Los parques de calistenia, un entorno para reunirse

La Associació de Cal·listènia de Reus dice que, para la población que tiene la ciudad, «hay suficientes instalaciones». La práctica deportiva gana adeptos en varios puntos de la ciudad

Los reusenses apuestan por hacer deporte en el exterior y con la proliferación de los parques de calistenia en la ciudad «salir a hacer deporte invita mucho más», comentan los usuarios. En este tipo de infraestructura, la persona entrena usando su fuerza y puede elegir hacer una serie de ejercicios: flexiones, estiramientos y una gran variedad de movimientos.

«Esta práctica llama la atención de mucha gente ahora. Al principio, puede parecer compleja y para aprenderla, se suele realizar en grupo con una persona de referencia que entiende. Aunque se puede realizar individualmente, se suele practicar en comunidad», hace saber el presidente de la Associació de Cal·listènia de Reus, Anton Aragonès.

A día de hoy, hay cuatro parques de calistenia en Reus y este pasado lunes se estrenó el último, en la zona de Mas Carandell, en el barrio Gaudí. Esta última instalación se suma a las existentes en el Parc del Lliscament, el Parc de Mas Iglesias y la Plaça dels Ganxets.

«Para la población que tiene Reus, hay suficientes instalaciones. Tener estos parques repartidos en diferentes barrios de la ciudad es positivo, porque la práctica de esta actividad saludable se está dando a conocer e impulsándose», apunta Aragonès, quien añade que el perfil de gente que la practica es «muy variado». «Este tipo de entrenamiento es diferente y lo realizan hombres y mujeres de todas las edades, aunque sobre todo hay jóvenes, porque usar esta infraestructura no implica pagar una mensualidad en el gimnasio y los resultados acaban siendo igual de buenos», aporta el presidente de la entidad. Las exhibiciones en los parques de calistenia «son muy estéticas y generan mucha expectación».

La Associació de Cal·listènia de Reus cuenta, por otro lado, con equipo federado, y participa en campeonatos, además. De hecho, tal y como apunta el secretario de la asociación, Eudald Aragonès, «además de nombrarnos como lo hace la asociación, usamos el nombre ‘Venom Bars’ en las redes sociales y a través de ellas organizamos los diferentes encuentros grupales para practicar la calistenia». Las quedadas suelen ser de dos tipos: «Del equipo principal para hacer exhibiciones, que suelen ser cerradas; y las abiertas a todo el mundo, como personas aficionadas».

El secretario de la entidad informa, también, que van subiendo contenido a Internet, de encuentros que hacen o de competiciones. «Una de las cosas que se consigue creando comunidad y yendo a practicar en grupo es ser más constante, se genera una competitividad sana; es deporte y una acción social», manifiesta Eudald Aragonès.

Los orígenes de la asociación empezaron siendo «un movimiento, que secundaron varias personas al principio, y coincidió con los tiempos de pandemia, en los que la gente prefería hacer actividades en exteriores». Eudald y Anton resumen que la necesidad de disponer de una serie de infraestructuras para practicar la calistenia motivó las conversaciones con el área municipal de deportes y Joventut, las cuales motivaron finalmente la creación de los parques.

El mantenimiento

«El parque de calistenia del barrio Gaudí fue una petición que llegó a la asociación vecinal y que ésta trasladó al Ayuntamiento», recuerda la presidenta de la asociación de vecinos (AV) del barrio Gaudí, Mª del Mar Escoda. La llegada de estos parques «complementan la oferta deportiva allá donde se ubican, en el barrio está cerca del pabellón ligero y de otras máquinas deportivas». Según la representante vecinal, este tipo de infraestructuras al aire libre «sirven para darle un valor añadido a la zona, como ciudad deportiva».

Desde la AV del barrio de La Immaculada, su presidenta, Esperanza Torrijos, expresa que desde que se reformuló el Parc de Lliscament por entero –con parque de calistenia incluido–, «la estética es otra, y si ya antes la zona era un punto de encuentro, ahora lo sigue siendo, aunque en mejores condiciones». «A nivel estético, se le ha dado un gran cambio y aparte de jóvenes del barrio, se acercan muchos de otras partes de Reus y de fuera de ella, que vienen a pasar el rato al parque».

Hay representantes vecinales que destacan, por otro lado, que, aunque se estrenen nuevos sistemas de ejercicio, «se tiene que velar por mantener, también, aquellos ya construidos». La zona de Horts de Miró, por ejemplo, aunque no cuenta con un parque de calistenia, tiene estructuras de ejercicio físico para mayores, para que hagan gimnasia al aire libre.

«Tenemos una en una plaza a la que le hace falta mantenimiento y no la usa mucha gente. Fue concebida para que personas de edad avanzada la usaran, pero actualmente está obsoleta», distingue la presidenta de la asociación vecinal de Horts de Miró, Pilar Flamenco.

El uso de este tipo de sistemas «dependen mucho de la zona en la que los ubiquen, y de si por allí pasan o no deportistas». Flamenco indica que, en este caso, los aparatos que hay «tienen pendiente un replanteamiento» y comenta que «para este tipo de infraestructuras, hay que crear un proyecto detrás, con el apoyo del Centre de Atenció Primària (CAP) más próximo o de un centro cívico, equipamientos a través de los cuales pueden impulsarse actividades dirigidas y organizadas». Solo así, «podrá darse uso y además uno bueno».

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