Riudecanyes perfora pozos y ha preparado arquetas para camiones cisterna
La población no consume el tope de 200 litros por habitante que marca la emergencia declarada por la ACA y hay agua de boca para dos años, pero ya se buscan alternativas de futuro. Lo que más preocupa es el riego
«El agua de boca está garantizada. En el pantano hay 280.000 metros cúbicos. Las restricciones que nos ponen hablan de 200 por habitante y día. Haciendo números, si nada cambiase, habría para más de dos años y en algún momento tendrá que llover. La preocupación más grande es el agua de riego, que quedará suspendida». Con estas palabras se dirigió a los vecinos de Riudecanyes, a última hora de este jueves, el alcalde del municipio, Ernest Roigé.
Lo hizo en una reunión informativa convocada a raíz de la declaración de emergencia de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) por la sequía, que limitará los consumos en la localidad.
Pese al mensaje de calma, el Ayuntamiento ya se ha puesto en marcha ante el escenario incierto que se abre a futuro: se están perforando pozos con la ayuda de zahoríes, se ha realizado una preinstalación con arquetas que tiene capacidad para albergar hasta dos camiones cisterna y se contempla la dilución de agua del pantano.
La presión en los grifos de las viviendas, en muchos de los cuales se colocaron recientemente aireadores, se ha reducido. En todo caso, las restricciones en el agua de boca, de inicio, «no se notarán». Y es que, con cifras del consistorio, en el último año los consumos de Riudecanyes han oscilado entre los 170 y los 180 litros por habitante y día. No han llegado nunca, por lo tanto, al tope de 200 que ahora establece la ACA. Roigé destacó que «estamos concienciados» y pidió a los alrededor de 70 vecinos presentes en la reunión que no hagan acopio.
Hallar nuevas fuentes
«Si hubiésemos necesitado recibir una cisterna, lo teníamos muy complicado. Pero hemos acondicionado espacios a donde puedan acceder cómodamente los camiones, conectarse con facilidad y llegar a los depósitos. Y, si se diese el caso, siempre hay opción de aportar agua en cisternas y diluir la que recibimos del pantano, mezclándolas en un depósito antes de la potabilización», detalló Roigé.
Para que esto se volviese necesario, «tendría que bajar mucho más el nivel del pantano, cosa que haría que filtrar y sanear el agua fuese más complicado y pediría una aportación externa». Sin embargo, hoy «no estamos cerca de esta situación» sino que «estamos previniendo y planteando nuevas fuentes, algo que hacemos desde tiempo atrás», señaló el alcalde.
En cuanto a los pozos, «estamos tratando de hallar, con los estudios de la ACA y el apoyo de zahoríes locales, zonas cercanas donde hacer perforaciones para ver si somos capaces de encontrar agua. Hicimos una hace dos semanas y casi no nos salió nada, y esperamos lograrlo», especificó Roigé. Y es que «vale la pena. Hay agua, estamos encima de un acuífero y tenemos que dar con el punto».
Para los regantes, «será duro y complicado si no llueve», admitió el alcalde, que durante la reunión les tendió la mano en el sentido de «acompañar a pedir ayuda a donde haga falta». En el municipio, que tiene unos 1.400 habitantes, cuentan con que la declaración de emergencia entre en vigor el martes o el miércoles. En la reunión, los vecinos preguntaron por las medidas que se aplicarán y posibles salidas. Hasta nuevo aviso, no se podrá regar, rellenar piscinas ni limpiar coches o calles a manguerazos, y las fuentes se cerrarán, además de limitar el consumo a 200 litros por habitante y día. El regreso a la normalidad «lo marcará el pantano» y depende de las lluvias.