«En Reus casi es imposible salir en silla de ruedas»

Una protesta contra las barreras arquitectónicas reclama que «la ciudad sea accesible para todos». Un mes después de entregar 5.365 firmas al Ayuntamiento denunciando obstáculos imposibles en la vía pública, y sin respuesta, Minusválidos Reus lleva su queja al Mercadal

«De las 5.365 firmas que entregamos hace justo un mes pidiendo mejoras en la vía pública para las personas con movilidad reducida, el Ayuntamiento no nos ha dicho nada», lamenta Julián Fuentes, integrante del colectivo Minusválidos Reus. El grupo llevó a cabo la mañana de este miércoles, 5 de octubre, una concentración abierta a toda la población en la plaza del Mercadal para reclamar «una ciudad con más movilidad y menos barreras arquitectónicas». Y avisa de que la misma protesta «seguiremos convocándola cada diez días hasta que se nos dé alguna solución».

Julián se mueve en silla de ruedas y denuncia que «entre las baldosas rotas, rampas demasiado altas, pizarras de bar y maniquíes de tiendas de ropa... casi es imposible salir a la calle». El colectivo, al frente del cual se encuentran también Antonio Pujol y Francisco Arroyo, ha inventariado ya alrededor de 200 puntos negros en su web www.minusvalidosreus.org, aunque «en realidad son muchísimos más, esto solo es el principio». «Queremos que arreglen las aceras, los pasos de peatones, los accesos a los comercios y, en general, las calles por las que no podemos circular con normalidad igual que el resto de personas», apunta Antonio.

La peor zona de la ciudad es «el entorno del Ayuntamiento, la parte antigua», especifica Julián, que dice que «en los tramos en los que aún hay adoquines es muy complicado porque, cuando llueve, resbalan».

Una treintena de personas acudieron a la llamada de Minusválidos Reus para visibilizar su protesta frente al edificio consistorial. Algunos destacaban que «no tenemos opción de llegar con la silla a sitios como el cementerio» y «es complicadísimo entrar en la comisaría de policía sin ayuda de alguien». Otros se quejaban de que «en algunas tiendas no podemos entrar y tenemos que pedir las cosas a gritos, desde fuera, hasta que se dan cuenta y nos atienden».

Silvia Rodríguez, que se sumó a la concentración, explica que «sugerí al alcalde, a través de redes, implantar un sistema para que quien se encuentra un obstáculo pueda fotografiarlo y enviarlo al Ayuntamiento para que actúe, pero no lo han hecho».

«Tenemos problemas para acceder a establecimientos, desde bares a ferreterías, y a menudo los servicios no están adaptados», especifica Julián. Las situaciones más cotidianas, según denuncia el colectivo, «nos ponen en peligro». Por ejemplo, «el otro día, crucé un paso de cebra y al llegar al otro lado vi que no podía subir porque faltaban baldosas», recuerda el hombre. Además, «en gran cantidad de rampas tenemos que echar el peso adelante para que la silla no se venza». Varias asociaciones de vecinos apoyan la causa de Minusválidos Reus.

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