El consultorio médico del barrio Gaudí, camino de convertirse en un nuevo Carrilet

Vecinos y pacientes del dispensario crean una plataforma para exigir que Salut reabra el espacio con su doctor. La protesta de los paradistas del Mercat hacia el Ayuntamiento ya fue un ejemplo de cómo la movilización popular cambia las cosas

Ya ocurrió con el Mercat del Carrilet. El anuncio del gobierno municipal, a principios de 2020, de cerrar definitivamente el equipamiento por Sant Pere de 2021 sacó a la calle a los paradistas. En el estrecho margen que les dejó la pandemia, pescaderos, carniceros y fruteros se arremangaron y organizaron desde sus mostradores un vermut reivindicativo y una concentración de protesta en el Mercadal. Repartieron camisetas y crespones. Esperaron al alcalde a las puertas del Santuari en plenas fiestas de Misericòrdia.

Lo peor de la Covid-19 puso en valor su servicio, que nunca paró, y supieron hallar la complicidad de partidos políticos, entidades y vecinos. Crearon un relato propio que fue el relato de muchos, el de casi todos. Y recogieron miles de firmas de apoyo. Convirtieron la desaparición de sus paradas en un planteamiento difícil de defender.

Su enorme esfuerzo tuvo premio. Poco más de un año después de que la decisión sobre su adiós les golpeara, los paradistas firmaron una prórroga que ha de permitirles quedarse hasta junio de 2024. «En el momento actual, el gobierno no puede asumir el cierre de 14 paradas de un mercado ni la eliminación de sus 25 puestos de trabajo que son importantes para mantener la autonomía de muchas familias», expresó Carles Pellicer durante la comparecencia con la que el Ayuntamiento hizo público el cambio de rumbo.

Apenas unas horas después, la irrupción de la prensa en el Mercat para pulsar la reacción de los vendedores los sorprendió emocionados. Retiraban la pancarta que, con el lema Salvem el Mercat del Carrilet, había presidido el lugar en los últimos meses. Con ese horizonte, recientemente, el gobierno aseguró que ofrecerá a los paradistas reubicarse en el nuevo espacio de mercado previsto en la transformación urbanística del sur, sin más detalles. La pancarta, ellos aún la tienen guardada.

Como antes de la Covid

También en 2020, casi cuando la lucha por la continuidad del Mercat del Carrilet arrancaba, se instaló en el otro extremo de la ciudad, en el barrio Gaudí, una preocupación. Su consultorio médico, igual que algunos espacios similares en Catalunya, bajó la persiana. El Departament de Salut de la Generalitat justificó entonces el movimiento por la reagrupación de recursos para hacer frente al virus. La cuestión es que, sobre el dispensario, planeaba desde tiempo atrás la sombra de la desactivación y la pandemia hizo saltar las alarmas.

La Associació de Veïns del barri Gaudí recogió la voluntad del vecindario, con unos 3.800 habitantes, y se puso al frente de la reclamación de reapertura. Desde entonces, ha explorado mil y una vías para que el consultorio funcione como antes.

Y este abril, la delegada del Govern en Tarragona, Teresa Pallarès, lanzó una inversión de 30.000 euros y un compromiso: «El equipamiento reabrirá como un espacio de salud comunitaria». Esto es, con diferentes perfiles profesionales –administrativo, trabajador social, psicólogo y posiblemente enfermero–, pero sin un doctor que pase consulta regularmente como lo hacía.

Los vecinos quieren un médico. Y, para ello, están armando una plataforma ciudadana que comenzará a actuar pronto. Confían en que «todo el mundo participe frente a esta situación tan adversa». Y hacen un llamamiento a entidades, comunidades de vecinos y a la población en general. Salut sostiene que busca doctores y no los hay. La Associació de Veïns no tiene en sus planes rendirse. Y el consultorio va camino de ser, como fue el Mercat del Carrilet para el Ayuntamiento, una piedra en el zapato de la Generalitat.

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