«La plaza del Mercadal de Reus es una zona óptima y acaba albergando negocios estables»

La céntrica plaza acoge el cierre de dos negocios que no alcanzan el año, aunque desde la comisión de comercio de la Cambra aseguran que «se llenan rápidamente»

La rotación comercial en Reus, como en todos lados, es una constante y el entorno de la plaza del Mercadal se distingue como una de las zonas comerciales y de restauración más potentes de la ciudad. Este verano, dicha plaza ha acogido un par de cierres de negocios, ambos de firmas conocidas que no han alcanzado a cumplir siquiera el año. Estos negocios son AliExpress y la cafetería Santa Gloria. Esta última lleva meses cerrada, aunque no ha lucido, en ningún momento, el cartel de cierre.

El representante de la comisión de comercio de la Cambra de Comerç de Reus, Pau Salvadó, expresa que una rotación comercial muy voraz «no da muy buena imagen nunca», pero al tratarse del Mercadal «hablamos de una zona óptima» para el tejido empresarial en general, los locales vacíos «se llenan rápidamente». Por poner un ejemplo, el local comercial vacío que acogió en su día AliExpress, y que antes había albergado la actividad de la marca de tecnología Xiaomi, acogerá próximamente un negocio llevado de la marca Virginias, en el que se venderán –según reza el letrero que ya luce colgado– turrones, chocolates y galletas.

Lo que sí asegura Salvadó, también al frente del centro comercial al aire libre El Pallol, es que, una ubicación tan céntrica como la que tiene la plaza del Mercadal, «acaba albergando negocios estables, costará más o menos tiempo, pero se trata de una zona comercial y de restauración muy consolidada».

Dicho esto y preguntado el comerciante sobre ese tipo de rotación comercial, que puede diluir la esencia de una plaza bien localizada, responde que «una rotación continua en un lugar determinado no denota algo bueno», dice que muchas empresas cierran tienda porque «no pueden continuar y, por tanto, demuestran no tener capacidad de resistencia».

La viabilidad

En casos que han ido viendo desde el ente cameral, «hay negocios empiezan con ilusión, pero poca profesionalidad, sin un plan de empresa que avale cierta viabilidad en el tiempo». Lo positivo, recalca, es que «la plaza es una buena ubicación, y ese es un activo importante, puedes tener suerte».

«El hecho de que, con la aparición de nuevos negocios, se promueva más competencia, no siempre es malo, puesto que puede producirse el factor contrario», apunta el miembro de la comisión comercial de la Cambra. Pone como ejemplo las numerosas tiendas de zapatos que puede haber en los principales ejes comerciales de la ciudad: «Que haya negocios de la misma familia en una misma calle puede facilitar al cliente una compra, la oferta está concentrada y puede volver más atractiva la zona, puesto que, en cierto modo, esta se tematiza».

Los cambios comerciales en la ciudad son cada vez más frecuentes «y todo cada vez va más deprisa». «Si nos detenemos a pensar qué había en un local comercial concreto 10 años atrás, nos sorprenderemos de la cantidad de actividades que ha tenido, pero es que en dos años únicamente, ya sueles encontrarte con una gran diversidad de cambios de negocio». Algo que también responde a las tendencias que marca el propio consumidor. «Los espacios pueden ser muy buenos, pero hay que tener ideas de negocio sólidas y estar bien asesorado», insiste. De hecho, detalla que desde la Cambra de Comerç de Reus «orientamos a empresarios con dudas, les asesoramos sobre el tipo de proyecto que quieren crear para lograr una experiencia que dure en el tiempo».

En otro orden de cosas, hay empresas con músculo económico suficiente como para poder asumir un cierre de un negocio y hay movimientos que responden a estrategias de empresa. De hecho, este mismo verano el Diari se hacía eco del cierre de la tienda de ropa Desigual en otra zona comercial de la ciudad, la de El Pallol. Por entonces, Salvadó ya afirmó que «el cierre de Desigual no ha supuesto una afectación para nosotros, no hemos notado nada en la afluencia de personas a la zona». «Sabíamos que la cadena estaba inmersa en una reestructuración de espacios y el hecho de que cerrara su tienda en Reus no se debía a ningún motivo relacionado con su ubicación, más bien a una decisión de empresa», detalló el comerciante.

Los ahorros de una vida

Salvadó subraya, por otro lado, el esfuerzo que se hace a la hora de emprender, especialmente en el caso de que se trate de un pequeño empresario: «Hay numerosos comerciantes que se lanzan a la piscina para abrir un negocio e invierten los ahorros de su vida en ello, y el asunto al final no acaba bien». En ese supuesto, dice, «al no lograr consolidar la actividad, vienen los problemas de impagos y de descapitalización, con lo que la economía familiar y empresarial de la persona emprendedora se resiente».

En esta línea y desde el ámbito municipal, también hay proyectos de incubación pensados para el pequeño comerciante, el emprendedor centrado en el sector servicios y el de la restauración. Existe, por el ejemplo, el llamado ‘Servei d’Assessorament a l’Empresa i l’Emprenedoria’ de la concejalía de Empresa i Ocupació, ubicado en el antiguo Hospital.

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