La reforma de viviendas en el Carme de Reus atrae a 190 familias nuevas y revitaliza el barrio
Los vecinos han trabajado en los últimos años para que los edificios en mal estado fueran rehabilitados con el fin de ganar en seguridad y acabar con los ocupas problemáticos
Los vecinos del Carme han hecho lo imposible para evitar que el barrio se degradara y, de momento, todo el trabajo realizado en los últimos cuatro/cinco años ha dado resultado. Han conseguido que particulares, promotores y constructores inviertan, que compren inmuebles para reformar y solares para construir y, así, poner fin a las problemáticas que estaban ya enquistándose: edificios insalubres, con riesgo de desplomarse, y consecuentes ocupaciones por parte de personas problemáticas.
Como relata el presidente de la Associació de Veïns l’Harmonia del Carme, Josep Machado, los contactos realizados con posibles interesados en invertir en el barrio han dado frutos y, hasta el momento, serían 88 las viviendas reformadas o de obra nueva que se contabilizan en los últimos cuatro años. «Esto supone la llegada de unas 190 familias nuevas», puntualiza, algo que todos los vecinos valoran muy positivamente porque supone toda una revitalización. Son personas de fuera del barrio y, este incremento, se ha notado también en la misma asociación de vecinos, que ha crecido en socios. Las acciones tampoco acaban aquí, y es que, como destaca Machado, «están en marcha nuevas actuaciones de este tipo y se prevén de futuras».
Unos tres años atrás, en el barrio había más de un centenar de viviendas vacías y hubo varios derrumbes por el mal estado de muchas de ellas, mayoritariamente propiedad de particulares y algunas de bancos. Esta degradación y abandono de viviendas atraía a ocupas, viviéndose momentos de mucha tensión con los vecinos. «Cabe remarcar que no tenemos nada en contra de los ocupas, pero sí contra las mafias, que eran los que traían problemas», subraya el presidente de la asociación vecinal. Ahora, asegura que este perfil ya no está en el barrio, mientras que, por otro lado, tampoco habría riesgo de derrumbe. «Tenemos edificios en mal estado, pero no en peligro de desplomarse», explica.
Machado destaca que toda esta iniciativa de revitalización se lleva a cabo con el apoyo del Ayuntamiento de Reus y el departamento de urbanismo. «Pedimos al consistorio máxima celeridad en los trámites», relata. Por parte de la asociación vecinal, contactan con posibles interesados en invertir «y ayudamos y acompañamos» en todo lo necesario.
Albert Piñol es una de las personas que ha contribuido en dicha dinamización. Adquirió dos inmuebles en la zona de la plaza de Sant Francesc, los rehabilitó y los puso a la venta. En uno de ellos vive él mismo, que es reusense pero, hasta el momento, no vecino del Carme y, ahora, apuesta por este barrio. Considera que es una buena zona de Reus «y con la previsión del futuro Centre d’Atenció Primària (CAP), ganará aún más», valora.
Piñol cree necesario invertir en la mejora del parque de vivienda ya existente en vez de la expansión urbanística por la que se apostaba años atrás, algo en lo que están de acuerdo el resto de vecinos. «El Carme fue el primer barrio de Reus», recalca Josep Machado. Así pues, los inmuebles tienen mucha antigüedad, por lo que «es necesaria una reforma».
Una de las piezas clave de la revitalización del barrio del Carme tiene que ser el desdoblamiento del CAP Sant Pere. Esto conllevará la construcción de un nuevo centro de atención primaria en el Carme y, por lo tanto, el barrio ganará en servicios. Es un proyecto a tres partes, con la implicación del CatSalut, pero también de Incasòl y el Ayuntamiento de Reus. Y es que la construcción del nuevo CAP va de la mano de la creación de un nuevo parking subterráneo y de viviendas sociales. «Tenemos el compromiso que el desdoblamiento será una realidad», indica el presidente de la Associació de Veïns l’Harmonia del Carme.
Lo que también tiene que avanzar es el plan de obras del barrio, aprobado en abril de 2004. Un plan que ya tenía en su momento el objetivo de dar un nuevo aire al barrio y que, inicialmente, tuvo un empujón con la Llei de Barris de la Generalitat de Catalunya. Fueron reformadas algunas calles y se remodeló el entorno de la plaza de la Patacada. Pero la crisis dejó en el camino varios proyectos y sólo se ejecutó una pequeña parte del plan. «Hay prevista una reunión, en octubre, con urbanismo y entonces sabremos qué proyectos del plan siguen adelante», cuenta Josep Machado. De lo que habría compromiso con el consistorio es para crear un paso entre la calle de Sant Jaume y del Vent.
Desde la asociación vecinal también cuentan que la idea es que las calles sean a un solo nivel porque, como explican varios vecinos, «las aceras actuales son muy estrechas. Una silla de rueda pasa con muchas dificultades».