Prisión para el hombre que disparó contra tres mossos

El acusado, que quería que lo mataran, sigue ingresado en el hospital custodiado. Cuando le den el alta, entrará en la cárcel

La magistrada de guardia de Reus ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza para el hombre que el pasado 24 de septiembre se presentó en la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Reus y disparó contra tres agentes. Uno de ellos realizó un disparo, que impactó en el abdomen del hombre. Este fue trasladado al Hospital Joan XXIII de Tarragona, donde después de ser intervenido quirúrgicamente ingresó en la UCI. Ahora está en una habitación, custodiado por los Mossos al no poder ser trasladado todavía al Centre Penitenciari de Mas d’Enric.

El pasado domingo, se realizó una comparecencia en el Juzgado de Instrucción número 2 de Reus, que estaba de guardia. Se encontraban presentes la magistrada, el fiscal y la abogada del detenido. El Ministerio Público solicitó la medida cautelar de prisión, a lo que se opuso la defensa. Finalmente, la magistrada aceptó la petición del fiscal.

El juzgado incoó diligencias a raíz del atestado de los Mossos d’Esquadra –por un delito de atentado a agentes de la autoridad con instrumento peligrosos y lesiones– por los hechos ocurridos en la madrugada del día 24 a las puertas de la comisaría de la Policía catalana en Reus. Dos días después se decidió prorrogar su detención hasta el pasado domingo.

Los hechos

El auto de prisión relata los hechos ocurridos. A las 22.15 horas el día 23, el hombre se presentó en la comisaría, donde fue atendido por uno de los agentes. A este le explicó que hacía muchos años que estaba con depresión y que incluso había pedido la eutanasia, que se le había denegado. Insistía en que quería quitarse la vida. Preguntó al mosso que, si se presentaba de nuevo vestido con una chilaba y una pistola, le dispararían. Ante estos comentarios, el policía solicitó la presencia de una ambulancia, que trasladó al hombre al Institut Pere Mata para que le realizaran una valoración.

A la 1.10 horas el hombre volvió a las dependencias policiales. Dijo que en el Pere Mata no le habían hecho caso y se reafirmó en que quería que le practicaran la eutanasia. Los agentes le dijeron que aquel no era el lugar adecuado para pedirlo y que tenía que acudir a un centro hospitalario, marchándose del lugar.

A las tres de la madrugada regresó por tercera vez, aunque en este caso ya no accedió al interior. En la puerta se cruzó con dos agentes que salían a patrullar. Estos escucharon un grito muy fuerte que decía: «Voy a mataros, os voy a disparar». Uno de los policías recibió un tiro, cuyo proyectil impactó en el chaleco antibalas. Los dos agentes –uno de ellos solicitó ayuda por radio– se parapetaron detrás de un murete, diciendo al agresor que dejara el arma. Del interior de las dependencias policiales salió otro policía portando su arma reglamentaria. En este momento, el agresor realizó un segundo disparo hacia este mosso, que le ordenó que tirase el arma al suelo. Pero el asaltante hizo caso omiso. Ante ello, el agente realizó un disparo, que impactó en el abdomen de la víctima.

Los policías taponaron la herida a la espera de la llegada de la ambulancia, mientras seguía gritando: «Eutanasia, eutanasia, me tenías que haber disparado a la cabeza». Le fue incautada una carabina de aire comprimido y un hacha.

Evitar la reiteración delictiva

La magistrada asegura que, en este caso, la finalidad principal de la medida cautelar es evitar la reiteración delictiva, para que atente contra la integridad física de los agentes, de terceros y de él mismo. Los médicos denegaron iniciar los trámites para la eutanasia, por lo que se sentía abandonado por las instituciones.

Esta mañana tendrá lugar una nueva audiencia en el Juzgado para determinar las medidas a imponer, según marca la Ley de Enjuiciamiento Criminal.