La reapertura del consultorio del barrio Gaudí de Reus: 1.300 pacientes y 2.700 visitas
La cifra de población asignada supone casi el 50% de los empadronados en la zona. Hasta 168 usuarios tienen más de 74 años. Los vecinos celebran el fruto de su lucha: «Recuperamos el servicio»
«En la zona hay muchísima gente mayor, igual que yo, y antes teníamos que coger dos autobuses para poder ir a visitarnos. Desde que ha vuelto el dispensario, estoy mucho mejor. Vendré a hacerme toda la atención al lado de casa y eso es magnífico», explica Pedro Magranés, de 72 años, a la salida del médico. Él es uno de los 1.310 pacientes que, con datos facilitados al Diari por el Departament de Salut, integran la población asignada al consultorio del barrio Gaudí cuando se cumplen tres meses de su reapertura.
Desde la recuperación de la actividad, que se produjo el día 9 de enero de este 2023, y hasta finales de marzo, según detallan las mismas fuentes, en el centro de salud se han realizado hasta 2.676 visitas. El horario es de 8 a 15h., cinco días a la semana, de lunes a viernes. Y el servicio, que arrancó con un apenas centenar de vecinos en el cupo y todavía pendiente de acabar de desplegarse, ha ido desarrollándose progresivamente. Los datos reflejan la necesidad de mantener el dispensario.
Congelado durante la pandemia
La reapertura del consultorio, que había quedado indefinidamente cerrado coincidiendo con el estado de alarma por la Covid-19 y derivó a todos los usuarios al CAP Llibertat, es fruto de la intensa lucha vecinal. Durante los 33 meses que el equipamiento permaneció vacío, la Associació de Veïns del Barri Gaudí –y, luego, la Plataforma Ciutadana en Defensa del Consultori– presionó insistentemente para esquivar su pérdida definitiva. En esta parte de la ciudad están empadronadas, tal como reflejan las últimas estadísticas hechas públicas por el Ayuntamiento, alrededor de 2.950 personas.
Preguntado por la evolución del dispensario médico, el secretario de la entidad vecinal, Antonio Montoya, puede ofrecer una valoración en primera persona. «Yo mismo soy paciente y he sido atendido en el consultorio después de una intervención», relata, y dice que «estamos muy satisfechos, la labor que realiza todo el personal es impecable; recuperamos lo que teníamos y hemos logrado que sea incluso algo mejor».
Del total de las 1.310 personas asignadas al consultorio del Gaudí, hay 576 que son jóvenes o adultos en la primera madurez, y tienen entre 15 y 44 años. Otros 412 pacientes tienen de 45 a 64 años, y 154 más cuentan entre 65 y 74 años. Los mayores de 74 son 168 pacientes, y 49 de estos superan los 85 años.
En este último grupo se encuentra Manolo Camacho, de 90. «Es la segunda vez ya que me visito en el dispensario y está bien tenerlo. A ver si dura», precisa. Camacho comenta que «sería positivo que fuese un poco más amplio, con más espacio, para las colas». Y señala, por otro lado, que «nos viene bien que haya una persona de seguridad en la puerta porque, a veces, alguno se molesta por tener que esperar».
También Amim Mokhdari es paciente del consultorio, a sus 19 años. «Es mucho más cómodo tener al médico aquí que ir hasta el CAP Llibertat. Estamos muy contentos de que haya abierto», indica. Para el joven, más allá de los beneficios que trae la proximidad, «faltaría más personal porque en el barrio somos mucha gente». «Hoy, tenía cita a las 9.38 y me han cogido a las 10.51h., así que he tenido que esperar más de una hora y quizá eso se podría revisar», especifica.
En cuanto a la plantilla que trabaja en el consultorio del barrio Gaudí, Salut precisa que la cartera de servicios está compuesta por médico de atención primaria, enfermera, profesional de gestión y servicios y una serie de «nuevos roles»: trabajador social, referente de bienestar social y comunitario, nutricionista y fisioterapeuta comunitario.
Consultadas al respecto, fuentes de la Regió Sanitària del Camp de Tarragona valoran que «la reactivación del espacio normaliza el servicio más allá de la pandemia en condiciones muy semejantes a las de antes de la crisis sanitaria y situando el foco de atención principal en la gente mayor y con problemas de movilidad, reforzando la atención domiciliaria».
Salidas a la pobreza tecnológica
En una respuesta parlamentaria con fecha de este mes de abril, a preguntas del grupo de Cs, desde el Departament de Salut apuntaron que en el consultorio del barrio Gaudí «se llevaron a cabo obras destinadas a mejorar sus espacios, rehabilitándolo para el uso de la práctica asistencial».
Salut señaló, además, que el «proyecto asistencial de atención a las necesidades de salud de los vecinos y las vecinas del barrio incluye tanto la atención directa a las personas como un programa comunitario de prevención y promoción de la salud». Además, «en este último punto, destaca el programa de bienestar emocional y salud comunitaria junto a un programa relacionado con el ámbito de la dietética y la nutrición».
En la misma respuesta, Salut concretó que «igualmente», en el dispensario «se dispone de un servicio de atención a las personas directamente afectadas o familiares que soliciten información y orientación sobre recursos sociosanitarios en el ámbito comunitario. Y también acciones comunitarias para dar respuesta a los casos de pobreza tecnológica, así como sesiones informativas sobre la cartera de servicios, las prestaciones sociosanitarias y el acceso a ellas, o la carta de derechos y deberes de la ciudadanía».
Sobre la pobreza tecnológica, fuentes del Departament concretan que «se refiere a usuarios con dificultades para gestionar consultas a través de las nuevas herramientas, pese a tener la maquinaria –el móvil–» y «un administrativo explica comunitariamente cómo usar esas herramientas».