Refugios climáticos en Reus: «Vengo a charlar, a leer la prensa y, de paso, a estar fresco»

El público de los edificios habilitados contra el calor son usuarios asiduos que aprovechan el aire. Se admiten perros

«Como siempre me han gustado mucho las manualidades, vengo a menudo aquí a ver qué se hace en los talleres. Y en verano, ya que hay aire acondicionado, también estoy fresco. Miro, opino, y paso un rato con buena temperatura», explica Josep Marqués, de 80 años, desde el Centre Cívic Mestral.

El del barrio Gaudí es uno de los 17 equipamientos municipales de Reus que están funcionando este agosto como refugios climáticos. Aunque el concepto no acabe de calar entre el 100 % de la población, cada vez son más los que identifican este tipo de edificios como lugares en los que cobijarse cuando más aprieta el calor. El protocolo recomienda que ofrezcan al menos sitio para sentarse y agua gratis, y que no superen los 27 grados. Y, en Reus, admiten la entrada de perros.

Los refugios climáticos se dirigen especialmente a menores de 4 años, mayores de 75, personas frágiles que viven solas, con discapacidad que limite el autocuidado o afecte a la movilidad, enfermas crónicas o vulnerables, así como a sus mascotas.

El Ayuntamiento calcula que el 81 % de la ciudadanía –alrededor de 86.000 vecinos– tiene uno de estos espacios públicos, ya sea interior o exterior, a menos de cinco minutos andando desde su domicilio, en un radio de 300 metros.

Maria Rosa Pedrol, de 82 años, también es usuaria. «Acudo casi todos los días a leer la prensa y a conversar con la gente. Aunque no estoy mucho rato, dentro se está muy bien, casi mejor que en casa con los ventiladores», señala. Y es que la gran mayoría de quienes utilizan los refugios lo hacen accidentalmente: no entran para huir de las temperaturas extremas sino que lo hacen llamados por rutinas o actividades programadas y acaban beneficiándose del confort. Cumplen de esa forma su función.

En cuanto a edificios, este verano abren –algunos incluso en fin de semana– para combatir el calor los Centres Cívics, pero también, la Biblioteca Central Xavier Amorós y la Biblioteca Pere Anguera, el Mercat Central y el Mercat del Carrilet, Cal Massó, La Palma, el Casal de Joves, el Museu Salvador Vilaseca, la Oficina de Turisme, el Gaudí Centre y el Pavelló Olímpic Municipal.

También Francisco Mendiola, a sus 76 años, es un clásico del Centre Cívic Mestral: «Vengo frecuentemente, saludo a los amigos y leo el periódico. Si uno se queda demasiado rato aquí, hasta acaba saliendo con frío», comenta.

Situaciones sobrevenidas

El Centre Cívic Mestral cuenta con jarras con agua y está gestionando la instalación de una segunda fuente que abastezca el completo de las instalaciones, más allá del aire acondicionado. Abre sus ordenadores y el wifi a quien los quiera utilizar, también en esta época del año, y ofrece una amplia biblioteca con todo tipo de obras.

El grueso de su público lo forman mayores, que son usuarios habituales, satisfechos con que este año los Centres Cívics no hayan parado durante el mes de agosto y continúen programando actividades.

Pero, más allá de eso, recientemente, el equipamiento ha sido útil también ante situaciones sobrevenidas: en el incendio que tuvo lugar en una vivienda del barrio a mediados de julio, con mucho calor, algunos vecinos se autoevacuaron allí mientras finalizaban las labores de extinción.

Espacios al aire libre

Además de los equipamientos, la red de Reus incluye espacios que ejercen de refugio climático al aire libre, como arboladas o parques públicos que contengan generalmente verde. El consistorio cifra en un total de 250.000 los metros cuadrados de superficies mayores de 3.000 con sombra media o densa. Y estima que 65.000 personas están a menos de 300 metros de alguna de ellas.

El proyecto de renaturalización de la ciudad RENATUReus avanza en la creación de nuevos refugios climáticos. Actualmente ya se ha adjudicado el contrato para la redacción del proyecto y la dirección de obras de naturalización de entornos escolares.

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