Más carriles bici en Reus: la red crecerá hacia el sur y el oeste con nuevos tramos
Astorga y Recasens i Mercadé, próximos focos. Los usuarios piden seguridad en las rotondas y mejores conexiones. El Ayuntamiento modificará puntos negros
Durante muchos años los carriles bici fueron una cuestión pendiente en Reus, reclamados por los ciclistas y, más adelante, también por los usuarios del patinete eléctrico. Los que había eran pocos e inconexos, prácticamente inservibles.
Luego, la llegada de los Next Generation los desplegó de golpe en las calles, contados por kilómetros. Y esa novedad generó polémica bajo multitud de argumentos: restaron sitio al coche y zona blanca, reconfiguraron paradas de bus con plataformas y dameros, irrumpieron en las rotondas en un formato desconocido para la ciudad y pareció, después de todo, que casi nadie los utilizaba.
El tiempo los ha convertido en normalidad y su aceptación aumenta. La bicicleta pública Ganxeta busca, igualmente, darles sentido. Y la red ciclable seguirá creciendo hacia el sur y el oeste.
Los siguientes tramos de carril bici en construirse se encajarán en la calle Recasens i Mercadé, que discurre frente al estadio municipal, en AgroReus; y en la calle Astorga, en el contexto del macroproyecto de movilidad del Eix Astorga.
En el primer caso, una de las finalidades del futuro carril bici es aportar más soluciones de movilidad a esa zona, en la que las empresas y la Associació de Polígons Industrials de Reus (APIR) han pedido, en varias ocasiones, ampliar las opciones para sus trabajadores.
Allí también llegará la Ganxeta con una nueva estación pegada a la rotonda. En cuanto a Astorga, se trata de pacificar el entorno y enlazar los barrios del sur con el Passeig Mata, también mediante la bicicleta.
Llegados a este punto, ¿es Reus una ciudad amable para salir a pedalear? ¿Está el municipio preparado para la nueva movilidad?
Los ciclistas y los conductores de patinetes eléctricos piden, entre otras mejoras, más seguridad en las rotondas, continuidad entre los tramos de carril y, sobre todo, pedagogía para el tráfico a motor. La sensación, en general, es que se ha avanzado bastante pero aún queda recorrido.
«Los coches no respetan»
Julián Gómez, de 23 años, alterna la bici y el patinete para desplazarse diariamente desde el barrio Gaudí a «hacer cualquier cosa: la compra, ver a mi madre...». Prefiere aprovechar los carriles habilitados porque «quiero cuidarme y ahí los coches nos respetan más, es más seguro. Si no, a uno se le echan encima y hay situaciones complicadas».
Ir por los que están segregados en la calzada «es mejor, ya que uno puede ajustarse a la velocidad y tampoco da problemas a los peatones», dice. Y echa en falta que los haya «en Països Catalans, porque ofrecerían servicio a mucha gente».
«Más hacia el centro, en la Riera Miró», es donde pondría carril bici Diego Torrico, de 17 años, otro usuario asiduo del patinete que, igual que el anterior, señala que «intento no ir por carretera porque, con los coches, es peligroso».
Y, a sus 67, César Pérez comenta que «es estupendo que haya carriles para nosotros. Yo nunca en mi vida había ido en bicicleta y, ahora, estoy jubilado y vengo a menudo desde Aigüesverds. Circulo por toda la ciudad porque la bici es muy práctica».
Pese a todo, añade, «tengo una gran queja: es increíble que, habiendo carril bici que sale de Misericòrdia, uno tenga que ir subiéndose y bajándose de aceras de hasta 20 centímetros para salvar las rotondas». «¿Por qué no hay conexión?», se pregunta. Y subraya que «aunque Reus se va poniendo fácil para la bicicleta, los coches no nos tienen en cuenta».
Reus-Salou-Vila-seca es la ruta que hace todos los días, pedaleando y bien equipado, Antonio Díaz, de 75 años. «Los carriles bici dan más seguridad porque la mayoría de coches van de cualquier manera», destaca, aunque «siempre hay flecos por acabar». Uno de ellos, «la forma en la que se han puesto en las rotondas, que obliga a tener muchísimo cuidado para que no te atropellen».
Expansión a otras áreas
Desde el Ayuntamiento, el concejal de Via Pública, Daniel Marcos, valora que «cojo la Ganxeta y esta es una ciudad muy preparada para ir en bicicleta, con una infraestructura bastante desplegada y la proyección de Recasens i Mercadé. Aunque hay margen de mejora y espacios por conectar, disponemos de más de 40 kilómetros de carril bici».
El nuevo gobierno, con Sandra Guaita al frente, «seguiremos mirando, continuamente, las necesidades de carriles, que existen aún. Y habrá que hacerlo planificadamente y buscando fondos», detalla. La Ganxeta ejercerá probablemente de palanca en su uso.
El edil precisa que a inicios del mandato se activó una comisión para analizar modificaciones sobre el trazado general del municipio en algunos puntos especialmente conflictivos y que comprometían la seguridad de las bicis y los patinetes.
«Se hicieron consultas, porque los carriles estaban ligados a fondos Next Generation y debíamos saber si estaba permitido realizar alguna variación, y todo apunta a que sí se puede hacer», expone. Sin embargo, «todavía estamos acabando de hacer esa revisión» y «pronto podremos explicar qué puntos se verán modificados para ganar seguridad».