‘Ok’ vecinal a la estación de Reus-Bellissens, pero no al paso de ciudad

Los barrios de alrededor fían su prosperidad a la infraestructura ferroviaria, que acaba de empezar a construirse. Sin embargo, el inicio de las obras no ha aplacado la oposición al futuro túnel bajo las vías

Las obras de construcción de la estación ferroviaria de Bellissens, que se enclavará entre la avenida de Josep Pla y la calle de Manuel de Pedrolo, en el sur de Reus, ya están en marcha, con una inversión de 9,8 millones de euros. Con ellas, empieza a materializarse, por fin, una infraestructura históricamente reclamada por el territorio y que complementará a la que funciona en el Passeig Mata.

Los vecinos del entorno de Bellissens fían a la futura estación la prosperidad de la zona: esperan que los trenes traigan con ellos más y mejores servicios. Pero no ven con tan buenos ojos el llamado paso de ciudad, un acceso subterráneo ligado a una gran plaza que formará parte del complejo y atravesará las vías para unir el Campus de la URV, el Hospital Sant Joan y el Tecnoparc con Jaume Vidal i Alcover, ideado y financiado por el Ayuntamiento.

Muchos consideran este paso «innecesario» tal como se ha planteado. Critican que no admita coches y lamentan que no se priorizase, en su lugar, el paso aéreo proyectado en la avenida de la Universitat y pendiente, desde hace mucho, del desarrollo urbanístico del ámbito para salir adelante. Y sugieren otras intervenciones a las que destinar los recursos que se han dedicado al paso de ciudad.

«El inicio de las obras nos parece muy bien. Dijeron que empezarían en verano y así ha sido», valora Francesc Jornet, presidente de la Associació de Veïns El Roserar de Mas Iglesias. Sobre la repercusión que los trabajos puedan dejar en el barrio, en cuanto a ruidos u otras molestias, Jornet confía en que el solar donde se llevan a cabo «está bastante apartado de las viviendas» y «todo el tramo se ha vallado muy bien», aunque «estaremos pendientes».

En cuanto a la estación, no hay dudas. «Siempre hemos dicho que la queremos. Si se hace bien, supondrá mucho para Mas Iglesias y para toda la ciudad y lo notaremos», indica el líder vecinal. Sin embargo, del paso de ciudad, «estamos en contra, aunque no nos quede más que asumirlo. Contactamos con abogados y nos dijeron que lo mejor que podíamos hacer era dejarlo estar, pero no nos gusta».

Jornet valora que en los alrededores de Bellissens «ya hay pasos suficientes» y que los recursos que se invertirán en este «podrían ir a hacer el puente sobre las vías que lleva tanto tiempo pendiente».

Coincide con él Eduardo Navas, presidente de la Associació de Veïns I de Maig, de Mas Pellicer. «Estamos totalmente de acuerdo con la estación. Dará futuro al barrio. La gente lo tendrá más fácil para desplazarse y quien se baje del tren aquí conocerá Mas Pellicer y, quizá, si da un paseo, cambie la opinión que a veces se tiene sobre esta parte de la ciudad», señala.

El germen ciudadano

La infraestructura del Passeig Mata «nos queda muy lejos», indica Navas. Y recuerda la iniciativa que, hace cerca de una década y entonces con Valentín Rodríguez a la cabeza, lideró la Federació d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR), que «fue personalmente a Madrid a reclamar el apeadero» tras una intensa recogida de firmas de la ciudadanía. «Aunque ahora parezca de los políticos, aquello lo lograron los vecinos», incide el presidente de I de Maig.

Pero rechaza el paso de ciudad. «Ya hay muchos y ese dinero podría haber servido para mejorar el barrio, donde hace 40 años que no nos pintan ni las rayas del suelo», opina.

Al frente de la Associació d’Amics del Barri Fortuny, Pepita Roig lanza la propuesta de implantar «autobuses municipales, lanzaderas, que conecten la estación de Bellissens con puntos más céntricos para que sea aún más útil». Y destaca la importancia de algo tan básico como que «más allá de la estación, tengamos trenes. Si el servicio no funciona como debería, lo que se construya no va a servir».

Roig pide, además, que lo que se haga de nuevas «sea adaptado para todas las personas», sin barreras arquitectónicas.

«Queremos el puente»

Y desde la Associació de Veïns del Barri Juroca, el presidente Manuel Villalba incide en que «lo que queríamos que se hiciese era el puente de la avenida de la Universitat, y lo he reclamado mil veces y desde hace mucho. Si esperamos al desarrollo de los planes parciales, no lo tendremos nunca. Los vehículos, las ambulancias, tienen que dar grandes rodeos. Y pasos ya los hay». Villalba sí da el ok a la estación: «Todos los servicios son bienvenidos y estará bien».

Tras la puesta en marcha de las obras este lunes, la previsión es que las primeras excavaciones se hagan visibles hacia septiembre. Adif fijó la apertura de Bellissens para 2025 pero, dados los plazos, esta podría demorarse un poco más. La alcaldesa, Sandra Guaita, celebraba a inicios de semana que la estación «será un icono de la movilidad sostenible y la intermodalidad».

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