Bendito dominó
Ya iba siendo hora de dedicarle un artículo a este excelente juego de mesa que ha sido motivo de reuniones familiares y de amigos. Me confieso ferviente aficionado al dominó, me ha proporcionado muchos momentos felices y deseo devolverle mi tributo ahora.
Parece que los chinos ya jugaban hace 1.500 años, pero a Europa no llegó hasta el siglo XVIII. Fueron los italianos los que introdujeron el dominó en mundo occidental.
El nombre de este antiguo juego procede del verbo latino dominare, ‘dominar’, que, en el presente de indicativo, domino, es lo que dice el primero que se queda sin fichas y gana el juego. En Francia se pronuncia ‘a la francesa’ y se convierte en palabra aguda. Como tal se ha metido en el español: dominó.
¡Cuantas horas habré pasado en mi vida con las fichas de dominó! Recuerdo que a mi madre le encantaba jugar y, los últimos días de su vida, en la residencia del hospital, se olvidaba de todas sus penas mientras jugábamos. Hace cuarenta años fui destinado a Tarragona y entré en contacto con un grupo de gente de Galicia, León, Soria y Zaragoza al que llamamos ‘la comuna’. El leit motiv de este grupo era el dominó. Nos juntábamos todos los sábados del año a las 5 de la tarde, cada semana en una casa. Esto era sagrado. Tenía que haber un motivo muy grave para que alguien faltase a la cita. El anfitrión preparaba café y merienda y acondicionaba el campo de juego. Las mujeres tenían su tertulia. Los hombres nos peleábamos jugando e intentando no perder, porque cada mes tenía que salir dinero para una cena del grupo. Fuimos felices gracias al dominó. La comuna era una verdadera familia.
El dominó es una terapia con unas reglas muy sencillas, ideal para todos, desde los niños a las personas mayores. Perfecto para jugar en familia y, sobre todo, favorece la sociabilización, que es fundamental para las personas mayores. El England Journal of Medicine publicó los resultados del análisis sobre la influencia de las actividades lúdicas para prevenir la demencia, y concluyó que las personas que participaban en juegos de mesa tenían un 75% menos de riesgo de desarrollar Alzheimer. Debería estar incluido en la Seguridad Social. Es una excelente alternativa que promueve la creatividad, desarrolla el pensamiento lógico, refuerza habilidades de motricidad, fomenta la sociabilidad, ayuda a estimular la mente ejercitando la memoria y la concentración, es una gran fuente de diversión, entretenimiento y ocio mejorando su estado anímico.
Suelo veranear en Salou. En este pueblo turístico, lleno de guiris en verano, el juego del dominó está causando verdadero furor. Yo juego en cuatro clubs, y de ellos voy a hablar, pero hay más:
Club de Tenis Salou H2O. Tiene una larga tradición de campeonatos de dominó. Hace cinco años celebramos allí el homenaje a Jimmy Bescós con más de 100 participantes. A pesar de tener más de mil socios, allí predomina el pádel o los gimnasios. Sólo quedamos los viejos rockeros en una liga de dominó cada vez más disminuida. La cena de entrega de trofeos será el 30 de agosto en la cafetería del club.
Esplai de la Gent Gran. Es, sin lugar a duda, el local de juegos más soberbio y excelente de Salou. Amplio, con capacidad para más de cien personas, mucha claridad, aire acondicionado. El lugar más cómodo para pasar las tardes del verano caluroso en Salou jugando al dominó o botifarra. Un mínimo de cincuenta personas mayores se reúnen allí cada día.
Club Náutico Salou. Hasta hace dos años, allí sólo había un dominó, y rara vez se usaba. Ahora está en plena euforia. Ya suelen ser dos o tres mesas cada día. Y cada vez va a más. Todas las tertulias que reposan la comida o disfrutan de la piscina están pendientes de la movida, juerga y alboroto que organizamos en las mesas de dominó. Y la gente quiere participar en este jaleo. Reconozco que me lo paso muy bien en esas peleas sanas. Allí hay pasión y ganas de ganar, aunque no nos jugamos nada. Gente de Madrid, Barcelona, Zaragoza o León, jugándose la vida, pero con un abrazo y una sonrisa al final. Reconozco que no es un juego demasiado académico, pero se nos hace de noche jugando y nos lo pasamos muy bien. Por otra parte, el entorno es único, frente al mar y con la belleza de yates y veleros.
Club de Dominó Salou. En mi opinión es el modelo de lo que debe ser un Club de Dominó serio y bien estructurado. El presidente, Diego Arjona, es el alma de esa organización. Son excelentes jugadores, perfeccionistas, respetuosos, conocen los protocolos del juego, todos federados. Los días 14, 15 y 16 de octubre pasado participé en un campeonato nacional. Casi 200 participantes. Es impresionante que en el salón del hotel Salou Park sólo se oía el ruido de las fichas. Todos concentrados en lo que estaban haciendo. El colmo de la perfección. A lo largo del invierno, de octubre a mayo, participan en un campeonato de Tarragona con más de 500 fichas de jugadores. El próximo mes de abril en Salou habrá un campeonato por equipos con más de 200 participantes. Esto son palabras mayores. ¡Enhorabuena, Diego, por tu trabajo y dedicación!
Sólo una reflexión como epílogo o colofón a mi artículo: «Si son tan evidentes los beneficios del dominó como terapia, fomento la sociabilidad y estímulo de la memoria y la concentración, ¿por qué no lo llevamos a la juventud en los colegios?». El 95% de los jugadores de dominó ya están jubilados o a punto de hacerlo...