Las izquierdas se despiden por carta
Los ciudadanos acostumbrados, y no deberíamos, a leer y escuchar grandes casos de corrupción en la política, tanto a nivel internacional como nacional, observamos que son las redes sociales el nuevo lugar idóneo para publicar cartas. Y así nos encontramos esta semana con la carta de dimisión de unos de los lideres más jóvenes de nuestra política actual. Subrayo la característica joven puesto que la política necesita de sabia nueva y fresca para regenerar aquello que ha quedado caduco y también para que las nuevas generaciones se sientan implicadas y representadas en aquello que afecta y que es de todos. La política.
Centrándonos en el tema de actualidad de esta semana, podríamos extraer un titular «Las izquierdas se despiden por carta» a tenor de los últimos acontecimientos vividos. La diferencia entre la carta enviada por Sanchez para informar que se retiraba 5 días a pensar y esta dista bastante. Estamos acostumbrados, desgraciadamente, a casos de corrupción, pero parece ser que esta no es la causa detrás del titular de la carta «Termino la etapa más importante de mi vida» enviada, como indicaba al inicio del artículo, en redes sociales por Errejón.
Detrás de ello se esconde un asunto turbio. La denuncia anónima de una mujer que dice haber sufrido acoso por su parte. A esta denuncia se suma la de una persona ya no anónima, una actriz. Doblemente feo ya que el partido morado en el cual militó hizo bandera por erradicar la violencia machista y, por él mismo. Una persona joven, formada y que se supone con unos valores alejados del principio de acoso.
El análisis de la carta es realmente significativa. Significativa cuando alude al patriarcado como una posible causa en su mala praxis de actuación, con lo que no hace, sino, asumir una mala conducta culpando, eso sí, a la forma de sociedad en la cual vivimos. Muy político por cierto esta frase.
Tampoco, se entiende en una persona con su perfil, puesto que así se define «desde que tengo uso de razón comprometido y militando políticamente (...) He tenido el privilegio de defender las ideas que considero más hermosas y justas...».
Otra característica que llama poderosamente la atención, es cuando afirma que «en la primera línea de la política tienes que alejarte del ciudadano, de la empatía y de las necesidades de los otros». Bajo el prisma de análisis político, se entiende la enorme brecha actual entre ciudadanos y políticos. Y aquí ya podemos enumerar una causa de las «infidelidades» del ciudadano al votar.
Cambiando el punto de vista de análisis político y centrándolo en partidos, resulta reveladoras sus palabras: «abandono la política tras más de 12 años entre Podemos, Más Madrid y Sumar».
Hasta 2015 el bipartidismo era la nota dominante de nuestro sistema político. Desde entonces, por diversas causas, nos encontramos con la irrupción en la escena de un nuevo partido: Podemos. El partido morado parecía que se quería “comer el mundo” y años después parece que es el mundo (político) el que se los esta comiendo a ellos. Las luchas internas derivadas, entre otras variables, a su forma de organización han impedido no solo que crezcan, sino que han arrastrado hasta la división a un partido que nació con vocación de romper con el bipartidismo imperfecto instaurado en nuestro sistema político. Las luchas de poder, centrados así mismo, en los liderazgos tampoco ha contribuido a su mantenimiento. Y sus discrepancias con respecto a temas ideológicos, de origen de la formación política, han ido acorralando y dejando solo a un Errejón que veía como sus «colegas» dejaban de serlo.
Para finalizar, solo añadir que en esta sociedad tan “neoliberal y patriarcal” como la define, también la presunción de inocencia se contempla como la primera opción antes de opinar y juzgar si es o no culpable.