La vuelta al cole

En Catalunya, las clases de Infantil y Primaria, Secundaria y Bachillerato, empezarán el 9 de septiembre. La vuelta al cole ya está aquí de nuevo. Finaliza el mes de agosto en el que toda España se relaja y descansa. Ha sido un verano espectacular: Los hoteles a retaque. Las playas a tope. Los pueblos llenos de vida. Era periodo de vacaciones. Los institutos y colegios se abren el uno de septiembre y se preparan para la avalancha. Se ha acabado el periodo de vacaciones y las rutinas veraniegas. Cambian los horarios y los hábitos. Esto necesita una buena preparación para todos, para los alumnos y sus padres, y también para los profesores. Para los alumnos, que vienen mal acostumbrados del verano: horarios, móvil, etc. cada nuevo curso supone un reto. Nuevos profesores, nuevas materias, nuevas aulas, nuevos horarios, nuevos compañeros. Tienen que acomodarse y habituarse a muchas novedades y deben hacerlo pronto para no perder demasiado tiempo al principio. Los padres se enfrentan ahora a un nuevo reto: los gastos derivados de la vuelta al colegio. La lista de necesidades es larga. Cuadernos, lápices, bolígrafos, calculadora, mochila, calzado, uniforme en la privada, el móvil ya es imprescindible y, principalmente, libros de texto. Los padres por sus hijos lo darán todo para que ellos lleguen equipados al colegio. Deberán organizar también las actividades de tarde: algún deporte, clases de inglés o música en el conservatorio. Demasiados gastos con la inflación por las nubes y la que está cayendo en familias ya en el umbral de pobreza. La vuelta al cole será difícil, pero los padres se quedarán sin comer para que sus hijos lo tengan todo a punto.

El día de apertura de curso es fundamental para encajar a cada alumno en su grupo. Lo primordial para los alumnos es compartir el grupo con sus amigos, pero no siempre esto coincide con las pretensiones del equipo directivo del colegio: “que los grupos sean lo más proporcionados e iguales posible”. Se pretende el máximo equilibrio posible y el reparto igualitario por clase de los alumnos con problemas de conducta y de repetidores. Todo había quedado niquelado, pero cuando los alumnos conocen a sus nuevos compañeros, a su tutor y a sus profesores, se acumulan las protestas. Los alumnos, apoyados por sus padres, presentan solicitudes de cambio de grupo, fundamentadas en las incompatibilidades y los traumas por lo que es imprescindible el cambio de grupo para sus hijos. En la solicitud se detallan todos los motivos de la petición y parece que están debidamente justificados. Toda la noche redactando la solicitud en total sintonía padres y alumnos para liberarse de aquel compañero incompatible o aquel profesor exigente. El conflicto es serio porque, si se aceptan todas las solicitudes, se desajustarán los grupos y las consecuencias pueden ser graves e irremediables. Pero si no se acepta ningún cambio podemos cometer injusticias y problemas de depresión o acoso. En mi opinión esa decisión del equipo directivo es muy importante. Es fundamental ajustar bien los grupos y encajar convenientemente a cada alumno en su aula.

Para los profesores, el nuevo curso también supone un desafío. Nuevos alumnos, nuevas asignaturas y cursos, nuevos horarios. Todo se pacta y se aprueba en la sesión del claustro de comienzo de curso. Allí se reparte “el pastel” con todas las asignaturas y grupos. Se pactan los criterios del horario. Es fundamental este claustro para la buena marcha del nuevo curso. Ese día conocemos a los nuevos compañeros, casi siempre muy nerviosos. La pauta que deben seguir los horarios es “la máxima igualdad posible”. Ocasiona más problemas un horario super-bueno que muchos malos. Lo ideal es que todos sean perfectos, pero, como esto es imposible, lo mejor es que todos sean parecidos. De no ser así, será muy difícil la convivencia en el centro a lo largo del curso. Suerte a todos: alumnos, padres y profesores. Os deseamos un nuevo curso provechoso y feliz.

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