viñuales y Guaita piden a la Generalitat que se acelere para ir en paralelo con la ejecución de la primera fase, que se está encontrando problemas por las reticencias de Salou. «Unirá a 250.000 personas y nos enlazará con el aeropuerto. Es una ocasión única para consolidar la conurbación urbana con paradas casi debajo de casa», destaca el edil tarraconense, mientras que Guaita considera que el plan es «imprescindible» para que la ciudadanía «pueda moverse sin vehículo privado».
La idea de Tarragona y Reus es que el tranvía pueda entrar en ambas ciudades en 2028, coincidiendo con el nuevo modelo de transporte público y la fusión de las empresas municipales de transporte. Muchos retos y un largo camino todavía por recorrer para consolidar el Camp de Tarragona del futuro y dejar atrás los fantasmas del pasado.