Rituales satánicos por Halloween
«No se deben dar en adopción gatos negros en estas fechas», uno de los consejos
El 14 de octubre, la cabeza decapitada y las cuatro patas cortadas de carnero aparecieron junto al centro comercial Factory de San Sebastián de los Reyes, en Madrid, un hallazgo macabro que, sin embargo, en estas fechas se vuelve habitual por toda España.
En las semanas previas a la noche de Halloween, entre penumbras y de forma clandestina, se multiplican los rituales satánicos con bovinos, aves o felinos como manera de invocar a los espíritus. Las asociaciones animalistas dan la voz de alarma y piden que aumente la vigilancia por la extrema crueldad de estas prácticas.
El uso de los animales está en la tradición de muchos cultos. «Desde la antigüedad algunas religiones han creído que las personas pueden capturar la fuerza de un animal a través de su sacrificio o de rituales con partes de sus cuerpos, como las vísceras, y si encima esos ritos se celebran en vísperas del Día de los Difuntos, se obtiene un plus de fuerza», explica el investigador y escritor David Suárez.
«En esta época del año las personas que celebran estos ritos piensan que existe un acercamiento todavía más estrecho entre el mundo de los vivos y el de los muertos», agrega el autor del libro Historia del esoterismo en España.
Los carneros, los cabritos, las gallinas, los conejos, los conejillos de Indias o los gatos negros son los animales más usados para estos ritos. Sus cualidades (la fuerza, la inteligencia) o las creencias populares (los felinos de color oscuro se asocian con el mal y la brujería) se vuelven atractiva para los practicantes de la santería, que pertenecen a todas las clases sociales y que acuden a estos ritos «cuando se encuentran en una situación complicada, sobre todo, por dos causas: enfermedades propias o ajenas o cuestiones sentimentales». «Estos actos están vinculados a religiones africanas o afrocaribeñas y suelen realizarse a través de profesionales y con transacciones comerciales de por medio», añade Suárez.
La Policía tiene en el punto de mira estas prácticas. En 2023, tres personas fueron detenidas en Tenerife como presuntos autores de los delitos de contrabando y contra la flora y la fauna por intentar introducir de manera ilegal en España animales de especies protegidas y restos de ellos que, con posterioridad, eran vendidos para ser utilizados en rituales de santería.
En este caso, los animales detectados fueron murciélagos, aves de origen cubano, cabezas de perro, lobo, mono, cobra o cocodrilo, además de marfil de elefante, colmillos de tigre, dientes de gorila o sapos africanos. Los investigadores tienen un correo electrónico, sectasdestructivas@policia.es, en el que los ciudadanos pueden denunciar de manera anónima estas prácticas. «Aunque puede ocurrir en diferentes momentos del año, estamos en una época concreta en que existen más prácticas ilegales de este tipo», confirma Alberto Díez Michelena, portavoz de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA), que pide «extremar la vigilancia» a todas las partes implicadas.
Por un lado, «las autoridades tienen que estar atentas porque son fechas especiales, igual que cuando llegan las carreras de Jerez se hacen más controles»; las protectoras de animales o las tiendas, «ante la posible mayor demanda de algunas especies»; y finalmente, también los dueños, porque en estos días son más frecuentes los «robos». «En los animales en los que están más extendidos los microchips existen menos riesgo, pero en los bovinos o las aves resulta más sencillo eludir la legislación», indica Michelena.
El caso de los gatos negros, vinculados a la superstición, es el más llamativo. Habitualmente, a las protectoras les cuesta encontrar familias que adopten estos ejemplares, y más si son gatas, pero ahora es el momento de «retenerlos», explica el portavoz animalista. «En este tipo de asociaciones, cuando llegan estas fechas, están más atentos al perfil de la persona que pide animales. Si se trata de una familia normal, no se puede perder la oportunidad de dar en adopción, pero insisto, hay que estar muy atentos y en caso de duda, no darlo en adopción y esperar a que llegue enero», subraya Michelena.
Pero para quienes utilizan los animales en rituales también hay un mensaje. El Código Penal no deja impunes este tipo de ritos: castiga con entre tres y dieciocho meses de prisión (doce a veinticuatro meses si se mata al animal), una multa de seis a doce meses a quien cause cualquier lesión que requiera tratamiento veterinario.