El agua para beber de los pantanos de Tarragona, al límite
El uso de boca está, de momento, garantizado, pero en el Priorat ya es algo turbia y temen perder calidad
«Jamás habíamos visto el pantano de Siurana a solo el 6% de su capacidad a principios de verano». Así de claro describe Santi Borràs, miembro del grupo ecologista GEPEC-EdC, la situación actual del embalse. Hace justamente un año, estaba por debajo del 18%. En ese momento, la cifra ya era excepcional, pero de entonces a ahora, las reservas solo han empeorado. La sequía ha seguido y las lluvias de los últimos meses ni se han notado. Desde el GEPEC-EdC también denuncian «mala gestión».
Los cuatro municipios del Priorat que se abastecen del pantano de Siurana tienen, de momento, agua garantizada, según explica el presidente del Consell Comarcal del Priorat y alcalde de Gratallops, Xavier Gràcia. Son Torroja del Priorat, Poboleda, Gratallops y Porrera, los cuatro pueblos que forman parte de la mancomunidad del Topograpo.
No obstante, Gràcia alerta que «si no llueve, habrá problemas». «Nos garantizan el volumen de agua», pero hay dudas alrededor de si la calidad se mantendrá. Y es que algunos valores suelen dispararse cuando menor es la cantidad de agua embalsada. De momento este no es el escenario, «pero el agua ya es turbia en algunos municipios», señala. Un parámetro que por sí solo no interfiere en la calidad, pero que hace estar en alerta. El alcalde de Gratallops y presidente del Consell Comarcal del Priorat también recuerda que la evaporación por el fuerte calor influye en la cantidad de agua del pantano. De momento, el descenso es de unos 2 centímetros cada día, señala desde el GEPEC-EdC Santi Borràs, que se muestra muy preocupado ante este escenario insólito. «Que a estas fechas haya turbidez, no da demasiadas garantías. ¿Qué calidad acabará teniendo?», se pregunta.
De momento, el agua del embalse es apta para el baño. Así lo aseguran fuentes consultadas de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) que señalan que, por ahora, no se han detectado incidencias, a pesar de estar a niveles muy bajos. Las mismas fuentes añaden que el acceso a pie a la zona de baño es posible y que se realizarán los cinco controles de calidad previstos para este verano.
En lo que sí han influido los bajos niveles del pantano es en las actividades náuticas. La empresa Canoa Kayac Siurana no ha podido iniciar la temporada, ni tampoco prevén poderlo hacer, ante la previsión de que la situación de sequía continúe. «Casi no hay agua en la zona del embarcadero», señalan desde la empresa, que tampoco ven clara la calidad del agua. Ante todo, ya en Semana Santa, cuando acostumbran a iniciar la actividad, decidieron no hacerlo con la práctica seguridad de que este verano se quedarían sin negocio. Escenario que se está cumpliendo y que jamás habían vivido.
En el Baix Camp, el pantano de Riudecanyes –que se abastece con agua del Siurana– se encuentra al 5,92% de su capacidad (hace un año, las reservas eran del 32,54%). A finales de marzo, el ACA anunció que no habría trasvase entre ambos embalses. Posteriormente, en mayo se confirmaba que los payeses no podrían regar con agua de Riudecanyes y, ahora, la posibilidad de llevar a cabo un riego de emergencia para mantener en vida los cultivos se ha desvanecido. El Departament d’Acció Climàtica notificó este miércoles a los payeses de la zona que, ahora mismo, las dos medidas planteadas son «inviables»: vaciar el pantano para aprovechar las últimas reservas para riego; y reutilizar agua de la depuradora de Reus.
En la comisión de Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Món Rural celebrada el jueves pasado, el conseller de Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, David Mascort, ya dejó claro que la situación de Riudecanyes «es muy compleja». «No creo que encontremos una solución (...), en el pantano no hay agua y no podemos dejar el municipio sin», exclamó. Y es que Riudecanyes es el único pueblo que depende exclusivamente del embalse. En cuanto a la obra planteada, «en teoría costaba 1 millón de euros y el presupuesto que tenemos ahora es de 4 millones». Además de los costes, «tampoco llegaríamos a tiempo» porque «la tubería tiene que travesar infraestructuras, necesitamos permisos y no es nada fácil», por lo que Mascort lo ve como una solución a futuro. Mientras tanto «tendremos que encontrar otro tipo de soluciones», que pasarían por ayudas entre la payesía.