El calor y la sequía bajan la producción de frutos secos y uva, pero habrá buena calidad

El avellano será el cultivo más perjudicado, con una producción de solo un 25% y unas 1.500 hectáreas improductivas. La viña dependerá de la zona, pero en general la uva es pequeña

El calor y la sequía están haciendo estragos en las cosechas. Los avellanos son prácticamente improductivos, de almendros solo producen los de regadío, las algarrobas son pequeñas y las viñas visibilizan su estrés, con hojas que empiezan a secarse y uvas más pequeñas. No es una imagen fija de todo el territorio, sino que la ubicación, y si cuentan o no con regadío, son aspectos que ahora marcan la diferencia. Pero lo que está claro es que, un año más, las cosechas serán menos cuantiosas pero, eso sí, de buena calidad.

El avellano es el cultivo más damnificado, aunque el almendro y el algarrobo tampoco saldrán bien parados. Sergi Martín, responsable nacional de frutos secos de Unió de Pagesos, concreta que la previsión es que la cosecha de avellana sea solo un 25% de lo que vendría siendo habitual. Pero no solo habrá menos cantidad, sino que los avellanos están en peligro. Muchos han muerto, básicamente los de secano y de la zona del pantano de Riudecanyes: unas 1.500 hectáreas, sin regadío desde hace más de un año. «Un 95% de avellanos de esta zona son improductivos», precisa.

Sergi Martín recuerda que el avellano es un arbusto de ribera, por lo que no aguanta las altas temperaturas y necesita agua. Especifica que las variedades autóctonas son las más afectadas, mientras que otras, como las italianas, «son las que producen más» en estos momentos. A pesar de la baja producción, «la avellana que hay es de mucha calidad, con un calibre muy bueno», destaca. Pero la situación hace repensar el cultivo: «Ahora tenemos claro que fuera del regadío no hay futuro», subraya Martín. Por lo que será necesario encontrar una solución a la falta de agua y su gestión, de momento, a la espera del proyecto de regeneración de agua de la depuradora de Reus que revierta sobre los payeses dependientes de Riudecanyes. En cuanto al almendro, que aguanta bien las altas temperaturas, la producción no se verá tan mermada en su cómputo global. Será gracias a las hectáreas que cuentan con regadío, que alcanzarán una cosecha normal. Por contra, las hectáreas de secano –que son la mayoría–, «tienen cero cosecha», explica Martín. Tampoco la algarroba saldrá bien parada. En su caso, la sequía se traduce en algarrobas muy delgadas y la cosecha se estima que sea del 40%.

Vendimia del 60% en el Priorat

En el Priorat, la mirada está puesta en los viñedos, «uno de los principales motores económicos de la comarca», recalca la presidenta de la DO Montsant, Pilar Just. La previsión es que algunas bodegas empiecen a vendimiar esta semana. Aun así, Just todavía no se atreve a hacer una previsión de cuál será la producción, dado que hay algunas semanas de margen que, en caso de lluvia, podría cambiar algo el panorama. Además, Salustià Álvarez, presidente de la DOQ Priorat, añade que en función de la ubicación de las viñas, la producción puede ser muy dispar, «de un 40% a un 85%», dice. Aunque calcula que la media sería de un 60% de producción, aproximadamente.

La calidad sería buena en toda la comarca, «aunque la climatología nos lo pone más difícil», dice Álvarez. La clave: vendimiar en el momento oportuno. En el Priorat «aún falta madurez», sostiene. No obstante, «en algunas fincas se tendrá que vendimiar para no perder esta calidad». Y es que «que haya días tan calurosos hace que la piel de las uvas no sea tan dura y, entonces, no aguantan tantos días en la planta», detalla.

Una vez más, el agua es la clave y, como defiende Pilar Just, contar con riego de apoyo sería lo ideal. «La viña es el pilar del Priorat, necesitamos agua para garantizar el futuro de la comarca», reclama Just, que reivindica que el agua del Siurana se quede en el Priorat.

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