Colapsos de coches para acceder a Reus
Entrar en vehículo motorizado a la capital del Baix Camp es complicado, sobre todo sobre las 08 h y las 18 h
«Tardo lo mismo ir de Tarragona a la rotonda de acceso a Reus por la avenida de Bellissens, que de allí al centro», dice Laura. Cada día va en coche al trabajo y entrar a la capital del Baix Camp le supone minutos de colas y atascos, «sobre todo por la tarde», puntualiza. También depende de la época del año: «En verano no hay problema, pero ahora que la ciudad se reactiva, ya se nota, y por Navidad es aún peor».
No es solo cuestión de percepción. La diagnosis elaborada para la redacción del nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible (aprobado el pasado mes de mayo) señala que hay problemas de congestión en los accesos de la ciudad, principalmente en las horas punta: a las ocho de la mañana y a las seis de la tarde.
El mismo documento también desvela cuáles son las vías de acceso que más colapsan: las carreteras de Alcolea del Pinar (la de Falset), Cambrils y Montblanc. La T-11 y la C-14 son las principales vías de entrada a la ciudad. Por ellas circulan, en total, unos 35.000 vehículos diarios por sentido y ambas tienen relación directa con los accesos que presentan mayor densidad.
En el caso de la entrada por la carretera de Cambrils, el problema es la rotonda de la T-11, «donde confluyen los que salen de Reus, los que entran a través de la T-11, los de Riudoms, los de Cambrils, Blancafort, Aigüesverds...», recuerda el presidente de la Associació de Veïns Les Palmeres d’Aigüesverds, Marcos Massó. Cree que, en general, Reus no tiene problemas circulatorios, «pero esta rotonda es como un caso aparte», señala.
Para Massó, la solución pasaría por habilitar un segundo carril de entrada a la rotonda por la carretera de Cambrils. «Creo que ayudaría a descongestionar. Lo hicieron en la entrada por el lado de Misericòrdia y funciona», recuerda. Pero en ocasiones, la situación se desborda en otros puntos de acceso a esta glorieta, con colas que llegan hasta la T-11. «A veces pasa, y entonces prefiero ir por Agro Reus, ni que suponga dar más vuelta», explica otra usuaria. Otros, que vienen de Cambrils, por la mañana optan por coger la autovía de Salou (la C-14) para evitar el colapso de la TV-3141.
Aunque los accesos por la carretera de Alcolea del Pinar, Cambril y Montblanc sean los que más colapsan, esto no significa que en el resto de entradas no haya problemas. Otro punto complicado es el de la carretera de Castellvell, con un único carril por sentido y la presencia de centros educativos, como Els Ganxets y el Institut Lluís Domènech i Montaner. La intersección con la avenida Onze de Setembre suele ser un problema en horas punta, pero ahora se suma otra cuestión para aquellos de esta zona norte que quieren entrar al centro de Reus: las obras de la calle Castellvell.
«Ya era difícil acceder a Reus y ahora lo es todavía más», exclama el presidente de la Associació de Veïns El Pinar, Ton Sotorra. La calle Castellvell es la que da acceso directo a la plaza de la Llibertat desde la zona del Passeig Mata y, ahora, está cortada por los trabajos del futuro Centre Cívic Gregal. «Esto te obliga a desviarte por la avenida Onze de Setembre, llegar hasta La Fira Centre Comercial, volver por la avenida Sant Jordi hasta llegar a la Llibertat. Hay unos colapsos impresionantes», subraya Sotorra. Un recorrido por donde hay otros colegios, como el Joan Rebull. «Tienes que calcular unos 20 o 30 minutos de más antes de salir de casa», señala el presidente vecinal de la urbanización El Pinar.
También los conductores que acceden a la ciudad por la avenida de Riudoms, se encuentran con el tapón de la rotonda de la avenida Països Catalans (donde está el Mercadona). Aquí, el problema viene de la propia avenida que, como señala la diagnosis del Plan de Movilidad Urbana Sostenible, tiene altos niveles de congestión, con la circulación de más de 10.000 vehículos diarios por sentido. La densidad es similar en President Macià, Marià Fortuny o también Sant Bernat Calvó.
Más allá de los problemas derivados de la gran densidad de vehículos en ciertas horas del día, desde las autoescuelas lanzan otra cuestión: la estrechez de los carriles. Con la habilitación de carriles bici en carreteras de acceso a la ciudad –como en la avenida de Bellissens, Tarragona, o también en Sant Bernat Calvó–, los carriles de circulación se han hecho más estrechos. Por un lado, para hacer cabida a los carriles bici y, por el otro, para obligar a reducir la velocidad. Pero surge el problema, y es que «en la realidad, los vehículos no caben», dice Carles Vinyals, de la Autoescola Prim, que añade: «Esto te obliga a pisar la línea continua». Esta circunstancia, junto a la cantidad de vehículos que entran y salen de Reus, complica la situación en las horas punta y Vinyals ve difícil solución, dado que «si quitas coches de un sitio, pasarán por otro. Es como la energía, que se desplaza».