En las urbanizaciones de Castellvell «no recibimos cartas desde hace meses»
Correos les exige identificar el número de buzón en la correspondencia, campo «inexistente», según denuncian
Los más de 340 buzones concentrados en el acceso a Castellmoster, La Flor del Camp y Arboceres –urbanizaciones de Castellvell del Camp– están llenos de publicidad, pero ni una sola carta. Los vecinos de esta zona aseguran no recibir correspondencia desde el pasado mes de julio y ya han sufrido las consecuencias: recargos de multas que «ni hemos visto», siendo este solo un ejemplo. Así pues reclaman «de una vez» una solución y que «Correos haga su trabajo».
El porqué se encuentran en esta situación es un cúmulo de cuestiones. Por un lado, los buzones de tres urbanizaciones están todos ubicados conjuntamente en un punto de correo conjunto situado en la calle de acceso. «No guardan ningún orden, ni por calles ni por urbanización, porque, en su día, se adjudicaron los buzones por orden de llegada de los vecinos», describen. Entienden que el punto de partida es complejo, pero aquí se suma otra cuestión: «La alta rotación de carteros. Llega una persona nueva y al cabo de dos meses ya lo han cambiado. Y así constantemente, por lo que ninguno se acaba adaptando y, en vez de pasar un rato buscando el buzón correspondiente, optan por devolver las cartas». Lo dicen con mucha indignación, y es que las consecuencias en cuestiones administrativas ya las han sufrido en primera persona.
Como explican, este «caos» empezó a producirse cuando la anterior cartera se jubiló. «Ella lo tenía todo dominado y funcionaba perfectamente. Incluso había colgada una lista con todos los números de buzones y sus relaciones por si había alguna duda, poder consultar», recuerdan. Pero a partir de su jubilación, denuncian que el servicio fue deteriorándose «y en los últimos cuatro meses, directamente no recibimos ni una carta».
Preguntado Correos sobre esta cuestión, la empresa señala que «la gran mayoría de casilleros de estos buzones no reúnen las condiciones para poder depositar el correo con las garantías necesarias». Los vecinos muestran una carta de Correos de mayo de 2022 donde se pide que la correspondencia esté identificada, también, con el número de buzón, a lo que responden: «Es un campo inexistente. Únicamente lo puedes indicar en el DNI, pero en ningún puesto más: ni en la Dirección General de Tráfico, ni en la Seguridad Social, ni Hacienda... Y entonces, ¿qué hacemos?».
A pesar de ello, Correos indica que «no se puede depositar el correo si en los envíos no coinciden los datos del destinatario con los que figuran en el casillero» debido a la gestión y tratamiento del Reglamento General de Protección de Datos. Fuentes consultadas de la empresa recuerdan que Correos ya mantuvo una reunión con el Ayuntamiento de Castellvell del Camp el pasado mes de febrero en la que «se informó de que se haría una comunicación a los vecinos y vecinas de las urbanizaciones mencionadas para que pudieran poner al día y solucionar las deficiencias de sus casilleros en los buzones concentrados y se dio como plazo hasta septiembre».
Las mismas fuentes, señalan que, posteriormente, se realizó un mailing en todo el vecindario «pero fueron pocos los que realizaron los cambios». «Así pues, a partir de septiembre, tal y como se indicó, se empezaron a devolver los envíos que no llevan actualizada la dirección y, por tanto, no llevan una dirección correcta», admiten desde la empresa.
Los vecinos están atónitos ante la situación: «Tenemos que marcar el número de buzón, pero no existe el campo para poder introducirlo. Si no hacemos esto, que no podemos hacerlo, el cartero devuelve las cartas...», resumen estupefactos.
Por su lado, el alcalde de Castellvell del Camp, Josep M. Sabaté, relata que el servicio de Correos «hace muchos años que no funciona correctamente en el municipio». Admite que, efectivamente, la zona de Castellmoster es la que mayor problemáticas acarrea. Además, señala que la persona que se encargaría de esta área es de apoyo y «es distinta cada dos semanas», lo que no ayuda.
Lo que indicó Correos en la carta enviada a los vecinos es que había que numerar los buzones concentrados pluridomiciliarios (BCP) «de forma correlativa de arriba a abajo y de izquierda a derecha, ordenados por calles y viviendas». Por su lado, el alcalde expone que a nivel municipal «lo único que podemos hacer es intentar facilitar el trabajo» y mejorar la distribución de los buzones. Así, por ejemplo, la idea del consistorio sería colocar «placas visibles con colores distintos para cada urbanización», con este fin facilitador.
Personal bajo mínimos
En cuanto al reparto a domicilio, los vecinos afectados señalan que no pueden acceder a él porque «somos diseminado, no núcleo urbano», lo que imposibilita poder tener el buzón en la puerta de cada casa. Alguno dicen que, no obstante, cuando compra por internet «indico evitar que lo gestione Correos». Dice que, así, al menos los paquetes le llegan directamente a casa y no pierde nada por el camino, como les sucede ahora con cualquier carta.
La falta de personal es una cuestión que los propios empleados de Correos vienen denunciando de hace tiempo. «Un ahorro que acaba deteriorando el servicio», exclama el secretario general de la CGT de Correos en Tarragona, Pau Pastor.
En el caso concreto de las urbanizaciones de Castellmoster, La Flor del Camp y Arboceres, en Castellvell, Pastor señala, por un lado, las particularidades que pueden tener los núcleos pequeños en comparación a una ciudad, lo que puede conllevar algunas dificultades. Más allá de este apunte, sí que indica la falta preocupante de relevo.
Como han denunciado reiteradamente, si falta algún compañero, las zonas que éste cubre las tiene que asumir otro cartero que, a su vez, ya se hace cargo de «muchas zonas». Además, muchos son interinos, trabajando un par de meses y, después, vuelven a entrar en la bolsa. Así pues, la destinación de estos empleados es muy cambiante.
Un derecho
Según Pastor, la empresa «no da una respuesta». Sí que han mantenido alguna reunión, pero «solo dicen que, como que la correspondencia varía por meses, pues adaptan la plantilla en función del volumen». Los trabajadores ya han realizado varias jornadas de huelga en los últimos meses y, ahora, ya organizan una nueva movilización: para el 28 de noviembre, en campaña de Black Friday. Será de ámbito nacional.
Las cartas son cada vez más residuales: ya no se escriben cartas manuscritas y los recibos y facturas son cada vez menos frecuentes, aunque todavía hay gente que lo prefiere en papel que en digital para facilitarse el control de los gastos. En cambio, lo que ha crecido es la paquetería y, sobre todo, en fechas señaladas como el Black Friday.
No obstante, y según la Ley 43/2010, de 30 de diciembre, del servicio postal universal, de los derechos de los usuarios y del mercado postal, el «servicio postal universal de calidad, de forma permanente, en todo el territorio nacional y a precios asequibles» está recogido como derecho y la prestación efectiva «debe responder a los principios de cohesión social y territorial».