La implantación de nuevos tramos de carril bici revoluciona la movilidad en Reus

Ciclistas celebran que se creen más vías, profesores de autoescuela avisan de puntos peligrosos y vecinos exigen «seguir una planificación y no construir solo para aprovechar los Next Generation»

Fueron muy reclamados durante un largo tiempo en que el gobierno los tuvo en cartera pero no los ejecutó y, ahora que han comenzado a desplegarse, los carriles bici parecen estar generando aprobación y dudas casi a partes iguales. No tanto por su implantación, sino por la manera en que esta se está concretando.

A la ya conocida intervención en la avenida de la Salle, se añaden ahora otras en la plaza del Canal, la avenida de Tarragona, la de Sant Bernat Calbó o el entorno del campo de fútbol de Mas Iglesias que marcan los inicios de una revolución en el tráfico.

Joan Torrente es usuario de la bicicleta. Conoce bien ese ámbito al estar al frente del comercio especializado Cicles Sport. Consultado sobre el despliegue de carriles bici que vive Reus, afirma que «me parece muy bien que los haya, hacen falta, son convenientes y evitan accidentes». «La iniciativa es buena para la movilidad urbana», asegura, aunque «alguno se podría mejorar».

Un ejemplo es «el de la carretera de Tarragona. Al bajar hacia Bombers –igual que en sentido contrario–, el giro para los vehículos ha quedado muy brusco y obliga a parar», detalla. Aun así, «si ese es el precio que hay que pagar, ya está bien», expresa Torrente.

Y es que, tal como recuerda, «cuando se pone en marcha cualquier cosa, siempre surge algún que otro fallo. Esto es el principio y todavía se pueden hacer rectificaciones». En este aspecto, «lo que interesa es que los tramos se conecten, como mínimo, para dar lugar a un cinturón, porque la ciudad está creciendo y llegará un punto en que será imposible desplazarse de según qué formas, y la bici es una opción», especifica.

Para Torrente, la percepción de que nadie utiliza los carriles bici no se ciñe a la realidad. «Que en cierto momento no se vea ninguna no significa que no las haya», defiende. Y llama a respetar el código de circulación y aplicar el límite de 30 kilómetros por hora, que «cobra mucho sentido», para potenciar la seguridad.

Quien invierte buena parte del día circulando de un lado a otro de Reus es Carles Oliver, presidente de la Associació d’Autoescoles de Tarragona. Preguntado por estas vía ciclables, aclara que «no estamos nunca en contra, sino a favor de la movilidad sostenible. Pero, aquí, la cultura de la bici no está presente, falta pedagogía y lo principal debe ser evitar accidentes».

Enseñando a sus alumnos a conducir, pasa por la plaza del Canal, donde el Ayuntamiento ha instalado un carril que resigue la circunferencia de la rotonda. «Me da mucho miedo», admite. «Al menos tal como estaba pintado estos últimos días, ese carril da prioridad a los ciclistas dentro de la glorieta. Pero, si eso no queda claro y no es muy evidente, habrá accidentes porque hay gente que se encuentra eso en la carretera por primera vez y a la señalización le falta explicación», valora. «A los alumnos les digo que miren a la derecha todavía más y reduzcan siempre que vean una bici», añade.

También surge confusión en la avenida de la Salle, cuando, «al llegar, muchos coches se quedan parados porque no distinguen que se ha estrechado la calzada y lo que hay es aparcamiento», indica Oliver. Además, «si los buses se detienen para coger o dejar pasajeros, se forma un gran colapso», constata. En cualquier caso, «independientemente de la preferencia, todos debemos estar atentos, convivir y siempre tratar de evitar accidentes», subraya.

«Habrá muchos accidentes»

En Mas Iglesias, la configuración de los carriles ha traído malestar. El presidente de la Associació de Veïns El Roserar, Francesc Jornet, explica que «no estamos en contra de que haya vías para ciclistas donde las debe haber», pero lamenta que «el Ayuntamiento está haciendo todo sin ninguna planificación con tal de aprovechar los Next Generation».

Coincide con Oliver en que «en la rotonda del Canal habrá, a la fuerza, muchos accidentes porque lo que se ha hecho es un peligro». Y critica que en el entorno del campo de fútbol «el Ayuntamiento ha quitado aparcamiento y contenedores para hacer un carril que justo allí no hacía falta».

Sobre el despliegue global de vías para ciclistas, la concejala de Urbanisme, Marina Berasategui, sostiene que «la apuesta del gobierno de Reus por la movilidad sostenible es ambiciosa» y «se trabaja desde el consenso».

Berasategui se muestra «consciente de que la implantación de medidas para pacificar el tráfico implica cambios en la circulación del vehículo a motor y de los usos de las calles, para los que se necesita un período de aceptación». E incide en que «los carriles no son proyectos aislados, sino parte de la estrategia planificada del Ayuntamiento».

La situación de los nuevos carriles, hoy:

Acabados

-Carretera de Castellvell (Diputació de Tarragona)

En construcción

-Av. de Tarragona: 520.000 euros (Next Generation)

-Estación de tren de Bellissens: 184.000 euros (Next Generation)

Adjudicados

-Av. de Falset: 129.545 euros (Next Generation)

-Av. de Salou: 144.883 euros (Next Generation)

-Av. de Sant Bernat Calbó: 210.026 euros (Ayuntamiento)

-Calle Astorga: 486.338 euros (Next Generation)

-Av. de Bellissens 1: 189.171 euros (Next Generation)

-Av. de Bellissens 2: 120.854 euros (Next Generation)

-Carretera de Cambrils: 1.100.000 euros (Ayuntamiento y Generalitat)

*El Ayuntamiento tiene otros proyectos en de redacción, pendientes de financiación.

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