«La gente se va del barrio por el incivismo»
Mas Pellicer de Reus denuncia cristales rotos, fuegos, ocupaciones y venta de droga con una marcha vecinal hasta el Ayuntamiento. La AV I de Maig lamenta que «solo se acuerdan de nosotros para pagar impuestos» y pide «vivir en un entorno digno»
«Hace una semana y media, tomé la decisión de irme del barrio después de más de 41 años viviendo en él», explica Dolores Torres. Aunque pensaba en el traslado desde hace tiempo, la gota que colmó el vaso para esta vecina de toda la vida de Mas Pellicer fue tener que pasar «un verano con mucha ansiedad: a las cinco o las seis de la madrugada hay gente chutando el balón, tocando la guitarra, con mesas en las calles jugando a las cartas... amanecíamos sin haber dormido y no se les podía decir nada».
No es la única en esta situación. «Mucha gente se ha tenido que trasladar o lo está planeando por las mismas circunstancias», señala Torres, que lamenta que «más que irnos, nos han echado, y ha sido una gran pena porque nosotros teníamos nuestro día a día aquí».
Por eso, pero también porque «estamos hartos del incivismo, de las ocupaciones de pisos, de la venta de droga y de que no haya consecuencias para nada de ello», decenas de personas han marchado la mañana de este 26 de noviembre desde Mas Pellicer hasta el Mercadal en una protesta convocada por la Associació de Veïns I de Maig. El presidente de la entidad, Eduardo Navas, explicaba durante la movilización que «la gente no aguanta más, se está yendo del barrio, y realmente es que uno no tiene por qué convivir con que le rompan las ventanas o con amenazas».
El agravio con el centro
Mas Pellicer denuncia un agravio con el resto de la ciudad, en especial con el centro. Y critica el «abandono» en todos los sentidos por parte del consistorio. «Solo se acuerdan de nosotros para pagar impuestos y nosotros no somos vecinos de segunda ni de tercera, somos ciudadanos igual que el resto y queremos tener un entorno digno y decente», añadía Navas.
Para el presidente de I de Maig, uno de los principales problemas es que «la Guàrdia Urbana no denuncia, no multa, simplemente viene y advierte, pide a los incívicos que se porten bien y entonces al rato ya estamos otra vez en lo mismo». «Nos rompen los bancos, las luces, hacen fuego y no pasa nada», critica. Los vecinos atribuyen una parte importante del vandalismo a «las personas que ocupan pisos».
Navas destaca, también, la «falta de mantenimiento y atención» del gobierno municipal hacia esta área del municipio: «Ni siquiera nos arreglan las calles, hay raíces fuera del asfalto, la señalización del suelo hace 20 años que no se pinta y no se replantan los árboles», dice. «Hemos tenido que manifestarnos porque no nos quedaba otra que protestar, y ahora esperaremos a ver qué respuesta nos da el Ayuntamiento», concluye.