Elecciones 28M

Estamos en la recta final de la campaña de las elecciones del 28M, el proceso o uno de los procesos electivos más relevantes del entramado institucional al afectar a todos los municipios españoles (más de 8.100), junto a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, a las Diputaciones Provinciales y Cabildos Insulares y a gran número de Comunidades Autónomas (este año, 14), así como a la elección de presidentes y miembros de las entidades locales menores que surcan el mapa del Estado.

El inicio del proceso genera una especie de catarsis en los afectados directamente, que observan la rapidez del paso del tiempo y cómo los interesados en lograrlo de nuevo se ven obligados a examinarse ante el tribunal más severo: la ciudadanía, los vecinos de su localidad, los ciudadanos de su región, muchos de ellos conocidos y también amigos y otros no tanto.

La convocatoria afecta también a miles de personas que ocupan cargos institucionales, directores generales, coordinadores, secretarios generales, técnicos, etc. y al personal eventual que cesa automáticamente con quienes les nombraron y cuyo futuro queda a la suerte de los resultados electorales. Son más de 60.000 los concejales a elegir en el proceso, junto a los miembros de las Asambleas Legislativas y al elevado número de representantes de las entidades locales menores; por eso nos atrevemos a decir y a destacar la importancia de esta convocatoria.

En Tarragona los diferentes partidos han calentado motores e iniciado la campaña de las municipales con la incógnita del resultado y los efectos futuros que tendrá en la localidad. Tarragona es una ciudad que enamora: abierta al mar, con historia y arqueología, clima mediterráneo; multiculturalidad fruto de flujos migratorios; oferta académica, con la Rovira Virgili; industria generadora de riqueza y lo mejor: su gente. El resultado electoral revalidará el actual modelo de ciudad o lo cambiará radicalmente.

Estas elecciones son la ocasión para que Tarragona lidere un proyecto metropolitano, que atraiga talento y bienestar, creador de riqueza y prestigio. A poco que viajemos observamos cómo otras ciudades han dado ya un paso adelante y han iniciado su hoja ruta, que les permitirá crecer en calidad e identidad propia.

En mi opinión, la transformación de Tarragona dependerá del acierto en el manejo de tres instrumentos estratégicos de ciudad: el Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM), los fondos Next Generation y la automatización y simplificación administrativa municipal.

1. POUM. En estos momentos la ciudad se rige por unas normas urbanísticas subsidiarias a la espera de la aprobación del nuevo POUM. Esta figura de planeamiento es la norma jurídica más importante y potente que tiene la autonomía local para la transformación y mejora de sus ciudades.

El procedimiento de elaboración es bifásico, si bien el gobierno municipal es el facultado para fijar los criterios de oportunidad de su diseño. Le seguirá la aprobación del planeamiento derivado, que concretará las directrices del POUM y, posteriormente, los instrumentos de gestión urbanística.

De esta manera se establece el estatus jurídico de la propiedad, con el nacimiento de derechos y obligaciones. A menudo se habla de la lotería del urbanismo, pues el trazado de la línea en un plano determina que la propiedad del suelo tenga expectativas económicas importantes. No hace falta decir que existen muchos intereses económicos en juego y grupos de presión, especialmente de promotores y propietarios.

El POUM debe o debería responder al interés general y tener visión de futuro, pues marcará el porvenir del municipio para las próximas décadas. La visión estratégica o el acierto en su diseño dará su fruto en el devenir de los años. En estas elecciones compiten dos modelos urbanísticos de ciudad: el nuevo POUM (aprobada la fase de ‘Avance’) y el POUM aprobado en el 2013 (anulado por el TS en el 2020), con algunos retoques.

2. El programa ‘Next Generation EU’ será la mayor movilización de fondos de la historia de la UE y una oportunidad única de dar un salto cualitativo en la ordenación, composición y estructura económica de la ciudad. Están diseñados para ser rápidos y efectivos.

Deberían llegar a su destino de manera ágil y sencilla, sin obstáculos de burocracias que ralenticen el proceso de lanzamiento de la economía. Hay quien cree que se trata de ayudas a fondo perdido y, por tanto, que son «como un regalo». Nada más lejos de la realidad. Entrañan una serie de compromisos y todos los fondos obtenidos de la UE han de ser devueltos por los estados miembros (vía impuestos verdes, etc).

En consecuencia, merece la pena no perder esta oportunidad única. Sin embargo, falta información sobre las convocatorias; la complejidad del sistema provoca que solo se beneficien grandes empresas con capacidad para elaborar proyectos de envergadura. No debemos olvidar que en nuestro país y en nuestro municipio las ‘pymes’ son las más necesitadas de estas subvenciones.

Los Ayuntamientos pueden ser la clave para canalizar la información de las convocatorias y asesorar en la elaboración de proyectos que impulsen el tejido industrial y empresarial. Todo un reto.

3. Automatización y simplificación administrativa. La administración tiene que llevar a cabo una nueva cultura administrativa, con un lenguaje claro; huir del neoliberalismo burocrático, fruto de la digitalización que excluye a un sector de la población (brecha digital); automatizar sus procesos administrativos de manera que las diferentes fases sean automáticas y el ciudadano obtenga respuesta en un corto periodo de tiempo.

Para ello es necesario aprobar un Plan Municipal de Digitalización, seguido de un Plan de Actuación, un cambio de modelo de organización del trabajo y formación de los trabajadores del sector público. Por ejemplo, obtener una licencia de obra puede y debe ser rápida con el uso de la tecnología y la voluntad de la organización. El nuevo mandato municipal tiene que responder a este reto en beneficio de la ciudadanía.

En definitiva, la finalidad de las políticas municipales del nuevo gobierno debe ser el bienestar y el logro de la felicidad de sus vecinos; satisfaces sus necesidades y anelos creando una ciudad amable y sostenible.

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