Los graves efectos del top manta y la venta ilegal ambulante
La primavera es la estación que nos anuncia poco a poco la llegada del verano y, por tanto, la masiva presencia de los manteros en nuestros paseos a lo largo de la costa tarraconense, aunque en nuestra provincia ya los tenemos durante todo el año. Pero es ahora, durante la campaña veraniega, cuando debemos de trabajar para poder ayudar al comercio legal, tan importante para el comercio en general, el que paga sus impuestos y ofrece seguridad en la calidad de sus productos.
La práctica ilegal de esta actividad tiene una grave afectación transversal en muchos y variados segmentos de la economía de nuestra sociedad. La permisibilidad y falta de de medidas claras y contundentes por parte de algunos Ayuntamientos de nuestro territorio incrementa, año tras año, la práctica ilegal que el top manta viene realizando en sus términos municipales, y permiten que algunos actúen impunemente ejerciendo además un efecto llamada. Consecuentemente, están contribuyendo a un aumento muy preocupante de la economía sumergida, destruyendo negocios y puestos de trabajo directos.
Además, el top manta promueve delitos contra la propiedad industrial por la venta de falsificaciones, pone en serio peligro la salud de los consumidores con productos que no han pasado los pertinentes controles europeos o sanitarios, sin olvidar la alteración en la movilidad de flujos en nuestros pueblos y ciudades. No se puede ni se debe tolerar una actividad que genera sobreempleo y saturación en determinados espacios y vías públicas, degrada seriamente el medio ambiente, restringe injustificadamente la libertad de movimiento de las personas, genera ruidos excesivos, y constituye un agravio desleal para todas las actividades que requieren de una licencia municipal. Perjudica notablemente las actividades reguladas y contribuye a la precarización del empleo y del trabajo.
El comercio se siente desprotegido, desamparado y menospreciado por la indiferencia y la falta de medidas y actuaciones de algunos Ayuntamientos. Sería muy interesante, cuando falten pocos meses para la celebración de las elecciones municipales, poder preguntar a aquellos políticos que aspiren a repetir en su cargo por qué han permitido la práctica ilegal del comercio y, con ello, como ya hemos dicho, el incremento de la economía sumergida y el descenso en el pago de impuestos en sus Ayuntamientos, además de perjudicar seriamente a los comercios legales de su municipio.
No debemos permitir bajo ninguna absurda excusa la práctica de esta actividad ilegal. En ningún caso, quiero que nadie entienda o piense que estoy atacando a las personas que ejercen esta actividad ilegal.
No estamos de acuerdo con la explotación de personas, aunque bien es cierto que hay muchos manteros que prefieren la práctica ilegal de esta actividad a la aceptación de un trabajo legal y asegurado en la Seguridad Social, como en varias ocasiones se ha ofrecido a varios grupos de ellos.
Desde la patronal del pequeño y mediano comercio, Pimec Comerç, a principios del verano del 2019 ciframos en 130 millones de euros el impacto negativo que el «top manta» tuvo para la economía en la ciudad de Barcelona, para comercios y para la industria. En concreto, el impacto en la venta ambulante ilegal del comercio fue de 65 millones de euros, a los que hay que sumar 69 millones que la industria perdió por la comercialización de falsificaciones. Cuando se hicieron estos cálculos, tuvimos en cuenta la presencia de unos 900 manteros, aunque también se precisa que en época de máxima afluencia pueden llegar incluso a los 2.000.
Es trascendental que la sociedad comprenda que la práctica ilegal en el comercio genera pobreza, ya que no se pagan impuestos ni contribuye a la riqueza de nuestro medio ambiente ni a la recuperación de nuestra necesaria economía circular... ¿Conseguiremos finalmente frenarla?
Veremos...