Más de 5.300 vecinos firman para reclamar que Reus sea más accesible
Personas con movilidad reducida denuncian obstáculos y aceras imposibles. Minusválidos Reus registró las rúbricas en la Oficina d’Atenció Ciutadana y espera que «sirvan para mejorar la vida de todos».
Cargado con tres grandes sobres, Antonio Pujol, miembro de la iniciativa Minusválidos Reus, acudió ayer a la Oficina d’Atenció Ciutadana. En la solapa de uno de ellos, tenía anotado el recuento de su contenido: 5.365 firmas de vecinos convencidos de que las condiciones de accesibilidad que la ciudad ofrece son mejorables.
Pujol entregó las rúbricas al Ayuntamiento y espera, ahora, que el gesto «sirva para hacernos la vida un poco más fácil a quienes, como yo, nos desplazamos en silla de ruedas, pero también a los padres y madres que empujan un carrito de bebé o a las personas que llevan el de la compra».
La recogida de apoyos la puso en marcha Julián Fuentes, otro integrante de Minusválidos Reus. «Entré en un bar a comer, necesitaba ir el servicio y no pude. Cada día me topo con aceras estrechas, rampas inclinadas, adoquines y baldosas rotas... y eso fue la gota que colmó el vaso», explica. Así que se lanzó, carpeta en mano, a «preguntar a la gente que me iba encontrando si quería firmar por un Reus más accesible». Y hasta 5.365 dijeron «sí».
«La peor zona es la de alrededor del Ayuntamiento y de la Prioral, algunas calles del núcleo», lamenta, y dice que «es complicado sortear las partes empedradas con la silla, que también se engancha si las baldosas no están bien». Además, «por ejemplo, en la avenida de Marià Fortuny es imposible subir a la acera en los pasos de peatones, la pendiente es muy alta y solo se salva marcha atrás».
En el bus, «las rampas de los vehículos nuevos son más estrechas y más cortas, y complican los movimientos», y en algunos comercios «la única solución es llamar a la dependienta desde fuera». Fuentes expresa que «por problemas así, con frecuencia tenemos que acabar pidiendo ayuda a otra gente cuando podríamos ser más autónomos».
Un catálogo de puntos negros
Coincide con él Pujol, que reclama que «hagan desaparecer ya las barreras arquitectónicas que aún hay, que son muchas». Pujol ha elaborado un catálogo de puntos negros consultable a través de la web www.minusvalidosreus.org. «No puede ser que haya aceras tan estrechas por las que no quepa una silla de ruedas», se queja. Y denuncia que la ocupación de la vía pública con terrazas, expositores de fruta y verdura o cartelería «deriva en que todo sean obstáculos para nosotros».
En su lucha, Minusválidos Reus se ha aliado con entidades vecinales. El presidente de la Associació de Veïns I de Maig, Eduardo Navas, acudió también al Ayuntamiento. «En Mas Pellicer tenemos a vecinos con movilidad reducida y no puede ser que haya lugares a los que, en 2022, aún no puedan acceder», detalla.
Consultado al respecto, el gobierno indica que «todas las actuaciones del Ayuntamiento en la vía pública, de obra nueva o de mantenimiento, tienen en cuenta la accesibilidad». Recuerda que existe una Comissió d’Accessibilitat e invita a la ciudadanía y entidades a informar en ella sobre cualquier carencia. El pleno también aprobó, este julio, una moción socialista sobre mejoras de accesibilidad.