El comercio local de Reus se sobrepone a la fuga de grandes cadenas: «Estamos consolidados»

Intersport es la última tienda de estas características en abandonar la capital del Baix Camp. También lo hicieron otras como Zara o H&M

Reus ha vivido, en los últimos años, una fuga constante de grandes cadenas de moda. Sobre todo se ha dado en la zona centro de la ciudad, pero también en La Fira Centre Comercial, especialmente con la marcha de Zara, Massimo Dutti y H&M hace apenas un par de años. El último cierre de estas características fue a finales del pasado mes de abril, cuando Intersport bajó la persiana del número 16 del arrabal de Jesús, anteriormente ocupado por Zara. En este caso, la cadena de ropa de deporte también optó por decir adiós a la tienda de la Rambla Nova de Tarragona. No obstante, otras cadenas abandonaron Reus, pero siguen su actividad en la capital de provincia. ¿Es ésta una situación preocupante para una ciudad históricamente comercial?

«El comercio está muy vivo», exclama el presidente de El Tomb de Reus, Jacint Pallejà, que defiende la evolución de las ciudades sin que esto implique perder fuerza. «Se habla de las tiendas de toda la vida, ¿pero de qué vida? Siempre han cerrado comercios y han abierto nuevos», recuerda.

De hecho, la apertura de La Firas y la marcha de Zara del centro hacia el centro comercial, en 2015, generó mucha incertidumbre entre el comercio local. Temían que el centro de Reus se apagara. Ahora, con la perspectiva de los años, «el cliente de La Fira es otra tipología», señala la presidenta de la Unió de Botiguers de Reus, Rosa Lucas. No obstante, sí que muestra cierta preocupación por la marcha de grandes cadenas, «que ya venden más online que de forma presencial».

No obstante, Jacint Pallejà defiende que «una de las fortalezas» de Reus es que «se adapta a las necesidades de los clientes». Pone de ejemplo la amplia oferta de restauración de la que goza, actualmente, la capital del Baix Camp, «mientras que antes, para ir a comer, uno se planteaba ir a otras ciudades de la zona». «Tiene que haber un mixto de tipologías de tiendas y servicios adaptados a las necesidades», subraya Pallejà, algo que, por ahora, Reus cumple, según el presidente de El Tomb, que añade: «Estamos consolidados». Ante el auge de las ventas online, Pallejà destaca dos cualidades del tejido comercial de Reus: «El trato personal con el cliente y el espacio». Aunque también advierte que «no nos podemos dormir».

Josep Maria Piñol, técnico de la Càtedra Universitat i Regió del Coneixement de la URV, expone algunas claves que explicarían por qué algunas marcas deciden abandonar la capital del Baix Camp –a pesar de tener un peso importante comercialmente–, y en cambio, mantenerse en Tarragona. Y una de ellas es la política de empresa.

«Si son personas autóctonas, se irán manteniendo en activo, quizá hasta que se jubilen. Pero si es una empresa de fuera, mirará la rentabilidad y hará las políticas que correspondan». Recuerda que cada empresa tiene políticas de implantación distintas «y, por ejemplo, algunas se fijan en la capital de provincia, o en el peso demográfico de una ciudad... Por eso no es de extrañar que grandes marcas se instalen en Badalona», ejemplifica Piñol.

También hay otra cuestión que influye en la toma de decisiones de estas grandes cadenas, que es la evolución de las tendencias, que «siempre están variando». Así, «en un momento dado, decidieron abandonar el centro de la ciudad y trasladarse a La Fira. Después, decidieron también cerrar y se mantienen en Tarragona. Según la tendencia, también podrían acabar cerrando en Tarragona», comenta Piñol.

Finalmente, expone otra clave, que es desde un punto de vista de ciudad, es decir, cómo están configuradas. En el caso de Reus, «el centro tiene un diseño muy compacto y peatonal, con una densidad comercial importante que no ha variado», recalca. También resalta el precio de los alquileres de los locales, «de los más altos de Catalunya, y esto puede influir a según qué empresas». Consultados algunos portales inmobiliarios, locales del centro –sin ser ni Llovera ni Monterols–, el alquiler ronda los 3.000 euros mensuales. «Son muy caros», lamenta Rosa Lucas.

Para Piñol, cuantos más ingredientes de referencia tenga una ciudad, mejor. Pero también recalca que «estamos en un territorio muy cambiante», con ciudades muy próximas entre ellas «y hay que tener en cuenta que la gente que viene de las comarcas más cercanas, en un mismo día pueden ir tanto a Tarragona como a Reus».