Un cinco de febrero
La portada del El Alcázar del 5 de febrero de 1957 era una fotografía en que se decía que Beatriz Lodge, hija del embajador norteamericano en Madrid, había asistido a una fiesta torera. Ese mismo día varios diarios se hacían eco de que Kaganovich había resultado herido en un atentado organizado por Bulganin y de que un médico alemán había viajado a Moscú para atender a un misterioso enfermo que podía ser Kaganovich. ¿Alguien se acuerda hoy de la joven Beatriz o de Kaganovich?
¿Qué es lo importante? Esa es una pregunta que alguna vez nos hacemos en nuestra vida, quizás demasiado tarde para que podamos enmendarnos y emprender un rumbo distinto al que hasta entonces hemos seguido. Si nos ponemos trascendentales podemos afirmar que, con excepción del día de la Gran Explosión que dio lugar a la Creación y del día del Juicio Final, todo es un devenir que carece de la más mínima importancia. Parece que Beatriz Lodge y Kaganovich pasaron sin más. Muchos sucesos y noticias que hoy nos parecen importantes, o que pueden parecerlo para la prensa, dejarán de serlo en un futuro inmediato y nadie se acordará de ellas.
«Ponga en su lecho colchón elástico FLEX» (ABC).
En la misma fecha que hemos indicado anteriormente (5 de febrero de 1957) lo que ahora llamaríamos las revistas del corazón se hacían eco de algunos sucesos que consideraban importantes. Llaman la atención algunos.
«El príncipe Carlos de Inglaterra va al colegio como todos los niños. Su madre quiere que se eduque sin tener un complejo de superioridad (Diez Minutos). Garbo también recogía la noticia indicando: «Hay que hacer constar que este establecimiento docente no admite que los maestros administren disciplinas corporales a sus alumnos. En otras muchas escuelas británicas el castigo físico está en uso todavía, pese a la oposición que al mismo efectúan sesudos órganos de opinión las madres y familias del alumnado».
«La princesa Carolina se parece a Rainiero. La princesa Grace dio un paseíto por su habitación al día siguiente del feliz suceso» (Diez Minutos). La portada de Hola tenía una fotografía de la princesa Grace con su hija e indicaba que podía leerse un álbum de la vida de los príncipes de Mónaco en doce páginas. Una reseña en la misma publicación llevaba por título «Problemas que a Gina Lollobrigida le presenta su futura maternidad. En primer lugar, teme quedarse fea».
Carlos se ha convertido en rey después de pasarse toda la vida de suplente, a pesar de que no le pegaron en la escuela. Gina acaba de morir y ha seguido siendo guapa. La recién nacida Carolina, como su madre, ha llenado y sigue llenando todos las revistas y diarios. ¿Son estos sucesos importantes, o simplemente se trata de personajes que se han mantenido contra viento y marea a lo largo de los tiempos? Tendemos a considerar la perdurabilidad como un valor importante, pero tampoco parece que las historias de Carlos, de Gina o de Carolina tengan en sí mayor trascendencia, excepto para ellos mismos, y que, como la hija del embajador americano en Madrid o Kaganovich, se acaben diluyendo con el paso del tiempo.
«La combinación perfecta NESCAFÉ y Leche condensada LA LECHERA» (Garbo).
Algunos acontecimientos políticos si parece que deben destacarse de ese día de 5 de febrero de 1957 por su importancia para el futuro. Quizás lo que más sorprende es que pese al tiempo transcurrido podían ser noticias actuales. A veces el tiempo parece no modificar la realidad.
«Probable conferencia. Washington y Londres discuten la conveniencia de reanudar el diálogo con la Unión Soviética» (Arriba).
«Egipto e Israel mantienen sus respectivos puntos de vista. Los países árabes están dispuestos a pedir sanciones diplomáticas y económicas contra Tel-Aviv» (ABC).
En algunos diarios se decía que el Rey Saud dejaba claro que los árabes aceptarían el plan Eisenhower, que en el fondo era no permitir la entrada de los comunistas en Oriente Medio. El Alcázar mostraba tres fotografías del Rey Saud con unos de sus hijos acompañado del presidente americano en Washington, indicando que «la cara del niño refleja tristeza». Curiosamente China se mostraba favorable al plan, según decía Arriba.
Las relaciones de Londres con Rusia, de los países árabes con Israel, o de los Saud con Washington no se han movido especialmente, pero, ¿podemos considerar estos hechos como importantes?
«Crucero Pascua 1957 a bordo del lujoso ‘Kairouan’ visitando Sicilia y Grecia desde 8665 pesetas» (ABC)
Tendemos a considerar que el día de nuestro nacimiento o de nuestra muerte son días importantes, pero lo serán para otros, pero no para nosotros, porque cuando nacemos no nos damos cuenta y cuando morimos es mejor que no nos la demos. Al final, lo que nos conmociona es el nacimiento de nuestros hijos, la muerte de un ser querido, o uno o varios amores y desamores de los de sexo.
Pero quizás, y sorprendentemente, los hechos también importantes para una persona son los hechos que carecen de la más mínima importancia, como un Nescafé con condensada, un billete en un crucero, o un buen colchón. Un simple trineo tiene más importancia en la existencia de Ciudadano Kane que todas sus pertenencias, sus amores o sus luchas por el poder.
El 5 de febrero de 1957 fue realmente un día normal como otros. Fue el día en que nací. Un amigo me ha regalado este año una carpeta con diarios y revistas de ese día. Me he entretenido leyéndolos para comprobar si realmente fue una fecha en la que ocurrieron sucesos importantes. He encontrado uno: la portada de Arriba era una fotografía y un titular Madrid-Atlético. «Real Madrid 0, Atlético de Madrid, 2»(ABC).