El juez envía a prisión al sospechoso del crimen del centro de Reus de hace 10 días
El magistrado considera que sobre el acusado existen «indicios claros» de que propinó patadas a la víctima, que le causaron la muerte
Prisión provisional, comunicada y sin fianza por un delito de asesinato. Es la decisión que ha tomado hoy el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Reus después escuchar al hombre detenido el pasado sábado por su presunta implicación en un crimen ocurrido en el centro del Reus el pasado 29 de septiembre.
El magistrado, en su auto, recalca que contra el investigado existen «claros indicios, no meras conjeturas» de su implicación en la agresión. Relata que el pasado 29 de septiembre, sobre las once de la noche, propino varias patadas a la víctima –de nombre Ángel–, junto con otra persona que no ha podido ser idenficada. Dichos golpes le provocaron la muerte por shock hemorrágico secundario por politraumatismo.
La víctima –en estado muy ebrio– se encontraba en un concierto en la plaza del Mercadal de Reus. Tubo una discusión con el ahora encausado –ambos se conocían de deambular por las calles de la capital del Baix Camp–.
Echado de un concierto
El personal de seguridad del concierto echó a la víctima del lugar y esta se fue de la plaza del Mercadal por calle Metge Fortuny. Pocos instantes después, el encausado salió por la misma calle. Al llegar a la esquina de calle Aleus, se encontró con esa otra persona no identificada –y pendiente de detención–.
Ambos se dirigieron hacia la izquierda de esa calle y se encontraron con víctima, a la que le propinaron diversos golpes que acabaron con su vida.
Los indicios, según el magistrado, se fundamentan en el contenido del atestado. Por un lado están las grabaciones de las cámaras de seguridad. Las imágenes colocan al ahora detenido en la calle Aleus pocos instantes después de que llegase allí la víctima y le ven salir (junto con un desconocido).
Además de las grabaciones, se cuenta con las declaraciones de los testigos presenciales que llamaron al 112 porque vieron a dos personas dando patadas a un tercero que estaba tirado en el suelo.
Las dos testigos reconocieron fotográficamente al investigado como uno de los autores de las patadas y manifestaron no tener dudas de quien era, por ser una persona muy conocida de Reus (es conflictiva y se dedica hacer malabares con objetos y fuego por las calles). Además, su descripción (ropa que llevaba) encaja con las imágenes obtenidas por los Mossos d’Esquadra.
Su declaración
Finalmente, en su declaración en sede judicial, el detenido se limitó a decir que él no había sido. Manifestó que se encontró con otra persona (el otro autor desconocido de las patadas) después de la discusión en la plaza Mercadal con la víctima.
Primero declaró que no había visto después de la discusión a la víctima y luego y que no recordaba si la había visto a la víctima en calle Aleus. Para, finalmente, decir que recordaba que su presunto cómplice le había dado una patada en las costillas a la víctima. «Su versión de descargo es incoherente y no sirve para desvirtuar los indicios que hay sobre él», señala el magistrado.
La calificación oficial de los hechos es de asesinato –castigado con una pena que va de los 15 a los 20 años de prisión– y no de homicidio al existir la circunstancia de alevosía ya que la víctima se encontraba indefensa debido a su estado de embriaguez.
Riesgo de fuga
El juez asegura en su auto que existe riesgo de fuga debido a la gravedad del delito imputado y de la gravedad de la pena prevista. Por ello, aunque el investigado tenga arraigo más que sobrado en España, la posibilidad de ser condenado a penas tan elevadas le puede llevar a sustraerse a la acción de la justicia.
Por ello, el magistrado estima necesaria la adopción de la medida cautelar interesada, para garantizar la presencia del imputado en el proceso y evitar el riesgo de fuga. «No hay que olvidar que el investigado declaró que sabía desde hacía varios días que la policía le culpaba de la muerte de (...), circunstancia que debe ponerse en relación con el hecho de que fue detenido en Terrassa». Este dato permite inferir un intento de marcharse de Reus «para no ser pillado por la policía (siendo poco relevante que el intento de “huir” haya sido tan poco eficaz, pero la intención debe ser valorada como un intento (vano, eso sí) de desaparecer».