Marià Fortuny, el paseo Sunyer y el final del Raval de Sant Pere, las zonas de Reus con más atascos

La tregua que agosto da al tráfico en Reus acabará pronto con la vuelta a la rutina y el colapso en algunos puntos. Las carreteras de Alcolea, Montblanc y Cambrils son accesos lentos

Agosto, con el parón veraniego, convierte el tráfico de Reus en un oasis. Pero no todo el año es así. En pocas semanas, el regreso de la actividad traerá consigo episodios de congestión, en horas punta, que ya son habituales en algunas zonas de la ciudad.

El nuevo Pla de Mobilitat Urbana señala las avenidas de Països Catalans, President Macià y Marià Fortuny, «especialmente en el entorno de La Fira», como las que más colapsan. También identifica atascos regulares en el paseo Sunyer. Y, dentro de la red secundaria, apunta tráfico lento y embotellamientos en el tramo final del Raval de Sant Pere y la Riera Miró, «donde hay mucha densidad de vehículos».

Los vecinos de estas áreas asisten diariamente a situaciones de taponamiento. Y piden medidas que las alivien. Apuntan, también, al despliegue «desordenado» de carriles bici como otro factor de descontrol. Y esperan que las últimas intervenciones urbanísticas programadas, como la construcción del futuro complejo de viviendas y parking público de La Hispània, «no generen problemas importantes».

«Lo primero que habría que hacer son nuevos aparcamientos disuasorios en las afueras», opina el presidente de la Associació de Veïns de Xalets Quintana, Joan Maria Borràs. Y recuerda que «hay muchos solares municipales que están vacíos, sin uso, en la periferia y que podrían servir para asumir al menos parte de los vehículos que llegan sin que haya que pagar».

El municipio cuenta ahora con unas 820 plazas de estacionamiento en parcelas provisionalmente habilitadas, que se ubicaron en Països Catalans (275 plazas), Sor Lluïsa Estivill (50), Raval de Sol i Vista (24), Roger de Llúria (42), Velòdrom (68), carrer Badalona (140), Falset (21) i frente al Institut Pi del Burgar (200). El último disuasorio tomó forma hace tres años. La peatonalización del centro y la pérdida de puestos de zona blanca en favor de la red ciclable y de la renovación de contenedores de basura mantiene vigente, desde haces meses, la reclamación ciudadana de que se creen más.

En Marià Fortuny, «la parte desde la rotonda de La Fira hasta el Carrefour y el hotel es donde más densidad de tráfico hay», valora el presidente de Xalets Quintana, que ve que «los coches se acumulan especialmente en algunas franjas del día y salen como pueden». «Allí, pero también en otras calles como la avenida de la Salle, uno puede perder diez o quince minutos en un atasco», lamenta. Y destaca que «es positivo sensibilizar a la gente para que vaya a pie por el centro, pero hay que plantearlo bien».

El Pla de Mobilitat Urbana especifica que la circunvalación de las avenidas concentra gran parte del tráfico porque estas «forman, de facto, la ronda de Reus» que realiza la distribución para todo el municipio. La circulación por esas vías fluctúa entre los 9.000 y los 14.000 vehículos diarios por sentido, según el mismo documento.

En el interior de esa corona, los paseos de Prim y Sunyer y la avenida de la Salle, que integran el otro eje de la red básica, absorben entre 4.000 y 6.500 en sus tramos centrales. Más en el núcleo, el Tomb de Ravals registra unos 5.000 vehículos por día y sentido.

A las 8h. y a las 18h.

Los principales focos de colapso se producen, tal como se refleja en el Pla, en dos horas concretas: las 8 y las 18h., al arrancar el día y por la tarde. Aparecen cuando «las vías no son capaces de soportar el tráfico que circula por ellas, surgen problemas de congestión y atasco. Es decir, los vehículos no pueden pasar con fluidez y quedan parados».

«Es sobre todo por las tardes, a partir de las seis y hasta las nueve, cuando la congestión es importante. Y pasa generalmente en los meses de invierno. Quizá coincide la gente que entra y sale de Reus y la que va a comprar», detalla la presidenta de la Associació de Veïns de Horts de Miró, Pilar Flamenco, sobre la desembocadura del Raval de Sant Pere y la Riera Miró. «No sé muy bien cuál es la causa, pero es verdad que el tráfico es muy lento y tiene que ir parando», añade.

En Reus, en un día laborable, se contabilizan 339.221 viajes con el municipio como origen y 338.864 que lo tienen como destino. Se realizan 3,3 por habitante y día. Con datos de 2020, en la ciudad hay unos 73.000 vehículos censados, cerca de 52.000 de los cuales son turismos.

Flamenco cuenta que «hay días que, para ir desde La Fira hasta la estación de autobuses, como bajes por ahí acabas invirtiendo media hora». Sobre el proyecto de La Hispània, que debería desplegarse en lo que actualmente es la zona azul de la Riera Miró, los vecinos confían en que «no influya mucho, aunque son tres plantas de parking y cabe pensar que provoque movimiento». Pero «si quienes vienen de otros municipios lo toman como aparcamiento de referencia en lugar de otros que utilizasen antes, la afluencia a la zona puede aumentar».

Y en Països Catalans, otro de los puntos de embotellamiento, «a veces ya había colas y, desde que han hecho la rotonda del puente del barrio Gaudí, hay muchísimo atasco y, además, muchos golpes», explica la presidenta de la Associació de Veïns d’Immaculada, Esperanza Torrijos. «A diario hay choques», destaca, e incide en que los cambios de movilidad que se han aplicado «taponan la rotonda de las Baldufes desde lejos en hora punta».

En cuanto a los accesos por carretera a la capital del Baix Camp, el Pla de Mobilitat Urbana recientemente aprobado recoge que la T-11 y la C-14 son los principales y los que tienen un nivel de tráfico más elevado con unos 30.000 y 15.000 vehículos diarios por sentido respectivamente. Pero «las vías que más colapsan» son, según el mismo estudio, las carreteras de Alcolea del Pinar, Cambrils y Montblanc, que presentan «circulación densa».

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