Seis rescates en la Platja del Miracle de Tarragona por ‘pasar’ de la bandera roja

Creu Roja y dos trabajadores de la empresa Jetski Tarragona ayudan a varios bañistas que ningunearon las advertencias por las fuertes corrientes. Hubo más actuaciones en otras playas de la ciudad

La Creu Roja de Tarragona, que tiene la concesión de la vigilancia y el socorrismo del litoral de la ciudad, atendió este domingo a seis personas que en diferentes playas requerían ayuda para salir del agua.

Quizá el punto más peligroso de las playas tarraconenses se encuentre en la esquina del Miracle con el puerto deportivo de la ciudad. Allí, el viento y las fuertes corrientes sumaban además un conjunto de rocas donde es fácil quedar atrapado o golpeado por el oleaje.

Uno de los servicios de la Creu Roja se registró poco después de las 18 horas. Fuentes de la entidad explican que uno de los socorristas entró en el agua al detectar a un bañista con problemas. La víctima estaba exhausta y había tragado agua y era difícil poderla sacar de ahí a nado.

Por ello, se pidió ayuda de la moto de agua. El socorrista logró alcanzar al bañista en apuros y remolcarlo hasta la orilla, donde fue asistido en la arena y trasladado en ambulancia hasta el hospital de Santa Tecla.

En el hospital, sin embargo, la víctima ya recuperada se dio a la fuga, para no abonar el pago de este servicio complementario, explican fuentes de Creu Roja. En esta misma playa del Miracle, otras cinco personas fueron llevadas a tierra firme por una moto acuática.

Uno de los trabajadores de la firma Jetski Tarragona llevaba toda la tarde escuchando el silbato del socorrista de la playa. Y poco después de las seis de la tarde, vio desde arriba del espigón a un grupo de bañistas que estaban en apuros.

No lo dudó. Arrancó la moto acuática y entró en la zona de baño sabiendo de que no puede hacerlo por seguridad. Sin embargo, no había dilema: cinco jóvenes estaban en apuros cerca de las rocas y la corriente se los llevaba mar adentro.

Los recogió a todos. A los cinco. Y con sumo cuidado se acercó a la arena a dejarlos. Luego se marchó de la zona de baño y avisó a las autoridades de que había infringido la ‘línea de seguridad’ por atender al auxilio de los bañistas.

Otros rescates

La jornada dominical, a raíz del oleaje fuerte y las corrientes, fue compleja en Tarragona. El primero de los rescates se registró a las 11.10 horas de la mañana en la playa de La Savinosa. Una mujer de edad avanzada sufrió una caída por el oleaje y tuvo que ser asistida por el socorrista y la ambulancia antes de ser trasladada al hospital de Santa Tecla.

En la playa de La Móra, poco después de las 12.30 horas, a un bañista con flotador se lo llevaba la corriente. La actuación del socorrista evitó males mayores. Él mismo acompañó al usuario hasta la orilla.

Los servicios continuaron por la tarde. A las 16.12 horas, informa Creu Roja, un bañista necesitó de la ayuda del socorrista para llegar a la arena de la playa Llarga desde las rocas. Se activó también la moto acuática, pero no fue necesaria su ayuda.

Y además de los servicios en la playa del Miracle, el último de Creu Roja se registraba poco antes de las 20 horas en la playa de L’Arrabassada. Otro bañista atrapado en las rocas requirió de la ayuda de un socorrista para llegar a tierra.

Las medusas, sin protocolo

Si el domingo las corrientes obligaban a izar la bandera roja en las playas de Tarragona, Torredembarra, Calafell y Creixell; el sábado en Tamarit y Altafulla el color rojo era por la presencia de medusas. Pero no cualquier medusa. Eran las temidas Carabelas Portuguesas.

En Altafulla, la misma Policía Local activó a sus refuerzos en la arena para que nadie entrara en el agua. Así, se evitó que los inconscientes o temerarios terminaran con alguna picadura innecesaria.

Fuentes de Altafulla explican que es la primera vez que en el litoral de Catalunya aparecen estas medusas y que no había un protocolo definido de como actuar, más allá de prohibir el baño para evitar cualquier problema con estos animales.

Además, la Policía Local mantuvo la bandera roja hasta las 22 horas para evitar que alguien entrara en el agua más allá de la vigilancia de los socorristas.