El barrio de Reus Mas Pellicer denuncia dejadez e inseguridad, con falta de luz, baches y destrozos
Los vecinos dicen sentirse «abandonados» y reclaman mayor mantenimiento y presencia policial. El Ayuntamiento recuerda que se han hecho mejoras y que la limpieza está reforzada
La calzada levantada por las raíces de los árboles, plazas y porches a oscuras, el banco de una parada de bus roto desde hace semanas y sensación de inseguridad. El presidente de la Associació de Veïns Primer de Maig, Eduardo Navas, enumera estas cuestiones como ejemplo de lo que denuncia como «abandono por parte del Ayuntamiento». «Mientras que en el centro, arreglan y asfaltan calles, reponen puntos de luz... Aquí no hacen nada, estamos dejados», denuncia.
La calle Mas de l’Abelló es la que en peor condiciones está a nivel de pavimento. Más allá de varios baches, hay un tramo levantado por las raíces de los árboles, afectando principalmente la parte que corresponde a plazas de aparcamiento. «En los ocho años que llevo viviendo en el barrio, no he visto nunca asfaltar», relata una vecina justo al salir de la farmacia. Es en esa altura del paseo donde las condiciones del pavimento son peores. Como señala, «el problema es éste tipo de árbol, que hace las raíces muy superficiales. Tendrían que poner de otro tipo», opina.
Fuentes municipales consultadas explican que en el barrio se han hecho varias mejoras en aceras y el mantenimiento correspondiente. También se habría hecho una actuación a través de un plan de ocupación y, además, detallan que a través del programa de proximidad del alcalde y las visitas al barrio, el consistorio ha programado varias mejoras que se han ejecutado. Las mismas fuentes ponen como ejemplo la reposición de mobiliario urbano, eliminación de pintadas en paredes o mejoras para evitar inundaciones en equipamientos. También se ha actuado en el espacio deportivo Domingo Bahillo, se han hecho mejoras en la jardinería y se han repuesto baldosas. Además, el Ayuntamiento remarca que en el barrio hay un refuerzo «intensivo» del servicio de limpieza, también de la recogida de residuos voluminosos. «Incluso más del que está programado, ya que es una problemática muy presente en el barrio», añaden.
No obstante, para el presidente vecinal es insuficiente y asegura que «nos sentimos discriminados». Lo que sí admiten desde el consistorio es que hay cuestiones que no son municipales, como es el caso del alumbrado.
Precisamente esta cuestión, la de los puntos de luz, preocupa especialmente a los vecinos, sobre todo en plazas y porches. Y es que hay farolas rotas, dejando áreas totalmente a oscuras, lo que genera inseguridad. La última reposición fue hace tres años, a través de un acuerdo con el Ayuntamiento y la Agència de l’Habitatge de la Generalitat de Catalunya. En ese momento, se repusieron una cincuentena de puntos, la mayoría, luces de techo de los porches y de las paredes del barrio. «Pero fue algo puntual», recalca el presidente vecinal. Cuenta que el consistorio solo se hace cargo del mantenimiento, «pero no de reponer puntos de luz rotos, porque dicen que es algo del barrio, ni que es de uso público». A pesar de ello, la asociación Primer de Maig reclama que sea el Ayuntamiento quien se haga cargo.
Que falte luz en zonas del barrio se debe al incivismo, una cuestión que preocupa especialmente a los vecinos. En la parada de bus que hay entre la calle de Mas de l’Abelló y la de Mas Pellicer, el banco está totalmente abollado desde hace ya, al menos, tres semanas, «y sigue igual, nadie lo ha arreglado», subraya Navas.
También hay botellones, gente tocando la guitarra hasta altas horas de la noche e incluso hogueras en plena calle. Justamente la semana pasada hubo fogatas. «Llamas a la policía, pasan por la zona y lo apagan, pero como que no les pasa nada, al cabo de un rato vuelven a encender una hoguera», denuncia.
Eduardo Navas también pide más presencia policial: «Mientras que en el centro siempre ves algún coche o alguna patrulla andando, aquí los ves solo de vez en cuando», lo que ve «insuficiente». Y es que denuncia los problemas de inseguridad que hay en la zona. «Hay ocupas, plantaciones...», enumera. En Mas Abelló, el Ayuntamiento ubicó hace unos años las primeras cámaras de videovigilancia de la ciudad con el fin de disuadir los actos delictivos. Pero para los vecinos «no hacen nada». Navas cree que sí que podrían servir «pero si realmente alguien las mirara» y ve más efectiva la presencia policial.
Recuerda que a raíz de esta inseguridad que se vive en esta zona de Reus, los repartidores a domicilio se niegan a entrar al barrio desde hace años y, por ahora, la situación sigue siendo la misma. «Si pides algo a domicilio, tienes que ir a la rotonda de entrada a recogerlo», señala. Tampoco el butanero accede a llevar las bombonas casa por casa, sino que desde hace unos años las deja en el local social, por donde pasan los vecinos a recogerlas.