107 kilómetros de camino público en El Catllar
Rural. El pueblo ha inventariado los senderos de titularidad municipal. Se han contado 77, aunque los vecinos podrán hacer sus aportaciones en un proceso participativo
A lo largo de sus 26,4 km2 de extensión, el municipio de El Catllar cuenta con un total de 77 caminos públicos, con una longitud de hasta 107 kilómetros. Esos son los caminos que siempre se han destinado al uso público, y que en muchos casos son caminos históricos. Los datos se extraen del borrador del Inventari de Camins que el Ayuntamiento ha encargado al geógrafo Xavier Campillo, director del proyecto y de Camí General, y que durante tres meses ha realizado conjuntamente con la empresa El Brogit. El objetivo del documento es que el consistorio sepa qué senderos son de titularidad municipal, es decir, de su propiedad, y sirva de instrumento para ejercer en ellos sus competencias varias, como el mantenimiento, la señalización o la regulación de la circulación, entre otras.
El documento tiene la particularidad, pues no ocurre siempre, de que tendrá en cuenta las aportaciones de los vecinos del pueblo a través de un proceso participativo. El martes Campillo expuso el avance del inventario a aquellas personas interesadas, que ahora pueden consultarlo y disponen de un periodo determinado para mandar sus contribuciones si creen que algo no se acerca a la realidad, eso sí, de forma fundamentada.
Pese a que todos los ayuntamientos deben tener un inventario de caminos por ley, la mayoría de ellos la han incumplido sistemáticamente, y la comarca del Tarragonès, junto con la del Gironès y La Selva, son las tres comarcas de Catalunya con más municipios que disponen del documento. Así lo explica Campillo, que recuerda que en su momento «el Consorci Tarraco Romana llevó a cabo el proyecto Camins de Tarragona para que los municipios de su alrededor pudieran tener un inventario para poder señalizar los senderos». Con todo, el geógrafo reconoce que «en los últimos años son cada vez más los ayuntamientos que se dan cuenta de que necesitan disponer de un inventario de caminos, ya no por obligación, sino porque es un instrumento útil. Han cambiado los usos, las propiedades y hay nuevas demandas sociales, sobre todo a raíz de la pandemia, pues en el confinamiento la gente buscaba espacios libres de proximidad y estos eran los caminos cerca de casa, con lo que ha habido mucha conflictividad sobre la propiedad y las actividades rurales». «Todo ello ha aumentado la concienciación en los consistorios sobre la necesidad de ordenar el viario rural, lo cual es muy difícil sin un inventario», insiste Campillo.
El director del proyecto acudió el martes a El Catllar, donde presentó el avance del inventario al medio centenar de vecinos que se acercaron a la Sala Polivalent del Centre Cultural del municipio, y que sirvió como acto de apertura al proceso participativo. «El inventario es un documento legal y administrativo que tiene toda una tramitación, y no hay ninguna obligación de hacer que la gente participe, pero en este caso el Ayuntamiento de El Catllar ha creído oportuno hacer la presentación antes de que sea aprobado inicialmente por el pleno municipal para dar la oportunidad a los vecinos de hacer sus aportaciones, que eso sí, deben estar razonadas, y entonces valoramos si se incluyen o no en el proyecto», explica Campillo. El geógrafo cuenta que, una vez aprobado inicialmente, va a exposición pública y se abre un periodo de alegaciones, hasta que finalmente se aprueba definitivamente. «En ese momento el documento ya tiene toda la fuerza legal que puede tener un instrumento que servirá para el mantenimiento de los caminos, para regular la circulación motorizada, para señalizar caminos e itinerarios, para pedir subvenciones, para proteger los senderos de interés cultural o paisajístico, etc.», dice Campillo, que destaca «el plus de transparencia» que supone que se lleve a cabo este proceso participativo.
En esta misma línea, el geógrafo defiende que se trata de un documento dinámico: «El inventario se puede actualizar cada cierto tiempo, y añadir aquellos que son públicos y que en un primer momento no se recogieron. Por ejemplo El Vendrell ha actualizado este año su documento, que fue creado en el 1992. Puede variar».