Jacint Pallejà (presidente saliente de El Tomb): «Tenemos que situar Reus en el mapa»

Jacint Pallejà da un paso al lado al reorganizarse internamente El Tomb de Reus, pero «seguiré ayudando» –aclara– y lo hará, entre otros temas, «con el Área de Promoción Económica Urbana (APEU) y la App de gestión de datos y clientes», presentada el pasado mes de marzo. El comerciante, ya jubilado, ha acumulado experiencia dentro de El Tomb y, además, es el único presidente que ha repetido en el cargo: lo fue de 2001 a 2014 y de 2020 a 2024.

¿En qué punto se encuentra El Tomb con este cambio?

Observamos tres cosas: quien manda es el cliente, que cada vez está más empoderado, pero es menos fiel; que el universo tiene tendencia al desorden; y que el mundo tiene una elevada velocidad de cambio. Reus siempre ha crecido, no de forma uniforme, y nuestra labor es adaptarnos al centro comercial urbano que nos ha regalado la historia. Además, hay una elevada rotación de establecimientos y los retos en los que trabajamos son la digitalización y sobrellevar los cambios tecnológicos.

Si contraponemos sus periodos como presidente en El Tomb, ¿cuánto ha cambiado Reus?

Desde que El Tomb se fundó, hará unos 25 años, antes y ahora, por la ciudad, han pasado todo tipo de negocios y empresarios, pero la razón por la que surgimos fue para luchar –con el apoyo de la Generalitat– contra la aparición de las grandes superficies. Quizá, lo que se podría decir, es que la lucha se ha vuelto multidireccional, pues los contrincantes se han multiplicado: la pandemia, Internet, el entorno...

Describa esas dos etapas.

Han sido dos roles distintos. La primera etapa fue muy técnica. Había que poner un nombre a la entidad, buscar asociados y comunicárselo a los clientes. La segunda fue de continuidad postpandemia, luego está el reto del APEU (una herramienta de la que estamos aprendiendo mucho) y, por último, la digitalización como formación. Diría que, ahora, por lo que apostamos es por la complementariedad de redes sociales junto a la App para segmentar clientela.

Tiendas emblemáticas han cerrado y grandes marcas se han marchado. ¿Reus puede perder su singularidad?

Reus cambia y el mundo, también lo hace. Vivimos un momento en el que toda ciudad parece un calco de otra. Pero, eso, lo que nos dice a nosotros, es que tenemos que incorporar motores para avanzar.

¿Y cuáles son?

Más allá de lo comercial, la restauración, el sector servicios, así como el de la belleza, viven un gran momento en la ciudad. Se ha ganado muchísimo con ellos, y hay que seguir adaptándose. Todo esto hay que saber explicarlo. Tenemos que ser capaces de situar Reus en el mapa, comercialmente y en todo los sentidos. Para ello, necesitamos una gobernanza.

¿Y qué pasa con los barrios?

Sus necesidades y las del centro son distintas. Y, además, las peticiones del siglo XXI son muy distintas. Hacen falta dos políticas de márquetin.

¿Cuál es el futuro de El Tomb?

Está marcado por el cliente, que es quien manda, aunque es un éxito haber llegado hasta donde lo hemos hecho. Tal vez, queda pendiente que el comercio vaya a una.