El traslado del parking de camiones de la calle Pintor Fuster de Reus, sin fecha tras 10 años

El terreno de la Generalitat sigue sin cambios. Vecinos que viven en frente están hartos del ruido y quieren que se reubique fuera del núcleo urbano

El traslado del parking de camiones, éste situado entre la calle de Pintor Fuster y la avenida de Sant Bernat Calvó, sigue sin efectuarse. Y aunque las quejas vecinales «han ido a la baja», desde que se planteó la reubicación hace algo más de una década, aún hay vecinos que están molestos por el ruido y que presentan «reclamaciones periódicamente al Ayuntamiento»; las hacen con el objetivo de consultar el asunto del parking, cuyo terreno es de titularidad de la Generalitat, y para poner de manifiesto que quieren que los camiones aparquen en otro lugar. De momento, «no hemos logrado saber nada», cuentan vecinos que viven justo en frente del parking. Este medio también ha hecho la consulta correspondiente; de momento, sin éxito.

Tiempo atrás, los residentes de la zona aplaudieron la posibilidad de que el aparcamiento se trasladara fuera del núcleo urbano. La Generalitat anunció, incluso, alrededor del año 2009, que disponía ya de localización y en 2010 se adjudicó un proyecto por 55.800 euros, que tenía como meta trasladar el parking hacia el sector del Burgaret, al oeste de Reus, en unos terrenos de 29.000 m2.

La posibilidad de que la actividad del aparcamiento de camiones cambiara de sitio dio paso a varias iniciativas sobre qué podría acoger el espacio una vez vacío. Una de ellas planteaba situar allí la escuela Isabel Besora, que por entonces aún impartía clases en barracones. Finalmente, el centro educativo logró instalarse en la calle de Fuster Valldeperes. Sobre este tema, precisamente, incide la presidenta de la asociación de vecinos del barrio La Pastoreta, Puri Flores: «Creemos que, si en su día, se hubiera apostado por instalar allí un centro educativo o un equipamiento al servicio de los vecinos, nos hubiera sido de utilidad porque años antes había mucha necesidad».

Jordi B. es un vecino que vive justo delante del parking de camiones y que además dispone de un comercio que también se encuentra en la avenida, dice que el ruido es «molesto», especialmente cuando los camiones «encaran una recta y aceleran, haciendo mucho ruido». «Sabemos que la vía acoge frecuencia de paso de vehículos en general, pero es que cada lunes de madrugada escuchamos a los camiones, se nota sobre todo en verano, cuando dejas las ventanas abiertas», lamenta.

Expresa que junto a su comunidad han formalizado varias quejas al Ayuntamiento. «Sabemos que los terrenos son de la Generalitat, pero nos gustaría saber si hay solución, la idea de reubicar la actividad del aparcamiento nos parecía adecuada, llevamos con este problema unos veinte años o más», declara el vecino, que dice que «no nos damos por vencidos, periódicamente, vamos enviando una reclamación para saber en qué punto se encuentra todo», manifiesta.

Otra ex vecina, Elisabeth F., con un negocio cercano al área que nos ocupa, explica que «cuando vivía delante del aparcamiento lo que temblaban era los cristales de las ventanas, por la vibración, simplemente». Ella informa que sabe de vecinos que, a causa del ruido, «se pusieron doble cristal, para amortiguar esa vibración» y que lo más molesto era «cuando los camiones paraban en el semáforo, se les escuchaba mucho».

«Todo sigue igual»

Flores, de la asociación vecinal, añade que «no nos constan quejas que hayan llegado a la asociación últimamente; otra cosa es que los vecinos que viven en frente tengan otra perspectiva; allí en el aparcamiento ocurrió que un vehículo prendió, hace poco, pero nada más». La presidenta de la asociación vecinal cuenta que la afectación varía según si los vecinos se encuentran en el bloque más antiguo o el más reciente. «La zona ha cambiado mucho y la afectación cambia según el edificio en el que estés; la avenida de Sant Bernat Calvó tiene movimiento de coches constante, desde siempre», constata.

Flores se informó sobre el aparcamiento de vehículos pesados y expresa que aparte del ruido, la zona ni siquiera genera inseguridad, ni siquiera a la hora de que peatones circulen por allí. «No es un vaivén de camiones constante, son solo unas franjas, además desde la llegada del Lidl también hay movimiento de camiones de proveedores, la gente de la zona está acostumbrada», continúa. Sobre el traslado cuenta que «todo sigue igual, está estancado y creemos desde la asociación que el asunto permanecerá así largo tiempo», completa.

A lo largo de la avenida, hay negocios de diferentes tipologías y, de los consultados por el Diari, varios no se quejan del ruido. Saben que es una «vía transitada» y «el sonido conjunto anula lo que podamos oír del parking de camiones». Añaden que que pasen «vehículos por aquí, da vida a la avenida».

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