De los mosquitos a las medusas, las molestas picaduras

Consejos. Aplicar agua salada a las rozaduras de medusa y no rascarse cuando nos pica un mosquito evita posibles complicaciones y reduce el tiempo de dolor

El verano es sinónimo de vacaciones, relajación, calor y... picaduras. Podemos estar en la playa, en la montaña o incluso en casa, pero... no todo puede ser perfecto, ya que tanto, mosquitos, medusas y otros animales e insectos están preparados para picarnos. Por esto, lo mejor es conocer que síntomas causan y qué maneras hay para prevenirlos y así poder sobrellevarlo de la mejor manera posible.

Los mosquitos, hembra, pican a las personas y a los animales para extraer sangre, puesto que estas no pueden producir huevos sin hacerlo. Los machos, en cambio, no tienen la necesidad de picar. En el caso de las medusas, poseen en sus tentáculos unas células que segregan toxinas que utilizan para su defensa y para cazar y que actúan incluso cuando el animal invertebrado está muerto.

Síntomas

La picadura de la medusa puede provocar una erupción en la piel, calambres musculares y dificultad respiratoria, así como cambios en el pulso. En lo que se refiere a dolores pueden producirse en las extremidades, en el pecho, en la cabeza, y en el abdominal. La rozadura de estos seres vivos transparentes y gelatinosos también causa desmayos, entumecimientos, dificultad para tragar, ojos llorosos y manchas rojas y una elevada temperatura, entre otros. En el caso de personas alérgicas, niños y cardiópatas, es importante saber que las picaduras de este animal con forma de sombrilla pueden hacer que quede sensibilizado, de manera que una nueva picadura provoque una reacción más intensa.

En el caso de los mosquitos, cuando pican, inoculan sustancias que irritan la piel, propiciando la aparición de ronchas en la zona donde han picado. Las picaduras son frecuentes en época estival y aunque son bastante molestas, no suelen producir problemas de salud importantes. El principal síntoma de las picaduras de los mosquitos es que suelen provocar habones que provocan picor.

¿Qué hacer ante sus picaduras?

Si te roza una medusa, debes acudir al puesto de socorro de la playa más cercano de inmediato. Si no hay, podemos actuar de la siguiente manera: aclara la zona con agua de mar o suero fisiológico para evitar que aumente la reacción que se produce en la piel. Nunca lavar la zona con agua dulce, puesto que agrava la reacción.

En caso de que haya algún resto de medusa en la piel, retirarlo con pinzas, si utilizamos las manos, también se verán afectadas. Posteriormente, aplicar frío durante un cuarto de hora, utilizando hielo. Para aliviar el dolor y la urticaria, tomar un analgésico y un antihistamínico y si, en el caso de que ninguna de estas medidas calmase los efectos, acudir a un centro hospitalario. Si encontramos una medusa muerta, nunca debemos tocarla, ya que mantiene el efecto urticante.

En la mayoría de ocasiones, la picadura de mosquito, no precisa de ninguna medicación. De todas maneras, para aliviar el dolor podemos lavar la picadura con agua fría y jabón y en el momento del baño optar, si es posible, por emplear agua templada para evitar el aumento del dolor. También se debe secar a toques y evitar la fricción y cabe la posibilidad de aplicar frío, evitando el contacto directo, para paliar el picor y la inflamación. Una medida muy recomendable es mantener corta la longitud de las uñas para evitar lesiones en caso de rascado.

Acuda a un centro médico si la picadura se hincha mucho o durante horas va a más o si la inflamación persiste varios días y se acompaña de picor, calor y dolor, ya que puede ser que exista una infección. Cabe prestar especial atención a zonas como la nariz o la boca, pues al inflamarse pueden obstruir la entrada de aire, dificultando la respiración.

Para su prevención es mejor evitar los paseos a la salida y caída del sol cerca del agua. En el campo, y más aún si hay agua cerca, es recomendable vestir con manga larga, mejor si las prendas son de algodón y de colores claros. Los zapatos, mejor cerrados y con calcetín. Aplicar repelente después del protector solar en las zonas descubiertas, evitando las mucosas y las manos. Usar repelentes eléctricos y mosquiteras para dormir. Emplear mosquitera en el carro del bebé.

Mosca negra

El cambio climático, con periodos calurosos más prolongados, así como el aumento de la temperatura del agua y la limpieza de los cauces de los ríos (zonas de reproducción del insecto) son factores claves en el aumento de la proliferación de la mosca negra.

Al respecto, el Dr. Manuel Menduiña Guillén, especialista en Medicina Interna, explica que «el insecto empieza su ataque inoculando una pequeña dosis de anestésico, que le permite morder sin que el individuo afectado se dé cuenta. La mordedura es bastante dolorosa y en ciertas personas desencadena una reacción alérgica que requiere tratamiento médico urgente».

El efecto final se traduce en una roncha de varios centímetros que suele sangrar, que va acompañada de una elevada hinchazón que puede durar hasta un mes.

Por todo ello, es muy importante no rascarse, ya que puede empeorar la herida y hacer que se infecte. Se recomienda aplicar hielo para bajar la inflamación y, en caso de que la hinchazón no remita, acudir al médico.

Otros insectos

En el caso de avispas y abejas, ambas son las que producen con más frecuencia reacciones graves, aunque son poco habituales en los niños. La diferencia entre estos dos insectos es que esta última suele dejar clavado el aguijón tras la picadura, que debe extraerse con pinzas lo más pronto posible, para frenar la entrada de veneno en el cuerpo. En el caso de picor en ojos, palmas de las manos o pies, o un enrojecimiento del cuerpo, acudir al médico.

En caso de picaduras de arañas, estas producen una mancha roja con dos puntos centrales en la piel, mientras que los escorpiones solo presentan uno. Las garrapatas suelen quedarse adheridas a la piel y se va hinchando según chupa la sangre del huésped. Otras veces, la picadura pasa desapercibida y unos días después se aprecia una costra negra.

En el caso de chinches y pulgas producen numerosas picaduras pequeñas, agrupadas muy cerca entre sí, sobre una zona del cuerpo. Producen un picor inmediato.