Vestigios del pasado industrial y social de Reus relucen de nuevo
Reus Ocult abre las puertas de diez espacios patrimoniales, habitualmente no visitables, solo este fin de semana
Las actuales oficinas de Aigües de Reus esconden el recuerdo de uno de los negocios más importantes que hubo en la ciudad entre los siglos XIX y XX. En el barrio dels Poetes, sigue en activo una de las pocas fundiciones que quedan en la provincia. Los característicos bloques del barrio Gaudí son testimonio del intento de evitar la ciudad-dormitorio; y el actual Parc de Bombers de Reus es heredero del Cos de Bombers Municipal organizado en 1930.
La lista de espacios patrimoniales de Reus que este fin de semana abren puertas de forma excepcional de la mano de Reus Ocult –iniciativa de la Associació Espais Ocults– es mucho más larga. En total, 10 espacios, que se completan con: Xalet Serra, Granja Roca Soldevila, el Centre d’Amics de Reus, el Vapor Vell, Redessa Tecno y también el Port de Tarragona, como punto de partida de las mercancías del Camp hacia el mundo.
«Es una forma de conocer edificios desconocidos», explicaban este sábado, 5 de octubre, Patricia, Anna, Corina y Jana. Son cuatro amigas con prácticamente todo el fin de semana organizado alrededor de Reus Ocult. Anna, de Vila-seca, es ya la tercera edición que hace visitas en el marco de esta iniciativa, mientras que el resto –reusenses– es la primera.
Este sábado por la mañana ya habían visitado la Foneria Artística Ginfer. Por la tarde, tenían programado pasar por el Vapor Vell, el Centre d’Amics de Reus y también aprovechar para subir al campanario de la prioral de Sant Pere. Para este domingo, 6 de octubre, se habían reservado la visita al Xalet Serra, donde hubo el laboratorio farmacéutico del vallense Antoni Serra i Pàmies. Así lo explicaban pasadas las doce del mediodía, mientras hacían cola para entrar a las oficinas de Olis Sabater (en el actual Aigües de Reus). Una visita a la que también asistía Cori y su marido, que hace ya años que aprovechan Reus Ocult para descubrir espacios a menudo desconocidos que explican el pasado y también el presente de la ciudad, como las oficinas Olis Sabater, en el número 23 de la calle de Josep Anselm Clavé.
La visita empezaba en la plaza de Antoni Sabater i Esteve, «el protagonista de esta historia», explicaba el guía. Un espacio que, a la vez, se conoce popularmente como ‘plaza de les Aigües’, lo que deja entrever que en un mismo espacio confluyen dos historias: la de los Sabater y la del agua. De hecho, las actuales oficinas de Aigües de Reus conservan los recuerdos de lo que fueron las oficinas de Olis Sabater. El edificio, de estilo novecentista, fue construido en 1919 por el arquitecto Josep Simó Bofarull por encargo de Josep Sabater Roig, el entonces propietario del negocio, después de casi cien años en funcionamiento (fundado en 1820 por Antoni Esteve). La empresa trabajó con un amplio abanico de productos, desde aceites, a jabones o frutos secos. Y también hacían de prestamistas, lo que explica que el interior de las oficinas tenga la apariencia de banco. Allí también se respira el estilo novecentista, con columnas que recuerdan al Centre de Lectura de Reus.
Las historias de Reus Ocult también se entrelazan con el presente, y si en el caso de Olis Sabater, este sábado se hana cercado familiares de los que fueron los antiguos propietarios y también de extrabajadores; en la Foneria Artística Ginfer, los visitantes han podido hablar con el actual gerente, Luís Vidiella, que vive la profesión con plena pasión, siendo ya una de las pocas fundiciones que quedan. «Aquí llegaron a trabajar entre 15-20 empleados», explica. Ahora, son tres: él, su mujer y un joven que empezó a los 16 años a trabajar con ellos.
Abrir las puertas de su negocio, ubicado en la calle de Àngel Guimerà, sirve para dar a conocer un taller muy desconocido, incluso para los propios vecinos, y también una profesión en vías de extinción. «El plástico mató al aluminio», señala Luís. De hecho, hasta hace 15 años, la producción de piezas industriales era el grosor del negocio, en activo desde hace unos 70 años. La parte artística era residual, pero en estos momentos se han girado los papeles, «y ahora trabajamos para escultores». El nombre de Ginfer está impreso en muchas de las esculturas de las calles de Reus, y también alrededor del mundo, como la estatua de Kubala en el Camp Nou o unas coronas de bronce en el mausoleo de Robert Kennedy.