Tres grandes proyectos de Reus, en manos del próximo gobierno
A solo cuatro meses de las elecciones municipales, Reus tiene tres grandes proyectos que llegarán al final del mandato sin materializarse: el desarrollo de la antigua Hispània (parking de Riera Miró), la transformación del Carrilet y el desdoblamiento del CAP Sant Pere. Son, precisamente, los proyectos que marcaron la campaña electoral de 2019. En estos cuatro años se ha avanzado en todos ellos. Pero ahora, que acaben siendo una realidad o queden en un cajón dependerá del próximo gobierno entrante. ¿Qué opinan los grupos de la oposición? Si fuera por ellos, ¿saldrían adelante?
«Somos ambiciosos e impulsamos proyectos que requieren planificación, consenso, participación y financiamiento. Los grandes proyectos de ciudad y con visión de futuro requieren tiempo», aclara el alcalde de Reus, Carles Pellicer. Destaca que el gobierno «ha trabajado desde el primer día con la mirada larga», impulsando «proyectos importantes que trascienden, por lógica, más de un mandato». Así pues, el consenso es primordial por, si hay un cambio en el gobierno, estos proyectos sigan adelante.
Preguntados los grupos de la oposición (PSC, CUP y Ciutadans), lo que queda claro es que el desdoblamiento del Centre d’Atenció Primària (CAP) Sant Pere es el que mayor consenso genera. Un proyecto «prioritario», aunque, a la vez, es el que va con más retraso. «Solo hemos visto un esbozo», señala la concejala de la CUP, Mònica Pàmies, mientras que Débora García, al frente de Cs, señala que «el día que veamos que se inician las obras, creeremos que realmente se apuesta por ese proyecto».
Precisamente la semana pasada, el Ayuntamiento anunció el acuerdo alcanzado con Generalitat para que el desdoblamiento sea una realidad: el Área Básica de Salud (ABS) Reus 1 será trasladada al barrio del Carme, donde actualmente hay el parking de zona azul de la calle Sant Benet. El proyecto también contempla un aparcamiento municipal subterráneo de una planta (100 plazas) y 70 viviendas. Todo ello se desarrollaría en un plazo de entre tres y cuatro años y con una inversión estimada de 9 millones de euros: el Ayuntamiento aportaría 3,5 millones y el Institut Català del Sòl (Incasòl), 5,6. El pleno de este mes de enero ya dio el visto bueno al convenio que, ahora, está pendiente de firmar. Así, parece que se pone en marcha la maquinaria de un proyecto del que se habla desde hace más de diez años. Como recuerda la concejala del PSC, Sandra Guaita, «en 2010, cuando todavía gobernaba el PSC, ya se estableció un mapa sanitario en la ciudad que preveía desdoblar el CAP Sant Pere en el antiguo hospital (en la calle de Sant Joan)». Después de quedar el proyecto paralizado, Guaita recuerda que en 2014 «ya había una partida destinada en los presupuestos de la Generalitat, pero quedó aturada». Ahora, parece que se ha desatascado pero, en todo caso, la socialista remarca que «la salud es un tema primordial» y que «tenemos que garantizar que el CAP se desdoblará».
En cambio, la transformación del Carrilet es un proyecto que genera más bien dudas entre todos los grupos de la oposición. Actualmente, y después de todo un proceso participativo llevado a cabo en la ciudad sobre qué usos tendrían que incorporarse en la zona, hay a licitación los contratos para redactar los proyectos. «Es un tema enquistado. El gobierno no tenía ni idea de qué quería en la cacareada transformación que proclamó en la campaña electoral del 2019», exclama Débora García, desde Cs.
El futuro del mercado es el que más polémica levanta, tanto entre las paradistas y vecinos de la zona, como también dentro del consistorio. Para García, «no debió darse desde el inicio falsas esperanzas». Por su lado, Sandra Guaita es clara: «El Mercat tiene que seguir en el mismo punto donde se encuentra ahora» y subraya que «bajo ningún concepto es justificable su traslado a la nave de la avenida del Carrilet». Y es que cabe recordar que el Ayuntamiento ha comprado una antigua nave industrial, el número 16-20 de la avenida del Carrilet, con el fin de reubicar allí el mercado, después que el actual equipamiento cierre puertas en junio de 2024. Los socialistas se muestran a favor de dicha compra, pero para darle otro uso.
Para la CUP, todo el proceso del Carrilet «ha sido un despropósito», exclama Mònica Pàmies. En este sentido, la cupaire tacha el proceso participativo de «fracaso» y denuncia que «las preguntas estaban conducidas hacia donde querían ellos».
Además, critica que «no se hacía referencia al tema que más preocupa a los vecinos, que es la continuidad del mercado». «En las primeras encuestas, que eran más abiertas, la ciudadanía incidió en cuestiones sobre limpieza, el tráfico... Y nada de esto tampoco se cubre con el proyecto», añade.
Para Mònica Pàmies, el gobierno «va muy deprisa a hacer anuncios, pero dedica poco tiempo a la participación». Unas «prisas que son solo para cumplir», considera. En esta misma línea, Pàmies recuerda que en el barrio del Carme, «los vecinos pedían que en el ámbito donde va el CAP hubiera zona verde, y en el esbozo que nos han enseñado, no la vemos».
En el actual aparcamiento de zona azul de Riera Miró es donde tiene que desarrollarse el proyecto conocido como el de la Hispània. Allí hay proyectado un aparcamiento subterráneo de tres plantas (340 plazas) y 63 pisos (tres de renta libre y 60 con protección oficial). Justo a finales de diciembre, el Ayuntamiento licitó el contrato de obras y, una vez adjudicadas, podrán empezar los trabajos. Pero la presencia de plomo en el subsuelo de un sector hizo saltar las alarmas y hay vecinos opuestos al aparcamiento. La CUP está abiertamente en contra del parking.
En cambio, el PSC pone el acento en que «Reus necesita viviendas y, especialmente, parque público». Así pues, «estamos a favor de que se ejecute el proyecto», pero «siempre garantizando la seguridad del vecindario», subraya Sandra Guaita. Débora García, por su lado, destaca que este es el «proyecto más avanzado», pero recuerda que «uno de los problemas en los que se están encontrando las administraciones es que los concursos quedan desiertos». En el caso concreto de Hispània, «no ayuda el que se vayan haciendo correcciones sobre la marcha».