Los vecinos del barrio de La Pastoreta de Reus critican la «ineficacia» del carril bici de la avenida La Salle

El nuevo carril «no se usa, no hay bicis suficientes» y deja menos espacio al coche, cosa que genera atascos. Los residentes están «hartos» del incivismo de usuarios de patinete eléctrico

Los vecinos del barrio de La Pastoreta reiteran la «ineficacia» del carril bici de la avenida de La Salle de Reus, que ha hecho perder espacio al coche y por ello se generan atascos. Los residentes están «hartos», además, del incivismo de usuarios a bordo de patinetes eléctricos: «Pasan por donde quieren y son temerarios, un peligro».

El nuevo carril bici se desplegó a principios de enero y el Diari se hizo eco de ello porque ya hubo protestas de vecinos y negocios. Poco después, se le unieron familias del colegio de La Salle, que se pronunciaron al haber embotellamientos a la salida del centro educativo. «Recoger a los hijos era una odisea, pero ahora es peor», confirma la presidenta de la asociación de vecinos del barrio de La Pastoreta, Puri Flores, quien añade que la llegada del nuevo carril, aparte de quitar espacio a la circulación de coches y autobuses, también «suprime plazas de aparcamiento y no hay tantas en el barrio».

«La avenida de La Salle es una gran arteria de Reus, por la que circulan a diario infinidad de vehículos, y eso, con el carril nuevo se ha visto truncado», afirma la representante vecinal. Lo que no acaban de entender los vecinos de la zona, expresa por otro lado Flores, «es por qué no se nos consultó antes, de si había necesidad de hacer un carril así». La presidenta de la asociación señala que seguro que había otras maneras: «Se podrían haber aprovechado las calles adyacentes, con menor flujo de coches, donde las bicis pasarían más tranquilas y más rápido».

Diez minutos en la rotonda

La convivencia entre usuarios de patinete eléctrico y conductores de coche, así como otros vehículos de mayores dimensiones, se ha vuelto «aun más difícil» en la avenida de La Salle de Reus. La rotonda situada en la mitad de la avenida, además, suele acoger «muchos atascos» y se suele producir algún que otro desencuentro entre conductor de coche y usuario de patinete eléctrico.

Pepi trabaja en una tienda de ropa situada enfrente de la mencionada rotonda y explica que ve cada día a gente «discutiendo al volante» o tocando el claxon. «Hay un enredo continuo. Yo vengo a trabajar en coche y pasar por esta rotonda supone estar parada 10 minutos. Es habitual ver a patinetes que no señalizan sus movimientos mientras la rodean, no sé por qué no hay más accidentes aquí», reconoce la emprendedora, que coincide con Mª Dolors, del comercio el Racó de les Flors: «Ahora, con menos zona de carga y descarga, es más enrevesado moverse en coche, pero es que si te encuentras un patinete, te lo cruzas por tu misma acera, no va por donde tocaría».

Eva Maria Zurita, propietaria del Bar Badajoz y al frente del mismo desde hace 18 años, declara que ha visto cambiar el barrio a lo largo de los años y lo conoce, también, a través de lo mucho que le cuentan sus vecinos. «La circulación ya no es fluida en la avenida y con el nuevo carril las descargas de paquetes en los diferentes negocios es bastante aparatosa. Si el tráfico de coches está ya de por sí colapsado en esta vía, la aparición de los patinetes eléctricos lo empeora todo».

El vecino Gabriel Madrazo, que está sentado en una de las mesas del bar, expresa que los usuarios de patinete adoptan actitudes «temerarias», que ponen en riesgo a los demás. «Yo tengo problemas de movilidad, voy con bastón, y cuando he de tirar la basura por la noche es una odisea. Saber que un patinete puede hacerme caer fácilmente, me resulta peligroso. Encuentro, además, que hay poca iluminación y los usuarios de patinete se mueven a bastante velocidad», detalla su situación Madrazo. Lo cuenta preocupado, puesto que la actitud que adoptan las personas a bordo de patinete «afecta a las personas vulnerables».

Desde el Ayuntamiento recuerdan que la llegada de este carril bici se enmarca en la implantación de medidas para favorecer la movilidad sostenible; y la pacificación del centro de la ciudad implica, intrínsecamente, «cambios en la circulación de los vehículos a motor y de los usos de la vía pública, a los que hará falta que un periodo de adaptación».

El carril bici en la zona de La Pastoreta, cuentan fuentes municipales, forma parte del tramo que tiene que completar la conexión de norte a sur de la ciudad en bicicleta, con voluntad intermodal. La conexión se hace con dos ejes: uno a través de los paseos y la avenida de la Salle; y el otro a través de la calle Ample, el Tomb de Ravals, la avenida del Carrilet y la calle del Escultor Rocamora.

Se trata de «un proyecto de ciudad, con visión de futuro, que encaja con el despliegue del Pla de la Bicicleta en el paquete de actuaciones para promocionar la movilidad sostenible», recuerdan las mismas fuentes.

«Si el carril bici no encaja en la zona, ¿quién lo arreglará todo después?»

La presidenta de la asociación de vecinos del barrio de La Pastoreta, Puri Flores, ha recibido quejas de vecinos relacionadas con el carril bici. Algunas de ellas se basan, sobre todo, en el futuro: «Me preguntan que, si el carril bici no encaja a la larga en esta zona, que quién lo arreglará después; que por qué lo hacen ahora, por qué no nos han consultado; y si las elecciones tienen algo que ver». La representante vecinal se muestra preocupada, porque «si no sale bien, qué pasará después?». «Quizá podrían haber empezado por asentar unos hábitos saludables, de ir en bici antes, y luego hacer carriles basándose en la demanda que hubiera», dice Flores.

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