La calle de Sant Llorenç y la de la Mar de Reus también tendrán control de acceso de coches

Se integrarán en el cierre del Raval de Santa Anna y estrenan bolardos inteligentes. El Ayuntamiento estudia el nivel de restricción que aplicará. Los negocios, divididos

Más allá del Raval de Santa Anna, aunque dentro de su mismo proyecto de transformación, otras dos calles de Reus restringirán el tránsito de vehículos a motor mediante bolardos inteligentes: la de Sant Llorenç y la de la Mar cuentan desde hace pocos días con controles de acceso en sus cruces con el Raval de Jesús y la calle del Hospital, respectivamente. Operarios trabajaban ayer para colocar las cámaras de las que se acompañarán.

Fuentes municipales consultadas indican al Diari que, de momento, lo que se ha hecho ha sido reemplazar los sistemas mecánicos que se empleaban hasta ahora para evitar el paso de coches por estos nuevos e inteligentes, que forman parte de la estrategia smart city. Y precisan, por otro lado, que, a partir de aquí, el Ayuntamiento estudiará el grado de limitación que se aplica a los vehículos motorizados –analizará si se mantiene o se amplía, y cómo– en estas áreas.

El mismo gobierno municipal ya detalló recientemente, sobre los dispositivos del Raval, que tras colocarlos habría que determinar a qué usuarios se autoriza, en qué franjas horarias y mediante qué fórmulas se deberán solicitar los permisos para poder entrar. El plazo para completar la instalación de todo el paquete tecnológico de comprobación de los vehículos acaba el próximo 30 de junio.

La substitución de los bolardos mecánicos por los controles de accesos inquieta a los negocios de algunas de las áreas donde se ha llevado a cabo el cambio, que expresan que «hemos visto que han puesto algo nuevo pero todavía no se nos ha informado de lo que va a representar ni de si pasará algo».

Si bien en la calle de la Mar con la del Hospital el paso de coches y motos es ya bastante reducido a excepción de la carga y descarga o algunas obras, sí que hay tránsito más fluido en la calle de Sant Llorenç. Preguntada por la posibilidad de que esta vía se acabe peatonalizando definitivamente igual que el Raval de Santa Anna, Núria Rofes, desde Nail Center, opina que «hay muchos puntos de vista diferentes sobre esto». «Para los bares y restaurantes, probablemente sí es mejor que haya menos coches y que la calle esté más despejada, sobre todo por la tarde» aunque «por ejemplo, nosotros tenemos clientas que son mayores y quieren poder acercarse aquí en coche, y para la carga y descarga hace falta». «Yo no me quiero oponer, quiero que todos tengamos trabajo y podamos desarrollarlo», precisa, y dice que «vamos a esperar a ver qué nos dicen, si al final cierran o no o qué hacen».

Por su parte, desde el restaurante Ma.La.Vita, Cristina Alcover comenta que «a los negocios locales, personalmente pienso que no les favorece mucho que no pasen coches porque cuando uno va caminando va más a piñón y quizás no se fija tanto en los locales; en cambio, al ir en coche, si hay tráfico hay que mirar más y acabas viendo lo que hay». «Lo que preferimos es que haya más movimiento en el centro», concluye.

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