¿Hubo cadena de errores en el asesinato de Núria en la cárcel de Tarragona?
La investigación de Mossos y las informaciones de los sindicatos desvelan que Iulian fue expedientado por mala conducta y la víctima alertó de su agresividad meses antes del crimen
La indignación por la muerte de Núria López, natural de Castelldefels y vecina de Vilallonga del Camp desde que entró a trabajar en las cocinas del Centro Penitenciario de Mas d’Enric, hace unos 8 años, ha ido creciendo desde que el pasado miércoles a media tarde se tuviera conocimiento de su asesinato a manos de un preso condenado por delitos de sangre: Iulian (conocido por los funcionarios por uno de sus apellidos Odriste).
Los investigadores de la División d’Investigación Criminal (DIC) intentan recomponer un puzzle complejo y sin más información que los cuerpos del asesino y la víctima (él se suicidió después de matarla) y los comentarios de trabajadores de esa zona de la cárcel.
Desde un principio se ha hablado de que ambos cuerpos estaban en la cámara frigorífica de la cocina. Ella con puñaladas, él con un corte mortal en el cuello. Desde el portal Elcaso se añade de que pudo haber una acción previa a las cuchilladas y que podría haber ahogado a la víctima, trasladarla seguidamente a la cámara y allí asestarle las puñaladas para rematar el asesinato.
Las cocinas de Mas d’Enric son enormes. Deben dar comida a más de mil personas a diario. Tienen sus fregaderos, fogones y cámaras industriales para poder hacer frente a las diferentes comidas, algunas especiales (por si el preso es alérgico o tiene por cultura/religión algún ingrediente prohibido)
El móvil del crimen también es otra de las incógnitas complejas de resolver. Los antecedentes de Iulian, condenado por un crimen pasional en 2018 (mató a una prostituta que rechazó una vida con él dos años antes en su piso de Valls) habían abierto la posibilidad que hubiera un interés sentimental del criminal hacia la trabajadora. La Vanguardia señala que la relación entre ambos sería únicamente laboral.
Al margen de analizar la escena del crimen en Mas d’Enric, hay una pregunta más difícil de responder: ¿Qué hacía un preso con delitos de sangre en un espacio con armas blancas a su alcance?
Los diferentes sindicatos que este viernes han decidido bloquear los accesos a diferentes centros penitenciarios han ido desvelando algunos episodios de estos últimos 4 años donde Iulian estaba de pinche de cocina.
El preso estaba destinado en el módulo 6, el de delitos de sangre, pero logró convencer y pasar los filtros necesarios para trabajar en la cocina. Sin embargo, en estos meses en las instalaciones había habido alguna alerta por parte de la víctima de su carácter agresivo. Y este comportamiento le apartó temporalmente de la cocina. Esta expulsión temporal podría ser otro factor que pudiera tener relación con el crimen del miércoles día 13.
La cocina y los fumadores
Entre los trabajadores que este viernes protestaban en los accesos a la cárcel situada en el término de El Catllar, ha hablado Miquel López, tal y como recoge ACN. ha explicado que en el momento de la agresión, Núria estaba sola en las cocinas, ya que no hay funcionarios de seguridad dentro de este espacio. Y el resto del personal a excepción del asesino, estarían fuera fumando.
Fue a la vuelta de este ‘descanso’ cuando uno de ellos abrió la cámara frigorífica y se encontró con los dos cuerpos inertes y ensangrentados.
Con la Muerte de Nuria, los interrogantes sobre protocolo de seguridad y filtros para permitir a los internos trabajar o acceder a según que instalaciones se ha puesto en el punto de mira. Y todo ello con el añadido de las constantes reivindicaciones de los sindicatos exigiendo personal y material de seguridad para evitar agresiones, vejaciones... e incluso un asesinato.