«A los jóvenes contar con un referente les supone un gran beneficio emocional»
La Associació Quilòmetre Zero necesita voluntarios para el programa Ambtu de acompañamiento a jóvenes tutelados y extutelados
La Fundació Quilòmetre Zero desarrolla desde el año 2019 el proyecto Ambtu en el que personas voluntarias del territorio acompañan a jóvenes tutelados y ex tutelados. El último grupo que conformaron era de 12 jóvenes con sus respectivos acompañantes, pero en el que se disponen a poner en marcha ahora hay 21 chicas y chicos inscritos, por lo que hacen falta más voluntarios.
«Para nosotros supone un gran éxito», explica Sara Camarasa, responsable del proyecto, porque esta vez las y los jóvenes han llegado no solo a través de los contactos con las instituciones y entidades que los atienden, sino por el boca a boca de los propios chicos. «Por primera vez tenemos más jóvenes que voluntarios», reconoce.
Transición a la vida adulta
Los jóvenes que participan en el programa de mentoría social tienen entre 17 y 23 años y en el 90% de los casos son de origen extranjero y vinieron a España como menores no acompañados. Todos los que están en el programa tienen una vivienda estable, así como técnicos que se ocupan de su situación, pero el acompañamiento informal que hacen los voluntarios para ellos es clave en su proceso de transición a la vida adulta teniendo en cuenta que les toca emanciparse tempranamente.
Para ser voluntario o mentor hay que ser mayor de 30 años. Se busca sobre todo a personas «empáticas, comprometidas con el cambio social, vinculadas al territorio; con estabilidad emocional y voluntad de acompañar y a abrir su mente», enumera Camarasa.
Las personas interesadas reciben una formación de 10 horas, además de contar con un técnico que acompaña a los participantes durante todo el proceso. Los encuentros suelen ser de dos a tres horas semanales.
El programa tiene nueve meses de duración. Hasta le edición anterior eran seis, pero se decidió ampliarlo porque de esta manera tiene más impacto en la vida de los jóvenes.
Alguien con quien hablar
Las parejas de mentor y mentorado organizan actividades en función de sus intereses. La experiencia supone un refuerzo para los jóvenes en diferentes aspectos, como el conocimiento del idioma o la ampliación de su red social. «Muchas veces estas relaciones artificiales se convierten en naturales y el contacto se mantiene pasado el tiempo porque el joven tiene esa persona de referencia con quien contar».
A algunos jóvenes el contacto con sus mentores les ha servido para encontrar trabajo o para comenzar a hacer una actividad deportiva. No obstante, al terminar el programa se hace una evaluación y, explica Camarasa, lo que más destacan todos los chicos es que «tener alguien con quien hablar, contar con un referente, les supone un gran beneficio emocional».
Para los voluntarios, explica, también supone abrirse a conocer «una realidad que es muy desconocida y eso es muy importante porque no solo impacta en la persona voluntaria sino en su entorno y ayuda a un cambio de visión en la sociedad».
Más información en: https://quilometrezero.cat/